Nos alojamos en el Continental Saigon Hotel, el emblemático edificio blanco de finales del siglo XIX. Aquí es donde se alojaron los corresponsales de cada país de la prensa internacional cuando la guerra del Vietnam, además de personajes famosos como Graham Greene.
Incluso se rodó una escena de la película “El americano impasible” basada en la novela del mismo escritor. Lástima que se haya eliminado la terraza donde se sentaban los corresponsales de guerra de periodismo y donde se filmó el atentado famoso descrito en su novela.
Cerca se encontraba el Ayuntamiento y los jardines que hay delante del hotel y de la ópera antes era un Boulevard. El hotel data de 1880 y ha sido magníficamente restaurado pero nosotros en principio no vinimos a buscar el Continental sino que él vino a nosotros.
Después de mirar tres hoteles sin gustarnos la relación calidad precio, apareció ante nosotros este bello hotel, en una esquina junto a la ópera.
Por sólo €89 nos alojan en una habitación suite en el tercer piso que es el último pues está edificado a lo ancho. El botones nos acompaña a la habitación y nos percatamos que el mobiliario es de estilo clásico.
Fue una preciosa elección, además había una cesta de frutas y albornoces, sales de baño, gel de ducha, crema hidratante para el cuerpo, champú, acondicionador, dos aguas y dos bombones.
Así que disfrutamos de la estancia dándonos un buen baño y nos comimos la fruta para cenar con dos tés pues había para calentar agua. Además se alojaban unos recién casados y los invitados.
En el precio incluye el breakfast tipo buffet para mañana. Después de relajarnos nos preparamos y arreglamos para salir de copas y ver qué se cuece en la noche de la antigua Ho Chi Minh.
El nombre de Saigón cambió a Ciudad Ho Chi Minh en 1976, tras la reunificación de Vietnam del Norte y del Sur, en honor al líder revolucionario Ho Chi Minh, aunque a día de hoy se sigue utilizando el nombre de Saigón.
Tomamos el primer cóctel en el Zanzíbar, un lounge bar de diseño muy sofisticado con una carta variada de coctelería y de las mejores que hemos probado. De tan pijo que es nos dice la camarera que está prohibido hacer fotos en el local pero sí que nos podemos hacer un selfie.
El Apocalipsis Now es una discoteca local donde compramos un ticket en la entrada con consumición incluida. Los viet bailan desaforadamente en la pista y esto nos anima a salir a bailar.
En el tercer lugar de la noche entramos en el Saigón Bar. Localizado en 9a planta del Carabel Hotel de 24 pisos, es todo un lujo donde cuesta 200 dólares por noche. Para ir al bar hay que subir por otro ascensor. Hoy actúa un grupo cubano de Matanzas llamado “Luna Negra”. Nos sentamos en la terraza donde se ven unas magníficas vistas de la ciudad.
Justo delante tenemos el Continental Saigón Hotel y a un lado la Catedral de Notre Dame. Tomamos un helado con licor, es una deliciosa combinación y decidimos irnos ya a dormir pues son casi las una de la mañana.
Al día siguiente al abrir los ojos nos encontrábamos en camas de 130cm. cada uno. ¡Qué lujo despertarse de esta forma! La estancia disponía de grandes sofás y lámparas de cristal. Había un escritorio al fondo junto al balcón con vista a la Ópera y estaba todo enmoquetado. Un gran televisor y un baño con bañera y ducha. ¡No me extraña que Graham Greene se quedara en este hotel durante largas temporadas!














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