16 de diciembre de 2021

SUECIA : EL MUSEO AL AIRE LIBRE DE SKANSEN

 

Esta mañana salimos hacia Skansen, el museo de casas al aire libre y que en esta época recobra vida con el mercado de Navidad. Tomamos el tranvía 7 que nos dejaba en la Isla de Djurgarden.




En la misma entrada nos entregaron un folleto con un plano de los sitios más destacados pues es un parque bastante amplio. 



En la primera parte nos encontramos con un pueblo típico con casas de madera, una antigua cabina de teléfono y tiendas como la farmacia, la panadería, el zapatero, los artesanos de la plata y el vidrio...  




Había personas vestidas a la antigua usanza, mujeres ataviadas con largas faldas y señores tocando instrumentos vestidos también de época.




Visitamos una de las casas que disponía de tres habitaciones, un pequeño dormitorio, un taller de madera y en la estancia central había tres personajes; un hombre afinando un instrumento, y una mujer ataviada con pañuelo y con mandil cuidaba del fuego de la chimenea, otra mujer cosiendo…etc. 

 




Más allá hacia el norte, subiendo por un callejón empedrado seguimos a unas mujeres que se dirigían al mercadillo. A lo lejos se oía música y cuando nos acercamos vimos a la gente que bailaba.   





En el mercadillo podías encontrar de todo, desde tejidos de lana como zapatillas, bufandas, jerseys, pellizas, hasta objetos de artesanía. Un poco más adelante se encontraban los puestos de comida con un fuego al aire libre donde la gente se podía sentar a comer.



Vimos una de las iglesias de madera y seguimos por un sendero ya más solitario donde encontramos un pequeño brasero encendido para el que pase por allí se calentara las manos. Y es que el frío acuciaba a pesar del día despejado y con sol.


 


En una de las casas de madera encontramos madera apilada cortada para los duros inviernos y llegamos seguidamente a otra de las  granjas típicas. 





Una buena mujer ataviada nos explicaba que en la Navidad se decoraban las casas con motivos navideños y las mesas se decoraban con candelabros y se llenaban de comida con viandas, quesos, pan, frutas y las paredes se colgaban telas pintadas con pasajes de la Biblia.



En un lado había un armario indicando que la casa es de 1788. En la estancia también había una pequeña chimenea y dos camas encajonadas con alegres telas de cuadros rojos y blancos, sillas labradas y con corazones en la madera. En el cobertizo encontramos una rueda de moler y otros detalles.




En Skansen también hay un pequeño zoo, un lugar precioso donde pudimos ver renos, bisontes, jabalíes, osos, lechuzas, caballos de pata corta, linces y de forma libre ardillas por todos lados.




Volviendo nos encontramos con otra de las granjas donde una buena mujer anda ayudando a unos turistas. Junto a la granja vemos una pequeña lechera de aluminio. 





La granja era preciosa, vestida con césped en el techo y justo al lado un campanario sin iglesia. Había un lugar para guardar el heno y finalizando un molino antiguo.



Y es que este lugar de Estocolmo nos transportó en el tiempo, a otra época que merecía la pena conocer.    







13 de diciembre de 2021

SUECIA: EL ENCANTO DE LA NAVIDAD EN ESTOCOLMO

Por la tarde nos acercamos al corazón del centro histórico de Estocolmo donde se ubicaba el mercado de Navidad de la plaza de Stortorget en el barrio de Gamla Stan. Tomamos un vino caliente nada más llegar pues el frío aumentaba conforme pasaba el día.



En esta plaza, se levantaron numerosos edificios de casas medievales decoradas con alegres colores y tejados terminados en punta o redondeados. En una esquina se encontraba el famoso edificio de la Bolsa.



Desde principios de la Edad Media, la ciudad era el punto de encuentro con un mercado, un pozo y numerosos puestos que llenaban el recinto. Al otro lado se encontraba el edificio que albergaba el Museo Nobel.




Salimos de la plaza y dimos un paseo por los alrededores. En el casco antiguo había pequeñas tiendas encantadoras decoradas con motivos de Navidad, así como las calles de adoquines por las que pasábamos que se encontraban engalanadas con luces y adornos navideños.    




En Västerlanggatng era adorable ver cómo oscurecía con las casas iluminadas por estrellas que colocaban en sus ventanas.




Era hora del “fika”, una palabra con mucha importancia para los suecos y es que se trata de hacer una breve parada y tomarse un café por la tarde con alguien en un lugar agradable. 




Como ya era casi la hora de la cena nos fuimos a uno de los restaurantes para tomar un pastel de patata con salmón, eneldo y sémola acompañado de una cerveza.




Pasamos por el callejón más estrecho de Suecia que medía 90 centimetros con sus empinadas escaleras en Marten Trotzigs Gränd. Queríamos visitar la Storkyrkan, la Catedral de San Nicolás con 700 años de antigüedad pero se encontraba envuelta en plástico por reformas.





Decidimos ir hacia el puente que lleva de camino al Palacio Real para verlo iluminado y el Parlamento con el mar y lago de fondo. Seguimos el canal que nos llevaba a la Ópera también iluminada en rojo y azul de forma intermitente y a un lado el Grand Hotel. 




Desde aquí se cogen barcos para hacer la excursión de los puentes de la ciudad.




Caminamos hacia el Kungsträdgarden, un parque con jardines donde habían colocado una gran pista de hielo gratuíta. Justo en medio de la pista se encontraba la estatua de Carlos XII. Este es un lugar de encuentro popular entre los holmienses.





En el  parque encontramos unos renos gigantes iluminados. Este lugar fue en su día un Jardín Real (en el siglo XV) de hierbas aromáticas.


12 de diciembre de 2021

SUECIA; EL PALACIO REAL DE ESTOCOLMO

 

Era nuestro deseo pasar unos días de diciembre en Estocolmo. A pesar de que se acercaban las fechas de Navidad y hacía bastante frío, había otras muchas cosas interesantes que compensaban la visita a esta maravillosa ciudad.



El primer día nos fuimos andando desde el hotel que se encontraba en el barrio moderno, hacia el Palacio Real ubicado en el casco antiguo, en la isla de Gamla Stan. Queríamos visitar su palacio que contenía 608 habitaciones (el mayor del mundo aún habitado).



Esperamos unos veinte minutos en la plaza del palacio porque se estaban preparando para el cambio de guardia, nos quedamos casi congelados pero finalmente pudimos presenciarlo.



Era imponente ver tanto soldado desfilando de un lado a otro e izando las banderas al ritmo de la música. Otros aguardaban el relevo en las garitas permaneciendo impasibles, sin mover una pestaña. 



Los soldados iban vestidos con largas chaquetas de ocho botones hasta las rodillas y pantalones y boinas verdes y guantes.



Después sacamos la entrada con tarjeta de crédito pues aquí todo, incluso en los lavabos públicos se pagaba con tarjeta aunque fueran 50 céntimos de euro.



El palacio se erigió sobre las ruinas del Castillo Tre Kronor que se incendió casi por completo en 697. Atravesamos la escalera, visitando primero los apartamentos Barnardotte, de estilo rococó, de estancias amplias con grandes lámparas de cristal y mobiliario del siglo XVIII. 



Llamaba la atención las estufas de cerámica y los retratos. En la misma planta baja se encontraban las salas donde el Rey se reunía con el gobierno. En una de ellas contenía el trono de plata de la Reina Cristina, en el Salón de Estado.



En la primera planta visitamos los aposentos del Rey Gustavo III, cuyos esfuerzos por consolidar el poder de la Corona Sueca en los albores de su reinado, levantó ampollas entre la nobleza. 




Murió 13 días después de ser disparado en un baile de máscaras. Sobrevivió lo justo para mantener las apariencias y sofocar un intento de Golpe de Estado. (En la foto, el actual Rey Carlos XVI Gustavo de Suecia)



En todas las salas pudimos apreciar tapices, lámparas, alfombras, chimeneas, todo ello de gusto exquisito. Es una mínima muestra de lo que puede ser el Tesoro Real ubicado en un edificio aparte.



Uno de los de las salones más imponentes es la de Carlos XI que es utilizada como despachos reales.

 


Se inspiró en la Galería de Espejos de Versalles y se considera uno de los mejores ejemplos del barroco tardío sueco.



En el palacio se siguen organizando cenas reales con cubiertos y vajillas especiales para la ocasión y montando una mesa alargada que acoge a 170 comensales.



En esta planta se encontraban también los aposentos de los invitados. En la cámara más grande se alojaron los más importantes. Recientemente estuvo la Jefa de Estado de Alemania y cuando vinieron los Reyes de España prefirieron alojarse en el Grand Hotel, el más lujoso de la ciudad.