13 de diciembre de 2010

ALEMANIA: RUINAS ROMANAS EN TRIER Y LA CASA-MUSEO DE KARL MARX



Después de visitar Luxemburgo, cogimos un tren para conocer la ciudad de Trier o Tréveris, ubicada a orillas del río Mosela. Trier fue antigua ciudad romana y como tal forma parte del Patrimonio de la Humanidad por tener en pie La Porta Nigra, una gran puerta de entrada a la ciudad y ser la mejor conservada del mundo, emblema de la ciudad.




También visitamos solos las KaiserThermen, unas termas de grandes dimensiones en medio de la nieve.





Saliendo de las termas y paseando entre jardines, nos encontramos con el Kurfürstliches Palais, antiguo Palacio con estilo barroco en el ala sur (1757-1761).





Pero en Trier descubrimos otras interesantes sorpresas como la Casa de los Reyes Magos, bellamente ornamentada, y otras edificaciones de arquitectura típica alemana.




Pero lo que no recordábamos es que Karl Marx nació un 5 de Mayo en 1818 en esta peculiar ciudad y al enterarnos no pudimos dejar pasar la oportunidad de visitar la casa donde nació el padre del Comunismo.





Marx vivió durante bastantes años en esta casa acomodada de dos plantas de estilo barroco y construida alrededor de 1727. El edificio donde nació se encuentra el museo, la biblioteca y centro de estudios se ubica en otra calle adyacente a unos metros del mismo.




Después de varias renovaciones y reconstrucciones, la casa fue comprada por el Partido Socialista de Alemania (SPD) en 1928. Durante el periodo del Socialismo fue desposeída y posteriormente devuelta en 1945. En la actualidad pertenece a la Fundación Friedrich Ebert desde 1968.





Un recorrido interesante nos llevó a descubrir datos sobre la historia comunismo pasando por manuscritos, libros y objetos personales de Marx, incluso frases que sentencian la síntesis del movimiento comunista y que forman parte de nuestra sociedad a dia de hoy como "Trabajadores del mundo, uníos" o bien "La religión es el opio del pueblo" pero que ya no son compartidas con tanto fervor en la actualidad como antaño.



  
Entramos en la Dom St.Peter, la catedral con estucos barrocos y vidrieras y la Konstantin Basilika, de grandes dimensiones.





Nos acercamos al Haupt Mark (Mercado Central) donde se encontraba ubicado el Mercado de Navidad, lleno de tiendas de objetos para decorar los belenes y abetos, además de puestos de comida, vino caliente...probamos la típica "kartoffelpuffer", una tortita de patata muy sabrosa.






En una pequeña glorieta se encontraba un grupo de adolescentes entonando canciones navideñas.


7 de diciembre de 2010

LUXEMBURGO: NAVIDADES BLANCAS EN EL GRAN DUCADO



Solicitamos al Consulado de Luxemburgo información turística porque nos apetecía visitar por estas fechas Luxemburgo. A los pocos días nos enviaron un sobre con infinidad folletos, además de  información del gobierno actual de este pequeño ducado, con los C.V.de cada ministro y sus datos personales. 



Y es que Luxemburgo, a pesar de ser tan pequeñito, es un gran país, de los mejores organizados en el mundo y con un alto nivel de vida. Conocido mayormente por encontrarse aquí el Parlamento Europeo, había algo mucho más interesante por descubrir para nosotros. Desde Barcelona tomamos un vuelo de Luxair y nos trasladamos en dos horas a su capital.




La capital de Luxemburgo fue declarada por la Unesco Patrimonio de la Humanidad en 1994, pues esconde una joya en su casco histórico: los barrios antiguos y fortificaciones de una ciudad medieval preciosa. Ésta fue fundada por Sigfrido en el año 963, Conde de las Ardenas y del Valle de Mosela.

  



Luxemburgo se compone de varias zonas, pero la parte antigua se divide entre el Grund, que se encuentra en la falda del valle y el Centre, en la parte alta de la ciudad. Eso si, la ciudad se encontraba envuelta en un manto blanco dadas las bajas temperaturas en esta época que la hacen terriblemente romántica pero también algo peligrosa al encontrarse el suelo rebozado en nieve, pues más de un traspiés estuvo a punto de ver los adoquines de cerca.





La misma noche que llegamos salimos a dar un paseo para ver las calles iluminadas y decoradas con motivos navideños. Fuimos al Marché de Noël, situado en la Place d'Armes, pues éste ya lo preparan desde finales de noviembre y se encontraba muy animado. 





Había pequeñas tiendas de belenes y otros objetos de regalos, abetos, puestos de vino caliente, productos típicos de dulces como gofres, comida rápida, música y estufas alrededor al aire libre, que invita a la gente a permanecer charlando. También en estos días hacen conciertos en la misma plaza y desfile del Christmas Parade que sale de la Rue d’ Strasburg finalizando en la Estación de Ferrocarril Central.




Nos fuimos a cenar y cuando salimos del restaurante, a eso de las 22hrs, la temperatura cambió a varios grados bajo cero… y nos fuimos directamente al hotel del frío que hacía. ¡Y eso que íbamos preparados, jajaja!




Al día siguiente, empezamos como punto de partida el itinerario recomendado por la Oficina de Turismo: desde Place Guillaume pasamos al Ayuntamiento, La Estatua Ecuestre de Guillame, Gran Palacio Ducal, Cámara de los Diputados, Place des Armes, Monumento a los poetas Dicks y Lentz, Place de la Constitution, Las Casamatas de Pétrousse (son galerías subterráneas, pero en invierno permanecen cerradas), Antiguo Colegio de los Jesuitas, La Notre Dame, Iglesia de la Congregación, Place Clairefontaine…






Sobre todo hay que detenerse en La Corniche y desde aquí contemplar el bello panorama de la ciudad, (llamado también El Balcón de Europa) las Casamatas del Bock (son galerías subterráneas pero en invierno permanecen cerradas por el hielo) y la cripta  arqueológica.  Este dia tuvimos suerte y el sol aparecíó pero por la noche volvió a nevar.





Continuamos con el monumento a Goethe, Iglesia St.Michel, Marché-aux-Poissons, Museo Nacional de Historia y Arte, la Capilla de San Quirino, el Valle de Pétrousse, Puente Adolphe, Casino Luxemburg… y en la parte nueva la Place de Metz, Place de París (peatonal) y la Estación de Ferrocarril Central.




Por la noche disfrutamos en El Grund, la zona más coqueta y bohemia de la ciudad,.de una buena cena tranquila y unas cervezas en un pub.

17 de septiembre de 2010

ESTONIA: TARTU, CIUDAD CULTURAL

Fecha del viaje: Abril 2010
Extracto de Mi Diario de Viajes:

Hoy visitamos la ciudad de Tartu, la segunda ciudad en importancia después de Tallin. A pesar de no ser tan bella como la capital, si que es una ciudad muy viva con una importante universidad y numerosos museos interesantes.


Nos alojamos en un antiguo hotel de estilo inglés, el Barclays, junto a la ciudad antigua. En la época soviética, el hotel adaptó la decoración y el estilo de lo que era un hotel soviético. El edificio fue construido en el 1922, en plena época del modernismo y siendo ya país independiente fue reformado de nuevo pues aún guardaba el decadente estilo ruso.


Tartu posee personalidad, es un  lugar auténtico en el sentido de que aquí se ve realmente  cómo conviven los estonios y apenas hay turismo. Es esta una pequeña y agradable ciudad que no dejó influenciarse por la época soviética y su casco antiguo se encuentra a rebosar de edificios históricos pintados en color pastel con galerias, cafés, teatros, buenos restaurantes y sus calles peatonales. 


Salimos hacia la colina donde se encuentra una antigua catedral de ladrillo en ruinas.Fue construída en el siglo XIII por los Caballeros de la Orden Teutónica. A pesar de su estado sólo conserva las dos fachadas laterales, el ala norte y sur pero aunque  le falta el techo, se puede ver el cielo. Se encuentra enclavada en una pequeña colina y desde aquí apreciamos el edificio principal de la ciudad, el ayuntamiento.



Cruzamos el Puente del Ángel, construído entre 1836 y 1838 seguido de una superstición local que era mantener la respiración mientras se formulaba un deseo si se cruzaba por primera vez, así que mi deseo espero que se cumpla... más arriba se encuentra el Puente del Diablo.


 

Lo que llama la atención es el idioma que conservan en Vore y Setu, pequeñas  poblaciones ubicadas mas al sur de Tartu. Antaño se consideraba inicialmente un dialecto pero se convirtió como idioma reconocido  aparte del estonio, cuando se firmó la independencia. Sólo lo hablan unos 100.000 habitantes. En Tartu existe el Voro Institut para quien quiera estudiar esta lengua única:




Pero la principal atracción es la universidad donde existen varias facultades. Nos adentramos en ella y  pedimos ver la habitación donde se encerraba a los estudiantes cuando se comportaban mal: por ejemplo el insulto a una mujer requeria encerrarse dos dias, por insultar a un hombre cinco días (vaya, parece ser que el machismo existia por estos lares también). Era una pequeña celda de castigo. En las paredes hay dibujos antiguos y más recientes. La habitación se encuentra en las golfas de la universidad y nos la enseña una señorita muy amable abriendo la puerta con una gran llave. En la actualidad ya no se utiliza. En la puerta consta apuntados los castigos con los dias de encierro que correspondían.


 Hay una pequeña cama y un wc antiguo de madera. Los que permanecían en la habitación (incluso se quedaban durante semanas)debían pagar una sirvienta para traer la comida y limpiar la estancia. Los estudiantes eran señoritos de familias con poder adquisitivo.


Como hay tantos museos elegimos sólo uno, el Museo del Juguete ubicado en un bonito edificio de dos plantas con suelo de tarima. Hay un itinerario señalado y solos recorremos la infancia a través del tiempo, desde juguetes del siglo XIX hasta la actualidad.
  
 
  
Muñecas antiguas, de porcelana, de lana, recortables de muñecas, pelotas, ositos, muñecos de  estilo Spitting Image de la televisión local, marionetas, muñecos de  ventrílocuos, muñecos del mundo, sombras chinescas, juguetes metálicos automáticos a los que se les daba cuerda (¿quien no recuerda aquel monito que tocaba los platillos?) también nos encontramos legos, juguetes reciclados, puzzles antiguos...


Una gozada  para niños y adultos, porque ¿a quien no le gusta de vez en cuando sentirse como un niño? 

10 de septiembre de 2010

ESTONIA: LA CIUDAD MEDIEVAL DE TALLIN

Fecha del viaje: Abril 2010
Extracto de Mi Diario de Viajes:



Recién llegados a Tallin desde Letonia, cogemos el autobús de la estación central que se encuentra a dos kilómetros del centro y nos lleva justo a la entrada de la ciudad vieja entrando por una puerta enorme de piedra que la separa de la ciudad nueva.


Una vez alojados en la Old House Hostel, donde existe una variedad de habitaciones, dormitorios compartidos y pequeños apartamentos, iniciamos nuestro recorrido por una de las ciudades más románticas de Europa.


Nos dejamos llevar por las calles empedradas donde nos perdemos en el tiempo. Tallin te transporta fácilmente a la época del medievo. A pesar de ser la ciudad más turística de las tres capitales bálticas,  preserva ese encanto que a  un viajero le gusta encontrar si uno la visita fuera de temporada, sin masificación de turistas, la sensación es deliciosa. 


Subimos a la colina Toompea, donde antaño se controlaba desde aquí toda la ciudad. Nos acercamos a la  iglesia ortodoxa  de Alexander Nevski, hay misa, la gente se santigua de derecha a izquierda, al revés que los católicos y lo hacen varias veces seguidas. Frente a la iglesia nos encontramos una catedral luterana.

 

Pasear por aquí se convierte en un mágico sueño, no hay casi nadie, sólo parejas cogidas de la mano y es que este lugar incita al amor, al romanticismo, con callejuelas que empiezan a iluminarse llenas de recovecos, con pequeños comercios y casas de cuento...
  


Desde esta colina descubrimos varios miradores y  comprobamos las excelentes vistas.


  
Después de dar un paseo al atardecer, nos vamos a cenar a un restaurante típico Vaenama Juures. El local es precioso, ubicado en uno de los numeros sótanos de la ciudad con techos bajos abovedados y con una decoración sencilla y pequeñas velas que iluminan la intimidad de los comensales. Pedimos unos blinis con caviar y salmón marinado para compartir como entrante. De segundo ternera en salsa roquefort con verduras y mi pareja se zampa un codillo con chocroute. Y es que estas cenas son muy copiosas pero con el frio que hace entran perfectamente en el estómago de uno. Pasamos directamente al Vana Tallín, un licor típico parecido al Bailys. Las camareras, vestidas típicas con cofias y delantales blancos se despiden de nosotros con una sonrisa y nos dicen en español  "muchas grasias".


Hacemos un café en la Raekoja Plats, es decir, la Plaza del Ayuntamiento, que es lugar de encuentro de turistas y estonios.