8 de marzo de 2022

COSTA RICA: EL PARQUE NACIONAL DE TORTUGUERO

 

Esta mañana nos despertaron a las 5 de la madrugada para realizar la excursión al Parque Nacional de Tortuguero. En el embarcadero vimos el amanecer a las 0545am. Mientras, nos ofrecíeron café y galletas antes de partir.


Las barcas iban saliendo en grupos de tres una tras otra, así se podían ayudar entre ellos para localizar animales. Nuestro guía se llamaba Fabián y es bastante tranquilo. Nos va explicando muchas cosas curiosas sobre la fauna del parque.



Las tortugas vienen a desovar en julio hasta el mes de octubre, pero nos comentaba que el mejor es septiembre cuando empieza a haber movimiento. 



Nos explicaba que el guacamayo o lapa verde, se encuentra en la lista de animales en peligro de extinción. Actualmente en Costa Rica sólo existen 1000, así que hay un programa de conservación y reproducción de esta ave.  




Nosotros empezamos a ver guacamayos que volaban en pareja, preciosos. En el Parque Nacional de Tortuguero sólo se puede acceder un 1% de lo que es el parque pues  atrae al turismo que a su vez ayuda a reunir dinero mediante tasas y entradas al parque permitiendo su conservación.



El territorio de Costa Rica es un 0,003% del mundo y contiene un 6% de biodiversidad, esto significa que el país aunque sea similar a la Comunidad Autónoma de Aragón en su dimensión, contiene una gran variedad de fauna y flora.




A lo largo del trayecto de unas tres horas en barca vimos caimanes, cocodrilos, garzas blancas, ingas tomando el sol con sus alas extendidas, iguanas, monos aulladores y araña, aunque los árboles al ser tan altos no permitían verlos de cerca.



Fabián nos explicaba que al ser un parque muy amplio, los animales se encuentran lejos del hombre, no como en Cahuita o Manuel Antonio.



También pudimos ver un oso hormiguero trepando, mapaches, tortugas… Ya nos fuimos adentrando por los canales más estrechos que eran los más bonitos. Aquí sólo permitían entrar con el motor de la barca apagado, con un máximo de 5km la hora.



Andrés, otro de los guías que iba en una de las barcas con 8 chicas de habla inglesa, nos hizo una foto del grupo de los 6 barceloneses que íbamos como recuerdo de ese magnífico día.



Una vez en tierra, fuimos a desayunar y a visitar el parque que se podía hacer a pie, tocando al mar en un recorrido de unos 5km.¨



En la entrada había unas indicaciones antes de tomar el Sendero del Jaguar: decía que si de golpe te encontrabas con este felino que levantaras los brazos y no le dieras la espalda. Y si desapareciera que hicieras lo mismo pero que si no sabías por donde se había ido, que salieras corriendo lo más pronto de allí.



Fuimos continuamente por un sendero que iba numerado del 38 al 69 paralelo a la playa donde las tortugas verdes vienen a desovar en la playa entre julio y septiembre. La playa es inmensa y hacer un calor de justicia.




Seguimos caminando y nos encontramos un escarabajo y a las hormigas que iban transportando en sus minúsculos cuerpecitos pequeñas hojas verdes cortadas formando un largo camino hacia el hormiguero.


Al ver que algo se movía en uno de los árboles a lo alto, nos fijamos que había un pichón de águila cangrejera (según nos dijo uno de los guías que pasaba por allí) era precioso. También vimos las lagartijas llamadas Ches Bala Lizard, porque corren como una bala.




Después de 3hrs de caminata por el parque, nos fuimos a descansar al hostel Cabinas Tortuguero y después antes de cenar pudimos contemplar la puesta de sol desde la terraza.



Desde Mohín hasta Tortuguero había 75 kilómetros de distancia y de Tortuguero a La Pavona, unos 18 kilómetros.



1 de marzo de 2022

PANAMÁ : LA PLAYA DE LA ESTRELLA Y LOS DIABLOS DE CARNAVAL EN BOCAS TOWN

 

Hoy salimos en bus local desde el parque (como llaman los bocateños  a la plaza principal) para ir hasta Playa de Boca de Drago y que se encuentra a una distancia de veinte kilómetros de la ciudad de Bocas. En principio íbamos a ir de excursión en barca con los indígenas de Bocas pero se anuló debido al mal tiempo.



El camino era muy bonito, de un verde frondoso e íbamos 6 personas, los cinco turistas y el conductor que también vendía los tickets y que pagamos 5$ los dos de ida. Nos dejaba en una playa con hamacas y desde allí teníamos que caminar un sendero de palmeras bordeando la costa hasta Playa de las Estrellas.




Caminamos una media hora nada más admirando el paisaje y aunque el tiempo no acompañaba, era un lugar hermoso y salvaje. 



La playa de las Estrellas se encontraba repleta de restaurantes y hamacas pero vacía de gente. Al fondo se encontraba el embarcadero para los que deseaban volver en barca si el mar lo permitía.



 

Justo a la entrada de la playa había un gran letrero con información sobre las estrellas de mar, no estaba permitido tocarlas ni mucho menos cogerlas porque retraían sus estómagos y dejaban de alimentarse.





Elegimos un sitio junto a una palapa para dejar las cosas y consumir alguna bebida mientras nos bañábamos relajados. Empezó a salir el sol y en la orilla del mar, junto a la arena vimos unas estrellas de mar que dormitaban, les hicimos fotos sin tocarlas. Fue algo mágico verlas.



Volvimos con el bus de las 1330 hacia Bocas Town y paseamos por la calle de la costanera y nos encontramos el cementerio desviándolo y vimos antiguas casas de madera pintadas de alegres colores con lindos porches y con muchas plantas. 






Algunas de ellas se han convertido en hoteles o casas de hospedaje. También vimos tiendas pequeñas y agencias de viajes.



Por la tarde se encontraban los diablos del martes de Carnaval bailando y persiguiendo a la gente que los provocaba simulando propinar sendos latigazos. 





Era una representación de la cultura panameña en Bocas del Toro sobre la colonización y la esclavitud. También había algún diablillo bueno que se dejaba fotografiar con los más pequeños que presenciaban el espectáculo.




Por la noche fuimos a cenar al Buena Vista, ubicado en un palafito sobre el mar y donde hacían excelentes platos y cocktails.