Llegamos a la estación de autobuses de Kars y a cuatro calles se encontraba el Büyük Kala Hotel.
Kars se encuentra a unos 1730 metros s.n.m. Pedimos la habitación con vistas al castillo, era una estancia de treinta metros con un gran ventanal donde podíamos ver la impresionante ciudadela.
Se puso a llover y pensé lo romántico que era contemplar esta vista maravillosa mientras llovía.
Kars era una ciudad con influencias de las culturas armenia, turca, rusa y del Cáucaso, pero seguíamos en Turquía.
Salimos a dar un paseo por las inmediaciones del castillo, con el puente de piedra, el curso del río Kars, las mezquitas...
También había un hammam convertido en un Café y varios restaurantes, entre los más destacados el Restaurante Pushkin y el Kaz Evi.
Vimos la iglesia armenia, llamada de los Apóstoles y edificada en el siglo X durante el reinado del Rey Abas de la dinastía armenia.
La Ciudadela de Kars, ubicada en una loma, fue construída por el Sultán otomano Murat III cuando la guerra con Persia.
Junto a una plaza vimos una serie de esculturas de veinte mandatarios turcos a lo largo de una hilera.
Tambien había varias casas de la época rusa, de estilo zarista y otros edificios también interesantes.
Así como otros edificios rusos emblemáticos en piedra.
A eso las 18:30 h de la tarde nos fuimos a cenar al Caz Evi, un restaurante típico donde cocinaban ganso frito con trigo bulgur y tapas de verduras muy sabrosas.
El restaurante era precioso , decorado con samovares, cortinas de encaje que te transportaba a Rusia.
De postre un pastelillo de sémola y una especie de mazapán con té.
Salió incluso la cocinera para saludarnos y le dijimos que el ganso estaba muy rico y nos contestó con una sonrisa diciendo “evet” que significaba sí, y se sentía orgullosa de su cocina.
Después paseamos por las calles de Kars donde la gente pasaba la tarde tomando café o té.
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