29 de junio de 2025

BOLIVIA: LA FESTIVIDAD DE LOS YARITUSES EN LAS MISIONES DE CHIQUITOS


A las 7:45 h de la mañana partimos con dirección a San Javier que se encuentra a 227 km de Santa Cruz. Queríamos asistir a la celebración de la fiesta de los Yarituses.



Esta fiesta se remonta a la época de los Misiones y representa a la naturaleza y cazadores indígenas de épocas pasadas.



La fiesta de los Yarituses fue declarada patrimonio cultural e inmaterial del Estado Plurinacional de Bolivia en mayo del 2018.



Cada 28, 29 y 30 de junio se celebra en torno a los santos de San Pedro y San Pablo y los yarituses muestran sus tradiciones bailando, con sus vestimentas.



Su significado hace referencia a sus creencias ancestrales. Los habitantes del lugar recorren las calles de San Javier como símbolo de agradecimiento al "Piyo Sagrado” y los santos de San Pedro y San Pablo.



Dicha festividad se lleva a cabo desde hace cientos de años, incluso antes de la llegada de los españoles cuando solo habitaban etnias indígenas. 



Con el paso de los años y los siglos la tradición se ha ido manteniendo incluso con la llegada de los jesuitas que fundaron la misión en 1691. Apreciaron su práctica y la fusionaron con la religión traída por los sacerdotes.



Cuando llegamos, nos asombramos de la magnitud que cobra al ver a tantas personas participar de la fiesta.



Daban vueltas a la plaza antes de entrar en la iglesia, iban ataviados con plumas de avestruz, ropas blancas y una máscara que se confeccionan ellos mismos con motivos relacionados con la naturaleza de animales, flores pintadas con vivos colores y creando distinción en cada uno de sus dibujos.



Los indígenas iban gritando “Paí chochise” que en lengua beiró chiquitano (que siguen estudiando en las escuelas) significa “Viva San Pedro” y cargando a sus espaldas animales recién cazados o disecados como los coreche, tejones o pequeños caimanes. Al día siguiente celebrarían la fiesta en honor San Pablo.



Eduardo, nuestro guía local se nos presentó y nos acompañó a la iglesia para situarnos y ver entrar en masa a los yarituses.



Eduardo nos presentó al alcalde y la concejala, dándonos la bienvenida e invitándonos a quedarnos por la tarde al concierto de música barroca, pero debíamos continuar.



La música cobraba tal importancia en la época de las misiones que servía para evangelizar a los nativos (indios piñocas) que perdura hasta día de hoy.



Tras el baile oficial, entraron en la Iglesia y dieron vueltas llegando al altar donde se ubicaban las figuras de San Pedro y San Pablo. Se quedaban delante arrodillándose haciendo una especie de reverencia.



Hablamos con los participantes de la fiesta y nos decían que la tradición sigue de generación en generación, de abuelos a nietos y hacian promesas de hacerlo durar de por vida. 



Los yarituses adultos llevaban un palo con cintas de colores que representan los rayos del Sol y a la altura de los gemelos usaban semillas que sonaban al andar por lo que el espectáculo era vibrante y sonoro.



Luego volvieron a salir dando vueltas de nuevo a la plaza y una vez terminada la ceremonia oficial, unos se dejaron fotografiar en la iglesia y otros se fueron al Cabildo donde ya de forma privada y relajados comieron y bailaron. 



El cacique, la máxima figura del Cabildo nos invitó a entrar y seguimos participando de la fiesta.



El Cabildo es el órgano político donde se reunen las diferentes comunidades indígenas desde la época de los jesuitas, consiguiendo la pacificación creando este organismo.



Había músicos  y se bailaba alrededor de ellos. El cacique me sacó a bailar al centro donde estaban los músicos y los yarituses se encontraban alrededor bailando y dando vueltas.



"Yarituses” se refiere a un ritual y a las personas que participan en él. Proviene del chiquitano y significa “los adoradores de los cerros”. Con sus trajes y máscaras elaboradas danzan en honor al ser supremo “Piyo Sagrado” que se relaciona con la naturaleza y la fertilidad de la tierra.



En un momento de la celebración, cuando estaba grabando desde un ángulo la iglesia y los yarituses bailando creí que estaba asistiendo a una filmación de la película “La Misión”.  Es una fiesta sin duda preciosa y espectacular que te transporta a varios siglos atrás.



Por la tarde nos despedimos para continuar con los poblados de la región de las Misiones y poder ver las diferentes iglesias, Patrimonio de la Humanidad por su legado histórico.


24 de junio de 2025

BOLIVIA : UNA INCURSIÓN EN LA AMAZONIA BOLIVIANA

 

Después de un largo viaje de diecinueve horas desde La Paz, llegamos por fin a Rurrenabaque, en la región amazónica. 



Descansamos por la mañana y luego visitamos el pueblo parando a comer en un restaurante de carne a la brasa ubicado en un gran jardín.




Como era domingo había un mercadillo en una de las avenidas que llegaba hasta el río Beni.



Aquí había mucho ambiente y las familias pasaban la tarde tomando algún snack de los puestos de comida. 



Era un lugar idóneo para pasear junto al río, pues corría la brisa después de un día sofocante de calor.





Al dia siguiente salimos con Monique y Robert, una pareja de Perpignan junto con nuestro conductor Simón, hacia Las Pampas de la Amazonia boliviana. Era una excursión de tres días con dos noches de alojamiento.



Ya en la carretera se veían bastantes animales incluso una culebra herida y un perro muerto al que habían atropellado y buitres alrededor que se lo estaban comiendo.



Sobre un árbol vimos a un perezoso, también monos y tucanes. Cuando llegamos a las aguas del río Yacuma tomamos una barca que nos llevó hasta el campamento. 




Nada más llegar dejamos las mochilas en el bungalow y cogimos la barca para hacer una excursión de unas horas donde vimos monos capuchinos, caimanes negros,  tortugas y delfines rosados que venían a saludarnos mientras recorríamos la zona de recreo.




Incluso había la posibilidad de bañarse porque los delfines protegían la zona de caimanes. Volvimos con los delfines rosados, que eran de mar pero ahora se habían adaptado a las aguas del río Yacuma. 





A esta zona le llaman la ruta del bufeo y es debido a que cuando los delfines salen a la superficie bufan como las ballenas.



Pudimos observar a las aves serere que emitían gruñidos. Sus polluelos, cuando están en peligro se zambullen en el agua para esconderse.



Dicen que es un animal prehistórico y apenas pueden volar, lo hacen tan sólo durante 10 segundos y son rumiantes como las vacas. Tienen el tamaño de la gallina de Guinea pero son de color marrón y blanco con plumas de color terracota.



Vimos las aves de cabeza seca que son parecidas a las cigüeñas de color blanco y de pico largo.



Cruzamos al otro lado del transbordador para ver la puesta de sol y pasamos por un canal estrecho parando la barca. 



Subimos a un promontorio y vimos la zona del pantanal que es donde se podia buscar a la ansiada anaconda pero cuando baja el agua es peligroso irla a buscar.



Vimos la puesta de sol y tomamos el camino de vuelta hacia el Ecolodge Las Tortugas. Cenamos en compañía de Monique y Robert junto con Simón, nuestro guía y el tiempo de repente cambió: comenzó a levantarse viento y frío así que optamos por no salir a ver los caimanes de noche. 



Incluso desde el mirador podíamos ver alguno de lejos con linterna de largo alcance. Más tarde se puso a llover toda la noche hasta las 7:00 h de la mañana...



A la mañana siguiente, después de desayunar nos preparamos para realizar un nuevo recorrido de 3 horas por el río hacia el norte esta vez.



Volvimos a colocarnos la ropa de invierno. Una vez abrigados salimos con la barca y volvimos a ver los monos ardilla de color dorado. Iban y venían en grupo y saltaban por encima de la barca.



Suelen ir a la copa de los árboles para romper las ramas y alcanzar las hojas más tiernas. Era una suerte verlos tan de cerca.



Seguimos viendo sereres que alzaban sus alas y un ave al que llaman cuello de culebra por la extensión de su cuello. En ese momento estaba a la expectativa para atrapar alguna presa.



Observamos las parabas azules y rojas (guacamayos) elegantes en su vuelo y actualmente en peligro de extinción. También vimos volar al martín pescador amazónico y algún águila pescadora que andaba observando desde lo alto de una rama su futura presa.



Después comimos y nos despedimos de nuestros compañeros de viaje, los franceses. También conocimos a unos españoles de Bilbao que se marchaban ese mismo día y nos quedamos solos en el campamento.



Por la tarde fuimos con Simón a pescar pirañas y nos prepararon una tapa de plátano frito crujiente con queso para tomarlo durante el trayecto. Para las pirañas cogimos trocitos de carne que colocábamos en el anzuelo y en 45 minutos pescamos 3 pirañas, no estaba nada mal dada nuestra poca experiencia: dos amarillas y una roja.



Esta última es más agresiva y nos las cocinaron para la noche. 



Al día siguiente fuimos a ver los diferentes tipos de plantas y árboles de ajo, palmeras, árbol de las hormigas de fuego, etcétera.  Entramos como en una especie de isla que cuando se inundaba no se podía acceder pero tuvimos suerte.



Vimos sobrevolar parabas que iban en grupo de cuatro azules y amarillos. Son monógamos y viven hasta 70 años en el bosque. También habían búhos, también coatíes y tejones. 



En el suelo veíamos trabajar a las hormigas cortadoras de hojas que las transportaban hasta el nido y las llevaban a su interior para hacer hongos segregando un líquido con el que lo convertían en hongos. 



Su picadura es normal pero las hormigas de fuego dejan tal picadura que parece que te arda la piel. Viven en los árboles dentro del tronco del árbol de fuego. Si picas un poco el tronco aparecen enseguida. Son de color marrón y mejor que no te piquen.



El árbol de ajo cortando un poquito tan solo su corteza (en su interior es blanco y huele a ajo tal cual así como sus hojas). Las palmeras daban un fruto que suelen comer los monos.



En su interior hay una nuez del que se extrae el aceite, el exterior se puede comer y es una piel de color anaranjado, más bien de sabor dulce.




Comimos y salimos del Ecolodge con Simón para volver a Rurrenabaque. Habíamos pasado 3 días únicos disfrutando de la naturaleza y su fauna.