17 de junio de 2023

TURQUÍA : EN EL MONTE NEMRUT


Poder decir que hoy visitamos el Nemrut Dagi son palabras mayores. Era uno de esos lugares que deseaba visitar hacía mucho tiempo pero que por circunstancias personales no pudo ser y hoy era el día en que se cumplió nuestro deseo.



A pesar de que han pasado muchos años desde aquel deseo inicial, imaginar cómo sería la montaña sagrada de Nemrut, nada tiene comparación con encontrarnos aquí. Tomamos un desayuno colosal que nos sirvieron en el hotel y salimos desde Sanliurfa con Rachid, el taxista que hacía la ruta. 



El Nemrut Dagi es un Parque Nacional declarado Patrimonio de la humanidad en el 1987.



Nemrut se eleva a unos 2100 metros s.n.m. en el Monte Anti Tauros. Es preferible visitarlo entre los meses de mayo y septiembre pues fuera de esta época es más difícil ya que se cierra el acceso por la nieve.



Una vez faltaban unos 100 km para Diyarbakir, el taxista empezó a dudar y tuvo que ir preguntando por dónde tenía que ir ya que el Parque Nacional es enorme y esos kilómetros que faltaban se hicieron un poco de rogar, pero finalmente llegamos.



Subimos hasta la puerta de entrada donde había un restaurante, lavabos y nos bajamos para comprar el ticket. Tan sólo costaba unos 100 liras turcas y nos pareció barato.




Nos advirtieron que arriba en la cima no se podía comer ni había agua ni baños.



Una vez tuvimos la entrada cogimos de nuevo el taxi y nos llevó hasta donde empezaba el camino. A nuestro ritmo tardamos unos 3/4 de hora subiendo de forma pausada y disfrutando del paisaje. 




Al final los últimos metros eran de camino pedregoso y había unas cuerdas para agarrarse debido al fuerte viento que corría.



Apenas había nadie cuando subimos tan solo dos motoristas y un ciclista que ya lo vimos por el camino y que nos adelantó subiendo el Nemrut. Después nos quedamos solos contemplando la hermosa vista.



Esta montaña es conocida por las estatuas que pertenecían a una tumba del siglo I A.C. y que se encuentra en la cima. 




En el año 62 A.C. el Rey Antíoco y Theos de Comagene fueron quienes mandaron construir este túmulo funerario, en la cima de la montaña y rodeado de estatuas enormes.



Observar en la cima los restos del tributo que el Rey Antíoco I se dedicó a sí mismo, era todo un privilegio. Daba igual a la hora que llegáramos, pero la mayoría escogían el amanecer para acercarse a la montaña sagrada, incluso hasta cerca del mediodía. 



En realidad, es cuando el monte se encuentra plagado de turistas. Llegamos pasado el mediodía y poderlo presenciar solos no tenía precio.



Las famosas estatuas del Monte Nemrut se hallaban en las dos terrazas que flanqueaban el túmulo funerario abierto de grava. Las cabezas, de 2 metros de alto y arrancadas del cuerpo debido al paso de varios terremotos, yacían en el suelo frente a sus colosales cuerpos sentados en un trono.



En la terraza oriental es donde se encontraba la gran montaña con los cuerpos y las caras desparramados por el suelo. Había un vigilante que desde una garita nos avisaba que no traspasaras la cuerda que había como barrera.



Pudimos ver el león, el águila, el Rey Antíoco, el tigre, Zeus-Anura, Mazda, Apolo-Mitra,… un sinfín de dioses que parecían resguardar la montaña.



Al cabo de un buen rato, empezamos a descender pues el camino de vuelta era largo pero se nos hizo menos pesado y llegamos al hotel de Sanliurfa a eso de las seis de la tarde. 




Por la noche nos fuimos a un restaurante típico donde nos dijeron había música hasta las 3:00 h de la mañana.

 


La cena no era nada especial pero sí nos gustó el Paşa-Sarayi, un restaurante ubicado en un palacio donde ocho músicos nos deleitaron con su relajante música.



1 comentario:

Te agradezco dejes tu comentario.GRACIAS.