Desde la playa de Anse
Volverg donde estamos alojados, visitamos la Reserva Natural del Valle de Mai,
Patrimonio de la Humanidad inscrito en la Unesco desde 1983.
El valle se encuentra ubicado en el centro de la isla de Praslin. La entrada nos cuesta 25eu por persona, una clavada que resignados pagamos pero que merece la pena ver pues aquí se encuentra el famoso “coco de mer”, un fruto que puede llegar a pesar los 20 kgs.
En el centenario bosque
de palmeras, que conserva hasta seis especies diferentes, hay tres trayectos
distintos.
Para empezar nos inclinamos por el más largo de unas dos horas de
duración, también hay uno central de una hora más otro de media que completamos
al final del recorrido.
Hoy en día, la SIF se dedica a garantizar para futuras
generaciones que sea protegida y bien administrada donde la conservación, la educación en investigación y el turismo sean priorizados y equilibrados de manera sostenible..
Recorremos los senderos
marcados para adentrarnos en la selva repleta de palmerales, no sin antes hacernos la foto de rigor con el
preciado fruto y que pesa lo suyo.
El rugido y fuerte viento que azotan las gigantescas hojas
de las palmeras, crea una sensación de
bosque misterioso, además de mágico que nos hace sentir unos privilegiados por
encontrarnos solos en el lugar.
También se protege una especie
de palmera endémica así como al papagayo negro, el ave nacional de Seychelles, y
otras plantas y animales.
Nos transportan tus descripciones a un mundo endémico, un oasis de naturaleza primigenia. Con todo detalle recorremos contigo estos senderos de Praslin, en plena línea del ecuador.
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