A las 8 en punto salimos del Baobab Beach hacia la playa para coger la barca que nos esperaba en la orilla para ir al Archipiélago de Bazaruto, un conjunto de islas situadas en el Océano Índico.
Dicho archipiélago tiene cinco islas principales: Bazaruto, Benguera, Magarupe, Santa Carolina y la pequeña Bangué.
Desde el 1971 se protege como el Parque Nacional de Bazaruto. Es un paraíso natural de dunas, arrecifes de coral y peces tropicales.
La tripulación que nos acompaña es el guía, el conductor de la barca y el cocinero, aparte de nosotros y un chico canadiense.
Después de un largo trayecto en barca paramos en el Tumo Reef para hacer snorkelling, uno de los tantos arrecifes que hay alrededor de la Isla de Bazaruto.
Para entrar al parque hay que pagar 1800 mt. para los extranjeros y 1300 para los nacionales.
Tenemos el tiempo necesario para hacer snorkelling en el arrecife y vemos una variedad de corales, peces azules, amarillos, rayados, peces payaso y otros más grandes de diversos colores, así como estrellas de mar de color púrpura... Estamos en total unos 40 minutos.
El chico de Canadá se llama Gineo y le faltan las dos piernas pero con las dos prótesis se desenvuelve muy bien.
Es de New Vancouver del continente y la Isla de Vancouver se encuentra enfrente. Lleva viajando desde el mes de julio y ha visitado Sudáfrica, Namibia, Botswana y Zimbaue. Ahora quería relajarse en Mozambique y era la primera vez en su viaje que había hecho snorkelling.
Aparte de las 2000 especies de peces, en las islas se pueden encontrar animales diversos como delfines, tiburones, macacos, tortugas verdes y los dugongs, una especie de morsa típica del lugar.
Llegamos a la isla de Bazaruto y dimos un paseo. Las dunas ocupaban gran parte de la playa y subimos por un montículo donde había una choza de alguien que vivía alli como un ermitaño, aunque no vimos a nadie.
Al volver hacia la playa, vimos una estrella de mar roja en la orilla y en las rocas habían mejillones pequeños.
El agua estaba cristalina y apetecía bañarse así que volvimos donde se encontraban nuestros compañeros.
Gineo había permanecido sentado a la sombra contemplando el mar y fumándose un cigarrillo. Le enseñamos las fotos de lo que habíamos visto y nos bañamos.
Comimos el almuerzo a base de barracuda, sepia, pollo, ensalada y arroz con salsa de tomate y piri-piri. De postre fruta.
Salimos hacia la Isla de Benguera (llamada también Benguerra o San Antonio).
Al llegar, caminamos atravesando la isla entre dunas de arena blanca para ver el otro lado del océano. Era más salvaje y había fuertes corrientes y tiburones.
Nos encantó el paisaje que estábamos viendo. Volvimos hacia la barca y nos dimos un último baño porque la calor apretaba. Gineo se bañó con nosotros y volvimos hacia Vilankulo.
Habíamos pasado un día formidable disfrutando de la navegación y de todo lo que habíamos visto en plena naturaleza. Nos hicimos una foto con la tripulación para recordar el momento.
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