Hoy nos dedicamos a visitar la Fortaleza de Suomenlinna, Patrimonio de la Humanidad desde 1991. Su construcción, comenzó a mediados del siglo XVIII, cuando Finlandia aún formaba parte de Suecia. El país también pasó a manos de los rusos a finales del siglo XIX hasta su independencia.
Para llegar desde Helsinki había que coger un barco que salía del muelle de Kaupatori. El viaje de ida costaba 2,80eu por persona y llegamos en tan sólo 15 minutos, pasando por pequeños islotes flotantes que se mecían en el Mar Báltico.
Una vez en destino cruzamos el puente del embarcadero. Suonmelinna en finés o Sveaborg en sueco, significa “Fortaleza de Finlandia”.
Antes de llegar a la isla grande pasamos por una iglesia y atravesamos un puente junto a otro embarcadero. Nos encontrábamos ante un recinto amurallado.
Pasamos por una playa hermosa que se asomaba a la bahía y comenzamos a subir para apreciar las hermosas vistas en mar abierto entre búnkeres y cañones esparcidos en una gran esplanada.
Caminamos por la parte superior a través de plataformas de madera, el resto era todo arena.
Aquí los militares guardaban las municiones y en cada búnker había un cañón.
Otra hermosa playa con rocas nos deleitaba la vista donde había niños jugando. A lo lejos se veía pequeñas embarcaciones pasar. Hacía un día espléndido y la gente bajaba a la playa para tomar el sol y pasar el día.
Finalmente
fuimos hacia la puerta del Rey construida en piedra junto a otro embarcadero
que te llevaba de vuelta a la capital.
Un poco más allá había un submarino de la Segunda Guerra Mundial.
Cuando Finlandia ganó la Independencia en 1917, la fortaleza recuperó su nombre original pero Suonmelinna se convirtió en prisión para los comunistas tras la independencia, durante la época de la Guerra Civil.
A
día de hoy, Suonmelinna forma parte de la ciudad de Helsinki, siendo un distrito
donde habitan más de 850 personas y es una de las grandes atracciones
turísticas de la ciudad.
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