30 de julio de 2025

ALEMANIA : BREMEN, UNA CIUDAD DE CUENTO

 

Desde Hamburgo cogimos el tren para visitar la ciudad de Bremen. Nos alojamos una noche en el Hotel Prize by Radisson, ubicado muy cerca del centro. Nos dejaron entrar antes a la hora de hacer el check-in y dejamos las mochilas en la habitación.



Bremen se encuentra al noroeste de Alemania y forma junto con Bremenhaven, la Ciudad Libre Hanseática de Bremen, a orillas del río Wesser.



Salimos a recorrer la ciudad y lo primero que nos llamó la atención, fue un molino antiguo de 1888 que se encontraba en un jardín y rodeado de un lago. Formaba una bonita estampa.



Atravesamos un puente y a continuación atravesamos la calle Sogerstrasse o calle de los cerdos, donde unas simpáticas esculturas recordaban a los ganaderos que vendían estos animales en la Markenplatz. Los más pequeños se paraban a jugar.




Al llegar a la misma plaza nos quedamos boquiabiertos al encontrarnos rodeados de tan bellos monumentos: el Parlamento, la Catedral de San Pedro... además de antiguas casas con fachadas de colores.



Pero la joya arquitectónica era su Ayuntamiento y la figura de Rolando, ambos Patrimonio de la Humanidad.



La plaza, que tiene su origen desde la Edad Media, era el antiguo mercado y en una esquina pudimos ver una escultura de los Músicos de Bremen, representados por un gallo, un gato, un perro y un burro.



Y es que este cuento popular escrito por los famosos Hermanos Grimm narra la historia de los cuatro animales que vivían en un pueblo de la Baja Sajonia y cuyos dueños deciden sacrificarlos por viejos.



Los cuatro animales deciden escaparse y llegar a la ciudad de Bremen para convertirse en músicos. En el camino se encuentran en el bosque con ladrones en el interior de una casa y utilizan sus propios sonidos consiguiendo que los ladrones huyan y los animales deciden quedarse a vivir allí antes de llegar a Bremen.



El Ayuntamiento, ubicado en un edificio gótico, se empezó a construir en 1405 y tras los bombardeos en la 2ª Guerra Mundial se reformó para darle un estilo renacentista. La riqueza de este edificio se percibe observándolo detenidamente donde podemos ver pequeñas esculturas de caballeros, animales y escudos.




Junto al Ayuntamiento se encontraba la mítica estatua de Rolando, de 10 metros de alto y según cuenta la leyenda, mientras siga en pie, la ciudad de Bremen se mantendrá libre e independiente.



En una esquina de la plaza se ubicaba la Catedral de San Pedro, de estilo gótico y con dos torres Gemelas de casi 100 metros de altura. La entrada es gratuita pero se puede subir por 5eu para ver una panorámica del centro histórico.



Desde aquí nos fuimos a la Böttcherstrasse, una preciosa calle con numerosas casas y esculturas expresionistas y edificios de ladrillo rojo. Destaca la fuente de los siete hombres perezosos.





Pero todo el protagonismo de la calle se centraba en el  Glockenspiel, un carrillón en forma de torreón que se abre cada hora apareciendo unos paneles con inventores, marineros y hechos históricos. Arriba sonaba la música con unas treinta campanillas de porcelana.



Nos quedamos a tomar una cerveza en el emblemático Ständige Vertretung Rheinland, frente al edificio del carrillón.



Al final de la calle nos encontramos con la casa de Robinson Crusoe, edificada en ladrillo rojo, mirando hacia el río Wesser.



Después salimos hacia el barrio medieval de Schnoor, precioso con sus casas antiguas asentadas en estrechas calles empedradas. 



Era el antiguo barrio de pescadores fluviales, artesanos y comerciantes.



Paseamos por sus calles entre casas de cuento, pintadas de colores y nos imaginamos cómo de tranquila sería la vida en este pequeño pero maravilloso barrio.

29 de julio de 2025

ALEMANIA : LUBECK, LA CIUDAD DE LAS SIETE TORRES

 

Hacía tiempo que nos apetecía visitar el norte de Alemania y en concreto Lübeck, una ciudad que cobró importancia por formar parte de la liga hanseática. 



A día de hoy Lübeck se ha hecho famosa también por la serie “Mordem im Nordem” o Asesinatos del Norte que actualmente lleva su 8ª temporada en la TV3.



Así que siguiendo los pasos del inspector Finn Kiesewetter cogimos un tren desde Hamburgo y llegamos en algo más de una hora. 



Lübeck nos recibió con una entrada espectacular: la puerta Holstentor que es el símbolo de la ciudad y de la región del Slesvig-Holstein. Al observarla de lejos parece que tienda a torcerse, en realidad está inclinada.



Esta puerta se construyó en el siglo XV en ladrillo rojo, como el resto de los edificios de las ciudades hanseáticas. Contiene dos magníficas torres y en su interior hay un museo con información sobre la ciudad y su importante puerto comercial. 


Cruzando la puerta a mano derecha encontramos los edificios donde antiguamente se almacenaba la sal. Actualmente han sido reconvertidos en centro comercial.



Desde aquí nos fuimos a la Marktplatz, una maravillosa plaza en el centro donde antiguamente se reunían mercaderes e intercambiaban todo tipo de mercancías como telas, especias y ámbar.



Justo en la misma plaza se ubica el magnífico Rathaus (Ayuntamiento) y la Mariankirche con su peculiar diablillo sentado en el exterior.




Lübeck fue inscrita en la lista de Patrimonios de la Humanidad desde 1987 por su óptima conservación de edificios del centro histórico y la Puerta de Holstentor.



Cabe destacar las seis iglesias que contienen 7 torres de más de 100 metros de altura que desde cualquier punto de la ciudad se pueden apreciar. 



Pero de Lubeck podemos también hablar de su producto más famoso: el mazapán. 




Entramos en una de las tiendas más emblemáticas de la ciudad: la Niederegger, una institución donde se puede visitar su museo en la segunda planta, justo detrás del Rathaus. 



Aquí se explica el proceso minucioso del mazapan desde sus orígenes hasta día de hoy, incluso hay más de 100 figuras de este delicioso producto, desde personajes históricos hasta pequeñas figuras, todo un prodigio de imaginación artesanal.




Paseando por su centro histórico pudimos apreciar los edificios antiguos de ladrillo rojo y los patios de vecinos ajardinados. 



Uno de los más bonitos es el patio de Füchting de 1639, creado por el arquitecto Andreas Jeger. 





El patio se encuentra rodeado de casas antiguas, árboles y flores. Un remanso de paz en el mismo centro. Visitamos alguno más en la misma calle.




Desde aquí nos fuimos a ver el Heiligen Gest Hospital (Hospital del Espíritu Santo) una joya arquitectónica que contiene murales con frescos, retablos y vitrales.



A través de una puerta trasera te conduce a lo que era la antigua prisión, asilo y posteriormente hospital que ahora ha sido reconvertidos en museo.



Se encuentra justo al lado de la Jakobikirche, en una plaza del barrio de artesanos llamado Koberg.



Caminamos hasta el castillo donde se podían apreciar unas vistas del puerto. 




Nos apetecía hacer una pausa y nos fuimos a uno de los bares frente al canal. Se puso un momento a llover y tomamos unas cervezas bajo unos porches de madera y nos quedamos allí un rato viendo caer la lluvia.



Salió de nuevo el sol y paseamos después por el canal del río Trave y visitamos la Lübecker Dom (catedral de Lübeck) con sus dos torres de más de 100 metros de altura.



Volviendo hacia el canal nos fuimos a comer al Lübke’s Speicher donde degustamos platos tradicionales de pescado.




Desde aquí paseamos por una de las calles más emblemáticas y tranquilas de Lübeck, frente al canal donde se ubicaban los “Gänge”. 




Eran pasajes que te conducían a pequeños patios rodeados de casas donde antiguamente vivían los artesanos. 



Algunas de ellas estaban construídas en ladrillo y otras en madera.



Había otros museos y lugares interesantes por visitar pero nos dimos por satisfechos con todo lo que habíamos visto en la bella ciudad de Lübeck.



Además no nos daba tiempo a más pues debíamos volver con tren hacia Hamburgo.