Fecha del viaje: Septiembre 2014
Es este un estuario de aves que está catalogado como los mejores del mundo. Para llegar, hay que coger un autobús hasta el pueblo de Boseong y otro a Suncheon. Desde este último cogeremos un tercero que nos deja en la entrada del parque.
Nos arreglamos después de un completo desayuno tradicional con kimchi incluído y partimos de
buena mañana desde nuestra cabaña ubicada en
plena montaña, hacia a la Bahía de Suncheon Man.
Es este un estuario de aves que está catalogado como los mejores del mundo. Para llegar, hay que coger un autobús hasta el pueblo de Boseong y otro a Suncheon. Desde este último cogeremos un tercero que nos deja en la entrada del parque.
El recorrido a pie se hace a través de unos tablones de
madera que te permite cruzar la bahía.
En los alrededores podemos ver patos cuchara y cisnes, sí como otras aves que
paran aquí con la migración.
En el rio hay varias colonias de
aves que pueden verse mejor con el trayecto en barco que haremos más delante de
duración de 35 minutos.
Subimos al mirador más importante
que es el más alto para apreciar la vista de toda la bahía. Hacemos varias
paradas en otros puntos de observación que se realiza de una forma muy cómoda
tras las plataformas de madera.
Suncheon Man fue inscrito en la
lista Ramsar como área protegida y es el primer estuario de costa de todo
Corea.
Empieza a hacer calor y nos
adelantamos para ir a la barca que nos hace un recorrido, hace un clima
agradable parecido al de España en septiembre.
Por la tarde volvemos hacia
Boseong y desde aquí directo a Yulpo Beach donde disfrutamos de baños calientes en un
spa que se encuentra junto a la playa.
Aquí la especialidad es darse un buen baño de te verde, además de otras aguas a
diferentes temperaturas. Es una delicia sumergirse en estas aguas pudiendo
contemplar el mar. También hay una sauna de piedra.
Después de una larga caminata por
el estuario, vale la pena acercarse hasta aquí, disfrutar del spa y cenar en uno de los
restaurantes barbacoa del pueblo.
Desde
aquí cogeremos el bus de vuelta que nos deja en nuestra montaña mágica que es
donde se encuentra sólo la pensión. Una coreana se alegra de vernos al comprobar
que también paramos en el mismo sitio pues dice que le da miedo subir sola la
montaña. ¿Miedo? Este es un país bien
seguro pero es lógico al encontrarse apartado del pueblo y siendo de
noche.
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