Fecha del viaje: Junio 2015
De buena mañana desayunamos en la plaza principal
de Limassol, junto al mercado. Nos alegra ver a la población local, pues
parece ser que este lugar es el centro de reunión, en su mayoría de hombres que
vienen a tomarse su café chipriota y a fumar y que comparten charla con sus
amigos bajo la sombra de las parras .
Desde la estación de autobuses comprobamos
que sale en punto un autobús a las nueve de la mañana, sólo van una pareja y
nosotros ya que en Chipre la mayoría suele alquilar coche. Es más, en
nuestra guía Lonely Planet la mayoría de rutas descritas son para hacerlas en
coche y se deja de especificar datos de cómo ir en transporte público. Y es que
desde hace unos años hasta día de hoy la guía más fiable para el
viajero independiente se ha vuelto una comodona... de acuerdo que ahora todo se
puede mirar por internet y que todo cambia, pero...veo esa falta de interés por
parte de los autores que escriben dando información sin ni siquiera haber
estado, y eso se nota.
En una media hora llegamos a nuestro destino, las
ruinas se encuentran en un acantilado por el que hay que subir un trecho pero
que una vez arriba nos hará vislumbrar una hermosa vista de la playa que
tenemos abajo, preciosa.
Empezamos por el Teatro Romano que se encuentra
prácticamente reconstruido en gran parte y que en Julio y Agosto se utiliza para
hacer conciertos.
Korion data desde sus principios desde el periodo
del Megalítico, unos 3300 años. Su lugar estratégico es excepcional.
Continuamos hacia la casa de Eustolius, del
periodo Romano, con baños, jardines y grandes salas, la casa adquiere el nombre
del arquitecto que la construyó. En el centro de los baños hay un precioso
mosaico. Aquí hay dos mujeres que cuidadosamente barren el polvo acumulado para
mantenerlo limpio. La mujer que aparece en el mosaico es Ktissis, que representa
la personificación de la arquitectura.
Recorremos un buen tramo que nos lleva a la
Basílica Cristiana y que fue destruida por dos terremotos.
Cerca se encuentra el Ágora que era el centro de la ciudad y en el que podemos ver algunas columnas en pie y arcos.
Cerca se encuentra el Ágora que era el centro de la ciudad y en el que podemos ver algunas columnas en pie y arcos.
Las ruinas al norte nos muestran los baños y los sistemas
de irrigación donde llegaba el agua. Contiene un frigadarium (habitación fría),
tepidarium (habitación caliente) y el caldarium (la habitación más caliente).
Se puede apreciar lo enorme que eran estas termas.
Finalmente llegamos a la Casa de los Gladiadores,
con bellos mosaicos de gladiadores combatiendo con sus armas. Más al norte se
encuentra la casa de Aquiles.
Hay diversos miradores
desde lo alto para poder vislumbrar las maravillosas ruinas y el paisaje que lo
rodea.
Como apreta el calor
bajamos a la playa para darnos un buen chapuzón y refrescarnos y una vez secos
nos tomamos una cerveza local Keo en el
chiringuito junto a la playa antes de volver hacia Limassol.
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