TURQUÍA : LAS RUINAS ARMENIAS DE ANI

 

Contratamos a un taxista para que nos llevara hasta Ani, a unos 47 km de la ciudad de Kars.

Ani fue una ciudad medieval armenia y actualmente forma parte del Patrimonio de la UNESCO desde el 2016. Se encontraba muy cerca de la frontera con Armenia.

Había poca gente y hacía un día espléndido para hacer el recorrido. Nos dijeron que por la mañana se hacía la ruta mucho mejor en el sentido de las agujas del reloj porque el sol iluminaba mejor los monumentos.

Antiguamente a la bella Ani se le llamaba “la ciudad de las 1001 iglesias” por la cantidad de edificios religiosos.

Caminamos por un sendero precioso lleno de flores silvestres y había muchos insectos. Era un placer recorrerlo solos.

Vimos una indicación que nos llevaba hasta la Iglesia de Tigrán, edificada en el siglo XIII. Se localizaba junto al río Akhurian, en un bonito paraje. 

Bajando unas escaleras llegamos a su interior donde pudimos ver frescos con las caras borradas, incluso una representación de la Última Cena.

Subimos de nuevo para llegar hasta la imponente catedral que mantenía su fachada bastante intacta pero dentro no había nada.

Proseguimos el camino hasta la mezquita, con su alminar y las ruinas de un castillo. En la mezquita había gente rezando. 

Me llamó la atención el color intenso del ladrillo. Más allá en la garganta, se veía el río con el puente roto.

Seguimos paseando y nos encontramos lo que era el antiguo bazar y las casas. 

Giramos hacia la izquierda para llegar a la iglesia de San Gregorio que se construyó entre 1034 y 1036.

Parecía pintada desde fuera pues tenía una bonita estampa. Desde aquí vimos una garganta con la frontera marcada de alambrada y con cuevas.

Más hacia adelante vimos el antiguo Caravasar que también fue una iglesia construida por los turcos selyúcidas, cuando tomaron la ciudad. 

Acercándonos al final del sendero y cercano a la muralla defensiva, se encontraban los restos del Palacios Selyúcida.

Apenas quedaba una columna levantada y poco más. Al andar encontramos algunos agujeros que daban a las antiguas mazmorras. 

Salimos del recinto a las dos horas y media y nos fuimos de vuelta con el taxi hacia Kars. 

La verdad es que el lugar nos fascinó, y el buen tiempo nos acompañó en todo momento.