Ayer llegamos a Dogubeyazit y nos alojamos en un pequeño hotel de la ciudad.
Nuestra primera sorpresa fue al abrir la ventana de la habitación. Allí nos esperaba la bellísima imagen del Monte Ararat antes de caer el día y de la coudad.
Al día siguiente fuimos a ver el Palacio de Ishak Pasha y éramos los primeros en llegar.
Se encontraba a 7 km de Dogubeyazit, construido sobre una colina alta con vistas a Eski Beyazıt y la llanura en el sureste de la ciudad.
Hasta la Primera Guerra Mundial, el Sanjak de Bayazıt fue gobernado desde este palacio.
La construcción del palacio fue iniciada en 1685 por Çolak Abdi Pasha, uno de los Çıldır Atabeks, y se completó en 1784 (99 años) durante la época de Küçük İshak Pasha, que era del mismo linaje.
Se trataba de una imponente estructura. Constaba de dos patios y varios edificios que rodeaban estos patios. Aproximadamente 7.600 m en dirección Este-Oeste. Estaba situado en un terreno cuadrado.
Algunas partes se construyeron con una sola planta, otras con dos plantas y algunas partes, incluido el sótano, con tres plantas.
Tenía todas las secciones de un palacio (harén, salas del harén, comedor social, baños, salas de reuniones, sala de audiencias, mezquita, varias salas de servicio, salas de estar, habitaciones de sirvientes y novios, cuartos de guardia, prisión, depósitos de alimentos, depósito de municiones, canchas de backgammon, etc.).
El portal de entrada era monumental, al igual que las demás puertas que conducían a los patios, presentaba características del arte selyúcida con sus relieves, ornamentación y ricos motivos vegetales.
El palacio tiene un valor único en términos históricos y de historia del arte. La mayoría de las secciones del palacio, excepto la mezquita, fueron destruidas y sus techos fueron removidos. Ha sido reparado con techo de cristal.
La mezquita es la parte más intacta que queda del complejo palaciego. La mezquita de una sola cúpula le daba al palacio un aspecto interesante con su minarete construido con piedras de dos colores diferentes.
La tumba fuera del muro de la qibla de la mezquita estaba decorada con motivos geométricos y florales y probablemente fue construida para Abdi Çolak Pasha, İshak Pasha y sus familiares.
En la fachada norte del palacio (Selamlık) había cuatro consolas de madera que colgaban hacia afuera, con un dragón alado en la parte superior, un león debajo y figuras humanas en la parte inferior, muy interesantes y artísticas.
Era sorprendente los diferentes estilos del palacio y sus similitudes con la arquitectura clásica otomana. Se siguieron los principios fundamentales de la tradición y arquitectura palaciega turca.
La estructura reflejaba belleza y grandeza. El pachá que mandó construir el palacio quería mostrar su poder frente a la zona circundante y el Estado Central.
El hueco que se ve en el interior de los muros de piedra muestra que el palacio se calentaba mediante un sistema de calefacción central parecido a un sistema de calefacción central.
En este grupo de edificios se pueden apreciar elementos de la arquitectura otomana y selyúcida.
Es como si no fuera un palacio, sino una historia viva con toda su grandeza, una leyenda llena de secretos. Para entenderlo hay que verlo de cerca y recorrerlo...
El arquitecto de esta magnífica estructura es desconocido, por lo que la gente cuenta muchas leyendas sobre la construcción y la historia del palacio.
Era imposible no sorprenderse con esta magnífica estructura creando armonía con su entorno...
Poderlo visitar solos ha sido todo un privilegio. Los relieves que conserva este palacio es de finales del siglo XVIII, de 1784 cuando finalizaron las obras.
Sin duda es un lugar único, tan alejado de todo y que conserva su encanto, te seduce. Posee un halo místico, sobre todo cuando la niebla aún lo envolvía por la mañana.
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