17 de junio de 2023

TURQUÍA : LA IMPRESIONANTE MARDIN

 

El trayecto que realizamos en autobús desde Sanliurfa hasta Mardín ha durado unas 3 horas.




Llegamos a la estación que se encontraba junto a un gran promontorio. Mientras localizábamos a un taxista para que nos llevara al hotel, el dueño Nuh Yildirin del Hotel Carra  Konaği, nos estaba esperando en la calle principal del casco antiguo.



Nuh nos vió llegar e hizo parar el taxi y nos cogió las maletas. Nos fuimos cuesta arriba pues el hotel se encontraba en el mismo centro del casco antiguo de Mardin y no se podía acceder con el coche.



Nuestro anfitrión nos dio a elegir tres habitaciones pero nos pareció bien la que ya teníamos reservada. Nos dio un mapa señalizado con los puntos importantes de la ciudad y nos facilitó información.



Mardin es uno de los lugares más antiguos de la Alta Mesopotamia, con edificios dorados y se encontraba custodiada por los ríos Tigris y Eúfrates, ubicado junto a una colina.




Su patrimonio es tan diverso que abarca desde distintas religiones como el Islam, Judaísmo, Cristianismo ortodoxo y en su casco antiguo se puede oír incluso el arameo, kurdo, turco y árabe.



Sus casas de piedra son tradicionales, aposentadas en varios niveles.




Después de dejar las mochilas en la habitación empezamos nuestra visita al Museo de Mardin. Se encontraba ubicado cerca de la plaza principal de la ciudad, en una bella mansión centenaria.



En este museo nos mostraron los hallazgos de la zona de Mardin, desde tumbas hasta joyas, vestimentas, aparatos de labranza, cerámicas, tapicerías y rituales mortuorios desde el 900 al 600 A.C.




Las vistas desde las terrazas eran espectaculares, se veía el minarete y la extensa llanura mesopotámica.




Fuimos bajando hacia la plaza central por las serpenteadas callejuelas y allá arriba apareció el castillo en todo su esplendor, era una fortaleza de 3000 años de antigüedad.




Subimos por unas escaleras que nos llevaron al complejo de las Madrassas del Sultán Isa, así como la Madrassa Kassimiye o la Nadrassa Zinciriye, de varios niveles y terrazas.




Desde sus cúpulas gigantescas se veía el horizonte teñido de naranja con el minarete siempre presente de la mezquita Ulu Cami.





Nos tomamos una cerveza en un pub, el Maíz Men café & Bar. Había música en directo, luego paseamos por el bazar pero lo cerraban pronto. 



Antes al visitar la bella mezquita de Ulu Cami nos hicimos fotos con dos chicas turcas, una de ellas era alemana y la otra de la vergüenza que le daba se notaba que era de aquí.



Por la noche salimos a cenar a un restaurante con terraza donde había unas magníficas, parecía una noche mágica toda iluminada.



A un lado el castillo resplandecía y al otro lado se encontraba el minarete. Por la noche refrescaba y nos dejaron unas mantas para abrigarnos. Pasamos una velada muy agradable y especial, era un lugar único.



Mardin es candidato a ser Patrimonio de la Humanidad.


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