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20 de marzo de 2024

MARTINICA : EL PATRIMONIO ARTÍSTICO DE FORT-DE-FRANCE


Hoy llegamos desde Castries en Santa Lucía a la capital de Fort-de-France, en la isla de Martinica.



Emplazada en la costa oeste de la isla, a lo largo del mar Caribe, la capital martiniquesa, destacaba por su puerto principal y el centro histórico, donde había bellas casas de estilo colonial, pintadas en colores vivos y tonos pastel.



Una vez alojados en el apartamento, paseamos por sus calles comerciales y sus espléndidos edificios. 




Nos detuvimos en su mercado principal. Había gran variedad de especias, fruta y botellas de licor local. También se vendían pequeños souvenirs.




El Museo Regional de Historia y Etnografía explicaba el patrimonio histórico, artístico y etnografico de la isla de Martinica. También pasamos por un memorial de la paz.



Nos paramos a ver el bello edificio de la famosa biblioteca Schoelcher qur era de estilo ecléctico. 



La historia de esta biblioteca es bastante sorprendente, fue construida en Paris y se montó íntegramente en Fort-de-France en el siglo XIX. El edificio estaba construído en hormigón, hierro forjado y madera. 



En principio, estaba destinada a acoger la colección de libros y partituras del famoso abolicionista Victor Schoelcher. Cuando pasamos, la biblioteca se encontraba cerrada.



Fuimos a ver la Catedral de San Luis, edificada en el siglo XIX, con su impresionante estructura metálica, el original campanario cubierto de escamas de aluminio, y sus magníficas vidrieras, cinco de las cuales relatan la vida de San Luis.



Nuestro alojamiento se encontraba junto a la Catedral de San Luis, en pleno centro. Había una tienda de comestibles abierta y compramos algo para la cena.



Justo al lado había un mercado de frutas y compramos melón cantaloup y plátanos. Como había un concierto en vivo, nos quedamos un rato a escucharla, era un grupo que tocaba música tipo trova cubana. Volvimos a casa para comer algo.



Por la tarde salimos hacia el malecón donde se encontraba el imponente Fort de France, conocido como Fuerte San Luis, al borde del mar.



Erigido en el siglo XVII y declarado Monumento Histórico en 1973, fue escenario de antiguas batallas encarnizadas entre franceses e ingleses. 



El fuerte San Luis formaba parte de la bella estampa que se formaba con las barcas atracadas en el mar.



Fort-de-France se despedía con la caída el sol y en la playa la gente seguía disfrutando refrescándose en la orilla del mar.


18 de marzo de 2024

MARTINICA : LES ANSES D'ARLET


Ayer llegamos en ferry desde Castries (Sta. Lucía) a Fort de France, la capital de la Isla de Martinique.



Martinique es una región de ultramar francesa que pertenece a las Antillas Menores. Su capital es Fort-de-France.



Una vez llegamos con el barco, quisimos enlazar con un ferry para ir a Anse l’Anne pero estos no funcionaban debido a una huelga de más de dos meses, así que cogimos un taxi. Anse l'Anne era una localidad cercana a Trois Islets. 




Este día nos relajamos en la playa. Era un lugar bonito donde la mayoría de franceses jubilados pasaban sus vacaciones.



Al dia siguiente salimos a buscar la parada del autobús para dirigirnos a Les Anses d'Arlet, una comunidad francesa a una media hora de autobús. Pasamos por la costa y por suaves colinas tupidas de vegetación.



Situado en la costa sur caribeña de Martinica, Les Anses-d’Arlet se extiende por tres ensenadas principales: la Grande Anse al norte, las Anses d’Arlet en el centro, y la Petite Anse al sur.



Con su aspecto de postal y su atmósfera apacible, el pueblo de pescadores de Les Anses-d’Arlet tenía todo lo necesario para agradar. La iglesia de Saint-Henri, pequeña y bonita, era el centro del pueblo.




Construída entre los siglos XVIII  XIX y XX, en el 2007 fue muy afectada debido al huracán Dean, pero en la actualidad la vimos totalmente reformada.



Tenía una ubicación perfecta frente al muelle, desde donde se podía sacar una bella fotografía. 



Con las casas criollas, la playa de arena y el muelle sobre el mar turquesa, formaban un cuadro de lo más pintoresco.



Al norte del pueblo, la Grande Anse d’Arlet era un lugar para alojarse en su larga playa de arena blanca. Su simpático paseo jalonado de cafés y restaurantes, era ideal para pasar la jornada.



Aunque nosotros preferimos ir a la zona sur, donde se encontraba la apacible playa de Petite Anse, un lugar más tranquilo para bañarse y tomar algo el sol.



Reservamos una mesa para comer en la misma playa después del baño. Tomamos pez espada con arroz y verduras con cerveza por 18eu.



Saliendo de la playa volvimos con el autobús hacia la localidad de Anse L’Anne, donde se encontraba nuestro alojamiento, una bella casa construída en madera y situada en un pequeño promontorio. 



Desde el porche podíamos apreciar la hermosa bahía y contemplar la puesta de sol. 


16 de marzo de 2024

MARTINICA : SAINT PIERRE Y EL MEMORIAL DE LA CATÁSTROFE


Los autobuses que iban a Saint Pierre salían cada media hora y nos dio tiempo a cogerlo a las 9:30 h. En 50 minutos llegamos, pasando por los barrios de Schoelcher y casa Pilote por una carretera de bastantes curvas.



Una vez en Saint Pierre entramos en la oficina de Información y Turismo. Era la antigua Casa de la Bolsa, de estilo colonial con sus balconadas y porches. 




Estaba pintada de azul claro y blanco, y en uno de sus laterales había un reloj y por el otro lado un gran mural.



Cogimos un mapa de los lugares más emblemáticos señalados de la antigua capital y nos pusimos a realizar la ruta que se dividía en tres partes.



Primero fuimos al mercado de de frutas, verduras y souvenirs, vimos alguna mujer cortando pescado y descamándolo. 



Caminamos hasta el principio del pueblo donde antes se encontraba la antigua Casa de Esclavos de la que apenas ya quedaba nada, sólo una pequeña estatua de origen volcánico.



Volviendo hacia el centro nos encontramos con las ruinas de Figuier, lo que antaño eran las casas de comerciantes del siglo XVIII.




Originalmente fueron ocupadas por los militares al servicio de la batería de Esnotz, para proteger la ciudad de eventuales ataques por mar.



A continuación nos fuimos a ver el antiguo teatro, construido entre 1831 y 1833 y que fue restaurado en el 1900. 



Era una réplica del gran teatro de Burdeos con 800 asientos a cuatro niveles. También fue destruido por la erupción del Montpellier.



Desde la zona superior pudimos ver la antigua cárcel construida en 1661, un lugar de detención provisional antes del traslado a Fort de France.




La única persona que se salvó de toda la ciudad se encontraba en la prisión en ese momento y la lava le pasó por encima del techo salvando su vida.



Su nombre era Louis Ciparis y resultó gravemente herido de quemaduras pero milagrosamente lo encontraron  y sobrevivió al desastre.



Bajamos para visitar el Memorial de la Catástrofe de 1902 que aniquiló a la población con las nubes tóxicas del volcán. Este hecho cambió la historia de la isla de Martinica a principios del siglo XX.



La exposición permanente mostraba a través de fotografías y restos encontrados, la grave erupción que mató a más de 28000 personas rindiendo homenaje a los fallecidos.



Como consecuencia de ello, la ciudad de Fort de France pasó a ser la capital de la Martinica. 



Había un vídeo de los hermanos Lumière representando la catástrofe de la erupción en Saint Pierre.



El museo lo fundó Frank A. Perret, un americano ingeniero e inventor que estudió vulcanología en Italia, cuando conoció a M.R. Matteucci, el director del observatorio del Vesubio.



Viajó por varias partes desde Sicilia a Hawaii, Islas Canarias y Japón para profundizar en la materia. En el 1929, casi 30 años después, el Mont Pelée volvió a crear signos de actividad y expandió pánico de nuevo en la ciudad.



Una vez visitado Saint Pierre nos fuimos a refrescar a la playa de Anse Turin, de tierra volcánica.