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23 de mayo de 2024

BIELORRUSIA: UNA NOCHE EN LA ÓPERA BOLSHOI DE MINSK

 

Desayunamos en el refectorio del Monastyrski Hotel. Nos recordaba un poco al que estuvimos en Vilnius y Santiago de Compostela.



Aprovechando nuestro último día en Bielorrusia, aún nos quedaban lugares en la capital por visitar.




Empezamos la mañana para ir al Museo Nacional de Arte. Pagamos 10 Byr y entramos en un gran edificio de estilo clásico con una sección de pintura rusa de los siglos XIX y XX. 





Además de una colección de pintura bolchevique, después de la Revolución.




Uno de los cuadros a destacar era un retrato de Marc Chagall de su maestro Yendel Pen.




El cuadro más llamativo era el del Ejército Rojo liberando Minsk de los alemanes en 1944, tres años después de la invasión nazi.



Una de las esculturas que nos llamó la atención  fue la de los tres dirigentes de la conferencia de Yalta en Crimea: Stalin, Churchill y Roosvelt repartiéndose el mundo.



También había una pequeña sección de arte oriental y vitrinas de porcelana rusa.



Después nos acercamos al barrio de la Trinidad, lo que fue el barrio judío pero reconstruido.




Cruzamos el puente que nos llevaba a la Isla de las Lágrimas donde se alzaba una escultura significativa "del dolor y el valor" representado por mujeres portando en sus manos retratos de sus familiares fallecidos en la Guerra de Afganistán, cuencos y estampas religiosas.





Delante  había unas vistosas coronas de flores en honor a todos aquellos que sufrieron la guerra.



Tomamos un zumo refrescante de arándanos antes de salir del barrio. Desde aquí podíamos contemplar bellas vistas del río.




Por la tarde caminamos hasta el Komarovsky Market, el mercado principal de Minsk. Mucha carne de cerdo y vacuno, embutidos y puestos de queso fresco y dulces.



A las siete de la tarde fuimos al Teatro de la Ópera Bolshoi para ver "Esmeralda"  interpretada por una compañía de ballet rumano.



De paso pudimos ver el interior del teatro.



Era una obra muy vistosa y con alegre vestuario. Había en total unos 35 bailarines que llenó de emoción al público con sus danzas y piruetas.



Terminamos la velada en un restaurante junto al ayuntamiento al aire libre y con música para celebrar la despedida de un país que nos ha sorprendido gratamente.


21 de mayo de 2024

BIELORRUSIA: GRODNO, UNA CIUDAD DE CONTRASTES


Llegamos con la marshrutka a la estación de autobuses de Grodno (al oeste del país) por una carretera flanqueada de pinos y  paisajes de verdes praderas.



A escasos metros se encontraba el Hotel Slavia en el centro de la ciudad e iniciamos un bonito recorrido por el casco antiguo aprovechando el buen día que hacía. 



Era domingo y la gente paseaba contenta por la calle principal de Sovetskaya de casas del siglo XIX  restauradas y pintadas en colores alegres.



Junto a la plaza se eregía la monumental catedral blanca de San Francisco Javier con cúpulas azules. Como  hacían  misa y se encontraba a rebosar, nos quedamos en la entrada observando tras el cristal.



En la misma plaza Sovetskaya había la Casa de Cultura con solemnes columnas blancas y varios cafés. 



Nos dirigimos hacia el río Nemen y de repente se puso a llover, así que entramos en un café con pabellones de madera y vistas al río donde tomamos cerveza local y un té para reconfortarnos. 



Ya era más de las  nueve de la noche y aún no se había puesto el sol. El café estaba animado y sonaba buena música.



Al día siguiente volvimos hacia el río pasando por la Catedral y el Monasterio Bernardino. 



Bajamos la pequeña colina y justo en el cruce había un pedestal soportando un tanque T-27.  



Cruzamos para ver el  impresionante edificio estalinista del Teatro de Arte Dramático de 1954. Delante había una escultura de Pegasus. 



Siguiendo la colina de los miradores del rio llegamos hasta el Castillo Nuevo, reconstruido por los soviéticos  y que fue sede del Partido Comunista.



Hoy alberga un museo con armas antiguas y animales disecados.



Seguimos hasta el Castillo Viejo accediendo por un puente de madera pero se encontraba cerrado. A la derecha se veía la torre de vigilancia de la Estación de Bomberos y justo a las 12 en punto salía un bombero tocando la trompeta en lo alto.



Seguimos bajando hacia el río y en un desvío a unos 300 metros subimos por una escalera de piedra hacia la Iglesia de Boris y Glev, o también llamada Kalozha.



Es la más antigua de la ciudad construída en piedra y bonitos mosaicos de cruces decoraban su fachada exterior. Entramos y vimos lindos iconos. Es un lugar donde se respiraba paz interior y encendimos unas velitas en honor a nuestros familiares ya fallecidos.



Subiendo el Parque Kolozhsky llegamos hasta una estela que homenajeaba la fundación de la ciudad de Grodno en 1978 por los 850 años. Hay dos estatuas de 6 metros en cada lado, representan el valor del guerrero y la hospitalidad de la mujer.



Pasamos por la  Vieja Sinagoga y volvimos hacia la  calle Sovetskaya donde paramos en el Café Raskosha de 1795 y tomamos unos cafés.



Por la tarde descansamos un poco y continuamos el trayecto hacia el otro lado de la ciudad, en la Plaza Lenin con una escultura del homónimo.

 


De aquí nos fuimos hacia el Parque Gillibert rodeado de flores. En el centro nos topamos con una escultura del soldado desconocido con una llama encendida.



Paseamos por el puente y de aquí nos fuimos hacia la Catedral Ortodoxa de San Basilio pintada en color rosado y una pequeña capilla detrás.



Justo enfrente había un mural de granito de la era soviética llamado Ciencia donde se veía a una mujer en el centro rodeada de varios hombres entre ellos un físico, un matemático y un astronauta. Grodno nos ha sorprendido por su belleza y su mezcla de vestigios centroeuropeos y soviéticos.



19 de mayo de 2024

BIELORRUSIA: EL PARQUE NACIONAL DE BELOVEZHSKAYA PUSHCHA

 

Desde Brest nos fuimos hacia la estación de autobuses con un taxi. Una vez allí, compramos el billete de ida y vuelta al P.N. Belovezhskaya.



Es el bosque más antiguo del continente, donde se encuentran los únicos bisontes de Europa que comparten con el P.N. de Bielowieza en Polonia. 




Además hay 55 especies diferentes de mamíferos. En una hora y treinta cinco minutos de trayecto, pasamos por campos verdes, casas de madera y pequeñas poblaciones, entre ellas Kamanyets. 




Una vez en el parque, pagamos la entrada del zoo al aire libre y así poder ver los animales que habitan el parque. 



También contratamos una excursión de 2h y media para adentrarnos en el mismo y visitar los museos de Etnografía y Antigua Tecnología.





Los bisontes, ciervos y algún que otro animal como los lobos se encontraban en espacios amplios pero cercado pues para el visitante es imposible verlos en estado salvaje. 




Otra cosa eran las  jaulas de los osos y animales más pequeños, daban pena verlos sin apenas espacio, como ocurre con tantos otros zoológicos del mundo.




Cogimos el bus turístico que hacía un recorrido de 26km, la misma ruta de los ciclistas. Con nosotros venía una guía oficial que explicaba en ruso las características del parque haciendo un par de paradas por el camino. 



Había una pareja de rusos que venían con nosotros, un ayudante de la guía y el conductor. Un autobús entero para sólo siete personas, de las cuales casi la mitad era personal del parque.



Nos adentramos en el parque a través de un bosque primigenio de robles y pinos (en total hay más de 1000 especies de árboles y flores) hasta llegar al Museo Etnológico. 





Allí había en una esplanada un conjunto de casas típicas que visitamos junto a la destilería. 



Después nos dieron a probar el licor de hierbas acompañado de un trocito de pan de centeno y tocino ahumado.




En una de las paradas vimos un roble de 600 años y una altura de 32 metros y un diámetro de 2 metros. Había que tocarlo y abrazarlo. Para rodearlo se necesitaban cinco personas. Creo que era el árbol más antiguo del parque.



Volviendo nos dejaron en la entrada posterior del zoo para seguir viendo a los pobres osos, lobos y otros animales.




Cuando finalizamos la visita entramos al Café Lesnaya a tomar algo mientras esperábamos el autobús de vuelta a Brest.



El Parque Nacional Belovezhskaya Pushcha es Patrimonio de la Humanidad desde 1992.