Llegamos a la Habana con Air Comet y al salir del avión ya me siento a gusto pues hacía tiempo que no notaba esa bocanada de calor tropical. Son 29 grados de temperatura en plena noche. La salida de las mochilas se hace interminable pues llegan tres compañías a la vez desde Madrid y se monta un poco de caos en la cinta. Una vez recuperadas, nos dirigimos a la salida donde nos esperan nuestros amigos Braulio y Yunior.
Salimos en coche y como ya son las nueve nos vamos directamente con ellos a cenar a un restaurante-discoteca de cubanos. Pedimos unas ensaladas de atún acompañado con cerveza “Bucanero”. Braulio sólo toma un batido pues su madre le prepara la comida en casa ya que está aún pasando la prueba de aspirante a santero y durante un largo período de tiempo no le estárá permitido comer ni beber alcohol fuera de casa ni por supuesto irse de juerga incluso tener relaciones sexuales. Tampoco se le pueden hacer fotos.
Recorremos a todo meter con el coche de Yunior el famoso Malecón donde hay un ambiente muy "cálido" de parejitas sentados abrazados y besándose. Pasamos por el Capitolio, el Teatro Nacional, los hoteles emblemáticos de la ciudad, la Plaza de la Revolución pero en días posteriores los visitaremos con más calma.
Nuestros amigos nos ponen al día de la situación del país y se vislumbra cierta esperanza, un rayo de luz porque quieren que Cuba cambie y de hecho ya está cambiando. Pero todo a su ritmo: se permite la venta de todo tipo de electrodomésticos, también pueden pasar por la aduana los ordenadores sin problema, eso si a los que pueden entrar y salir de la isla. También pueden ir a los grandes hoteles y resorts pues antes era exclusiva de turistas...y un sinfín de detalles más.
Ya son las doce de la noche y como estamos un poco cansados del viaje nos alojan en un pequeño estudio apartamento de un familiar, tiene una habitación, comedor, cocina, un pequeño cuarto de baño y un porche con plantas. Se encuentra en Miramar. La decoración es curiosa, pues las paredes están llenas de cortinas tengan ventanas o no. Nos despedimos de ellos hasta mañana pues nos acompañarán para enseñarnos la ciudad…
Hoy ya levantados pero sin podernos duchar (menos mal que lo hicimos la noche anterior) nos acercamos a una Cadeca, casa de cambio. Tenemos que hacer cola a veinte metros de la puerta y un vigilante controla que se mantenga el orden dejando entrar uno a uno a la pequeña casa de cambio. Cambiamos algunos euros en pesos cubanos que es la moneda nacional y pesos convertibles, esta última para exclusividad del turista. Los niños se acercan a los colegios y se dejan fotografiar regalando sonrisas.
Nos viene a buscar Yunior y almorzamos en una terraza un café y unos bocaditos de jamón y queso. Yunior se pide uno de chorizo y huevo a lo que le replico que para el colesterol es ideal por lo que me contesta que ahora teniendo las pastillas que le he traído desde España ya no tendrá problema y nos reímos al unísono. Dice que se las llevará a la doctora para que le recete la dosis necesaria.
Justo al lado de la cafeteria hay una pescadería con una gran fila esperando el turno. Un pescado de 1kg cuesta 1euro al cambio, para ellos sale carísimo con sueldos que oscilan entre 8 y 40 euros al mes, por lo tanto, a pesar de existir todavía las cartillas de racionamiento apenas cubren las necesidades básicas, no pueden permitirse comer pescado y carne con frecuencia. Un kilo de carne de res cuesta unos 5 euros pues es importada.
Nos vamos a buscar a Braulio a su casa que va todo vestido de blanco debido a su iniciación a la santeria. El es devoto de Changó, que sincretiza con la Virgen de Santa Bárbara. Changó es el Dios del fuego y de la guerra. En su casa tiene un altar dedicado a él y se compone de un pilón de madera que es considerado un objeto de culto. También hay flores y frutas además de unas velas y una campanilla.
Ya en la calle, nos cruzamos con otros aspirantes a santeros y se saludan poniéndose una mano en el pecho. Pero me da la sensación que es más bien una moda entre la gente joven pero nos comenta Braulio que quizás tenga razón porque da prestigio aunque el dice que siente la religión profundamente.
Nos dirigimos al barrio de Vedado y nos adentramos en la famosa heladería Coppelia con sucursales en todo el país. Se forman diversas colas:para extranjeros y para cubanos. Los helados para turistas son más caros pero de mayor calidad. Cada cola se subdivide en otras para coger asiento. Los nombres son muy curiosos como Arlequín, Canoa India, Parfait, Copa Lolita y sabores diversos de guayaba, piña, coco almendrado, menta…etc. El más solicitado es el de fresa y chocolate, que dio nombre a la famosa película y donde también se rodó.
Visitamos la Universidad, y desde allí nos vamos a Habana Centro por la rampa que baja hacia el Malecón.
A medio camino nos encontramos un mercado de artesanía y pasamos por la Calle Hammel diseñada por grafiteros con motivos afro-cubanos con casetas de artistas y de rituales africanos. Nos dirigimos a una farmacia donde Yunior y Braulio compran Espirulina que usan como complemento alimenticio y también sirve para quitar el hambre. Son comprimidos naturales hechos a base de algas. Aquí cuesta una tercera parte de lo que podría costar en Barcelona.
Nos vamos al hotel más alto de La Habana, de ochenta y siete metros de altura y desde donde podemos apreciar una bella vista del Malecón tomando unos mojitos.
Visitamos el Capitolio, una réplica del que hay en Washington y realizamos una visita con una funcionaria que nos acompaña a cada sala. Después de una detallada explicación, aun se ve en la obligación comiéndose su orgullo de tener que explicar su situación, 6 dias a la semana trabaja 8 horas al día y sólo gana 8 euros al mes. Es incomprensible subsitir con ese sueldo. Le ofrecemos una buena propina que nos agradece enormemente. A destacar, el Salón de los Pasos Perdidos decorado con lámparas y bellos suelos de mármol.
Nos vamos a comer al restaurante "El Palenque" donde se sirven platos típicos y es famoso por las diversas celebridades que lo han visitado, desde Cesaria Ëvora hasta Gabriel García Marquez.
La monumental Necrópolis de Colón es un cementerio enorme y hay panteones con numerosas esculturas. Una de ellas es la réplica de la Virgen del Cobre, patrona de Cuba. Hay un gran monumento dedicado a los Mártires del Asalto al Palacio Presidencial, estudiantes que fueron asesinados en la época del Presidente Batista. Retomamos el coche y escuchamos un CD de “Tres de la Habana” un grupo famoso emigrado a Miami, USA.
Pasamos por La Bodeguita del Medio, y como no, seguimos degustando unos mojitos.La música suena en todas partes, hasta en la calle Yunior me invita a bailar. Ya son casi las seis de la tarde, nos dejan en casa, descansamos y nos damos una ducha. Antes de partir llamamos para reservar una casa particular en Santiago pues llegaremos por la noche.
Ya en el aeropuerto, nos despedimos de nuestros amigos y nos ruegan que llamemos para estar seguros de que todo va bien.Es la primera vez que visitamos Cuba y nuestro viaje se centrará en la parte oriental de la isla: desde La Habana a Santiago, la ermita de la Virgen del Cobre, el Castillo de San Pedro del Morro, Baracoa, Holguín(donde se celebrará la fiesta de la Romería por esas fechas),Guardalavaca, Playa Esmeralda, Camagüey, Cayo Coco y finalmente Trinidad, Valle de los Ingenios, Playa Ancón y desde Trinidad vuelta a La Habana para visitar la perla de la ciudad: La Habana Vieja.