Después de caminar media hora a las 6 de la mañana con las mochilas desde la estación de autobuses de Sucre hacia el centro histórico, debido a los bloqueos de autobuses que no dejaban pasar ningún vehículo, llegamos al Hostal Sucre.
Y es que los bloqueos en Bolivia es algo muy frecuente desde hace años pero ahora más que se aproximan unas nuevas elecciones en el próximo mes de agosto.
Hay que añadir las largas colas de vehículos para repostar por falta de gasolina, la deficiencia de dólares y la subida exagerada de la cesta de la compra, lo que ha sumido al país aún más en la miseria de lo que ya estaba.
Después de desayunar fuimos a ver la Plaza 25 de Mayo que se ubicaba justo a unos pasos de nuestro hotel y se encontraba rodeada de edificios blancos.
Entramos la Casa de la Libertad que incluía una visita guiada de 45 minutos.
Nos explicaron la historia de Bolivia, desde el periodo preincaico hasta la firma del Tratado de la Independencia pasando por los personajes más significativos que formaron parte en la lucha de la independencia de Bolivia.
El edificio pertenecía a la Universidad de Charcas y aquí, en la capilla de San Francisco Javier dónde se firmó el tratado.
Había muchas cuadros de retratos, espadas, mapas y en el patio central se encontraba la escultura de un indio guaraní con una cabeza de tigre.
Después visitamos la plaza y nos sentamos un rato, paseamos por sus calles y nos fuimos a visitar el Convento de San Felipe Neri, una maravillosa escuela de las Salesianas.
Nos explicaron brevemente la historia en unos 20 minutos y paseamos por su claustro y los pasillos donde se encontraban las clases de los alumnos.
Lo más espectacular eran las terrazas con suelo de baldosas de colores y las de estilo neoclásico. El convento fue edificado con piedras del cerro Churruquella.
Bajamos a la cripta donde Francisco tuvo que echar una mano para abrir la puerta. aquí yacían enterrados personajes de la época colonial y republicana.
Al día siguiente visitamos el Museo Franciscano del Convento de la Recoleta que se ubicaba a las faldas del Cerro Churruquella.
Afuera en el mirador, pudimos apreciar fabulosas vistas de la ciudad.
En el lugar se respiraba paz entre los patios cuadrados en forma de claustros que se encontraban rodeados por corredores con columnas de piedra.
Nos acompañaba una señorita que hacía de guía turística y nos iba explicando las salas. El edificio es de 1600 y siguen habiendo monjes franciscanos de clausura.
Consta de cuatro claustros y en sus interiores se podían apreciar las pinturas, esculturas y obras religiosas en general.
También cuenta con una biblioteca de 20000 volúmenes. En en la parte superior se encontraban las celdas de los monjes.
Lo que era anteriormente la huerta de los indígenas charcas, se encontraba un cedro milenario donde los indios venían a hacer sus rituales.
Con los años el árbol se iba torciendo por el peso así que le construyeron una especie de cerco a modo de maceta para que no se inclinara. Es el cedro más antiguo de toda Bolivia.
Saliendo del convento, bajamos por una estrecha calle hasta el Museo Colonial Charcas que pertenece a los museos universitarios.
En la entrada había un patio central. El museo muestra una bella colección de la escuela Cuzqueña con influencia Barrocas y de Rubens, Murillo y Zurbarán.
Después nos fuimos hasta el parque Bolívar. Había una pequeña réplica de la Torre Eiffel pero nada parecida a la original, eso sí fue construida por el mismo Eiffel y pintado de color rojo. Era un lugar relajante para sentarse y ver a la gente pasar.
Después pasamos por el Palacio de Justicia y el Teatro Nacional. Allí mismo nos encontramos a un simpático grupo de cebras que nos saludaron y que suelen dirigir el tráfico.
Volviendo hacia el centro paramos en Hospital de Santa Bárbara y fuimos recorriendo los patios antiguos. En cada uno de las salas se indicaban las especialidades y departamentos para hacerse pruebas. Parecían muy bien organizado pues en una de sus habitaciones había una hermosa capilla.
Volviendo hacia la plaza 25 de mayo el equipo de rodaje de la serie “Mestizos”, se encontraba realizando pruebas. Había un elenco de figurantes v.estidos de época y soldados en la puerta de la Casa de la Libertad.
Hicieron varias pruebas fallidas y posteriormente rodaron la escena real lanzando flores al paso de un carruaje.
Nos fuimos a tomar algo al Café Mirador de San Miguel, había que subir cuatro plantas hasta el campanario. Era un lugar original y con vistas fabulosas.
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