Fecha del viaje: Abril 2010
Extracto de Mi Diario de Viajes:
Extracto de Mi Diario de Viajes:
Esta mañana, salimos hacia Sigulda, donde se encuentra el Parque Nacional de Gauja, el más antiguo de Letonia. Aquí se puede practicar varios deportes de agua y de riesgo. Es un parque interesante de visitar porque contiene ruinas de castillos en medio de un paraje poblado de pinos. Se encuentra a tan sólo una hora y quince minutos de Riga.
Salimos del autobús y empezamos a caminar para bajar el desayuno pantagruélico que tomamos en el hotel. Nos llama la atención que la primera parte del parque sea plana, con calles asfaltadas, como si se tratara de un parque temático, así que tengo una sensación extraña al pasear por unas calles asfaltadas rodeadas de arboledas y casas pequeñas, como si fuera un pueblo.
Nos encontramos fuera del camino una iglesia luterana que dejaron los alemanes como recuerdo. Dentro nos espera un cura que nos hace una breve explicación y nos sugiere que al final de la visita dejemos una pequeña donación. Destaca en su interior un retablo de hace 300 años. La iglesia fue construida en el años1225 y fue reconstruída en los siglos XVII Y XVIII. Nos encontramos con una exposición de pequeños cuadros realizados con botones. Nos gusta la imagen de San Jorge y el dragón. Incluso te has de acercar para apreciar que son botones lo que estás viendo.
En Sigulda nos encontramos con las ruinas de un castillo medieval, una antigua fortaleza del que quedan sólo dos paredes y que fue construído entre los años 1207 y 1226. Junto a las ruinas se encuentra otro castillo de principios de siglo XX que en la actualidad es un sanatorio. Me doy cuenta que hay un gran número de sanatorios en el país, y no me extraña. Es éste un país frio, y eso que estamos en primavera, con gente que apenas habla en la calle ni en los transportes, tienen el índice más alto en divorcios de toda la Comunidad Europea, creo que yo también me volvería majara con tanto frio e incomunicación.
Desde aquí vemos la otra parte del parque y una bonita vista del rio Gauja, con el Castillo de Turaida al fondo. Nos dirigimos al teleférico que nos llevará al otro lado del rio. Aquí ya cambia todo, ya nos encontramos en plena naturaleza. Cruzamos solos en el teleférico y apreciamos las vistas con pinos y abetos medio helados y el rio en una bonita combinación de colores blanco, gris, amarillo y marrón. Es una imagen, bucólica y triste a la vez.
Una vez en tierra cogemos un sendero serpenteado que nos lleva a la Cueva Gütmana. Es famosa por ser la más grande del Báltico y por la leyenda de la Rosa de Turaida. En la misma podemos apreciar grafittis del siglo XV en forma de inscripciones corazones...
Cuenta la leyenda que la bella May Rose vivía en el Castillo de Turaida desde bien pequeña y se enamoró de Victor, un jardinero de dicho castillo. Se encontraban en secreto dentro de la cueva (a mitad de camino de los dos castillos). Un malogrado día fue secuestrada por uno de los soldados engañándola haciendo ver que traia una carta de su amado. Cuando llegó a la cueva, la secuestró, pero ella, a cambio de su libertad, quiso entregarle un collar que llevaba indicándole que tenía poderes y que le haría una demostración. Esto quedó en el misterio, pero fue asesinada por el soldado que más tarde fue capturado y colgado por su crimen. Así que existen documentos de la Corte dando credibilidad a esta historia y a dia de hoy se le rinde homenaje a la bella Turaida en una gran piedra grabada en su memoria. Junto a esta nos encontramos un gran cisne merodeando como si fuera el guardián de la cueva.
Continuamos por senderos con lagos aún en deshielo y pinos con los troncos dañados por el frío, incluso hay algún sendero cortado por la caída de árboles que nos hace seguir por la carretera en algunos de sus tramos. En el tramo final hay una ligera subida que nos lleva al Castillo de Turaida.
Es su interior alberga el patio principal y en sus salas se exhiben la vida del castillo durante los periodos de 1319 hasta 1561. No hay nadie en el recinto y subimos a la Torre de las Mazmorras, desde aquí apreciamos unas vistas del Parque Nacional de Gauja.
Muy cerca del castillo hay un pequeño sendero y llegamos al Jardín de las Dainas, con esculturas en piedra que simbolizan a los heroes letones que se inmortalizan en las Dainas, canciones tradicionales del país que expresan acontecimientos como el nacimiento, las bodas y la muerte. Volviendo hacia la entrada localizamos la tumba de la Rosa de Turaida .
Una preciosa entrada. Enhorabuena y buen viaje. Saludos cordiales.
ResponderEliminarMe gusta especialmente la última fotografía, gracias por compartirlas
ResponderEliminarUn abrazo
precioso Mercedes
ResponderEliminary es que esas tierras deben ser alucinantes no??
espero mas entradas porque es un lugar que tengo enmente visitar
un fuerte abrazo
Fantástico relato y unas bellas fotos. Pero me imagino ese frío y vivir ahí no lo soportaría.
ResponderEliminarBesos,
Luis.
Preciosas imagenes de paisajes frios y desiertos.
ResponderEliminarEs bonito verlo en foto, pero me imagino que vivir alli debe ser un poco deprimente.
Donde esté el sol y el mar...
Besos, guapa.
Hola,
ResponderEliminarTodo lo que cuentas transmite melancolía y frío, que tampoco viene mal cuando el sol te abrasa...Saludos.
Mercedes. Gracias por tu visita. Tanger no siendo verano es mas aconsejable. Lleva poca ropa y mucha paciencia para comprar. La zona del pequeño zoco hacia abajo (cerca de una mezquita) tiene comercios que te ajustaran mejor el precio.
ResponderEliminarUn saludo.
Me gusta esa iglesia luterana, el Castillo de Turaida y lo que describes del Parque Nacional de Gauja. Es curioso lo del cuadro hecho con botones y la cueva con inscripciones en forma de corazones.
ResponderEliminarLas leyendas de los lugares que se visitan forman parte del viaje, haces bien en escribirlas en tu cuaderno.
Un abrazo.
Estos parajes con los árboles sin hojas tienen un encanto muy melancólico y una belleza especial.
ResponderEliminarGracias por compartirlo.
Hola Merche, ya de vuelta de las vacaciones intento ponerme al día visitando los blog amigos. Veo que llevas una extensa serie sobre Lituania y Letonia. Qué ganas tengo de visitar el norte de Europa, dedicarle un tiempo necesarios para visitar algo de estas tierras. viendo el reportaje me anima ha pensar en un próximo viaje, ya veremos si me decido.
ResponderEliminarVeo que lo disfrutaste a fondo. Bellos parajes y una historia extensísima reflejada en la increíble arquitectura. Estoy disfrutando de estas últimas entradas.
Mil gracias por los consejos y recomendaciones sobre Perú. Me fueron muy útiles, traemos un recuerdo imborrable de este viaje.
... y qué duro se hace volver.
Un fuerte abrazo
La verdad es que ya había venido a parar varias veces a esta web buscando información pero no fué hasta anoche cuando empecé a profundizar en ella y.. ME HA ENCANTADO. Desde los viajes, los rincones que exploras, la manera de relatarlo...
ResponderEliminarUn abrazo muy fuerte (y que sepas que desde anoche tienes un seguidor más en Google Reader y en nuestro blog)
hola, guapa. tú en Letonia, yo siempre estoy viajando a Itaca...
ResponderEliminarpero sí, de nuevo un pie en la blogosfera. ...os echaba de menos...
el otro pie, me temo sigue en las nubes...
el mosaico de botones me ha encantado, es chulísimo.
un abrazo.
La leyenda es muy triste, en consonancia con ese paisaje con una variada paleta de grises, pero es cautivadora, da ensueño y eso tiene mucho valor.
ResponderEliminarLa escultura de la última foto es muy moderna pero situada en un lugar excepcional, es lo que se merecen las bellas obras, como tu diario, y en especial este estupendo relato de la naturaleza báltica.
Buggs, te manda un saludo
Una visita muy interesante. En cambio yo, estando en Riga, opté por irme de excursión a Jurmala, a la playa.
ResponderEliminarEs lo que tiene no ver el amr casi nunca!!
Me lo apunto para la próxima.
Un saludo!
Es venir a leerte (y sobre todo después de tanto tiempo y tras un verano que siempre suen a aventura) y uno se pregunta por qué latitudes te moverás en estos momentos.
ResponderEliminarUn saludo.
ALFONSO: No estoy de vacaciones, aun me faltaunas semanas! En las entradas pongo la fecha del viaje realizado. Saludos!
ResponderEliminarPILAR: Gracias y saludos.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarBLEID: Yo tenia ganas de conocer las tierras balticas, pero he de confesar que no me entusiasman y es por una razón importante, el frio. Saludos.
ResponderEliminarLUIS: Para relatos, los que tu haces. Y si, es un pais para los que no les importa el frío.
ResponderEliminarLOLA: Bonitos lugares si, pero frío mucho. Un saludo.
ResponderEliminarVIAJERO IMPRESIONISTA:Siempre he pensado que los lugares de frío tienen ese toque romántico que a mi me gusta.
ResponderEliminarJAVIER: Gracias, lo tendré en cuenta.
ResponderEliminarNURIA: Gracias por ese apoyo, siempre me animas a escribir. Un abrazo.
ResponderEliminarCINCUENTONES: Coincido contigo en que es un lugar melancolico, tanto, que yo me deprimiria si viviera allí. Otra cosa es visitarlo.Un abrazo.
ResponderEliminarANGEL: Que bien volverte a leer por aqui! Se que has disfrutado de tu viaje por el altiplano. Y que las fotos que veremos serán magníficas. Un abrazo.
ResponderEliminarTATY: Gracias por visitarme y bienvenida al blog. Saludos.
ResponderEliminarISAAC Y PAULA: Muchas gracias, también os enlacé por vuestra forma de viajar y porque me gusta el blog. Un saludo!
ResponderEliminarSENSES: Haces bien, el viaje a Itaca es un reto y una prueba en nuestras vidas... Algun dia añadiré esa poesía de Kavafis en mi blog...
ResponderEliminarBUGGS: Las leyendas forman parte del pasado...pero a pesar de que es una historia triste, no deja de ser bella y romántica. Un beso en el hocico.
ResponderEliminarINES: También estuve en Jurmala y allí si que pillé un resfriado de aupa. En el tren que íbamos no habia calefacción, así que estábamos a unos grados bajo cero y en la playa había nieve amontonada, cosa que no habia visto nunca. Fuimos allí para darnos un baño termal y todo se encontraba cerrado así que entre el viento helado y el frío acabé como una sopa que me duro cinco días. Un abrazo.
ResponderEliminarRAUL:Desde Julio sigo en Barcelona y después de que todos vosotros habeis hecho ya vuestras vacaciones, poco me falta para volver a marchar. Un abrazo y feliz vuelta.
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