24 de febrero de 2020

CABO VERDE : LOS PESCADORES Y EL MAR ( ILHA DE SAO VICENTE )

 

Gabriela, la dueña de Casa Vila Miramar en Mindelo nos recibe amablemente y nos coloca en una cómoda habitación con baño exterior, todo impecable. 



Podremos desayunar y leer en la terraza contemplando las hermosas vistas de la ciudad con el mar al fondo. La casa-pensión se encuentra ubicada a tan sólo 5 minutos del centro y una vez instalados nos vamos hacia la Rúa de Santo Antao donde se encuentran cafés y restaurantes y pasamos por la Praça de la Igreja, de 1862.



La Torre Belém es parecida a la de Lisboa pero más humilde. Aquí alberga el Museo de Mar y en su visita podemos apreciar  la actividad portuaria de la isla y la vida de los pescadores, entre otras informaciones interesantes.




Compramos los billetes de barco a Sao Nicolau aprovechando que estamos en el puerto y vemos la Bahía de Porto Grande con las barcas recién llegadas y los pescadores limpiando sus barcas y lo que han pescado.



Hay algunos edificios coloniales restaurados y pintados con colores que alegran la vista. Mindelo es una ciudad llena de vida, color y música, además por estas fechas nos encontramos en pleno Carnaval. 



Nos encaminamos hacia el Mercado de Peixe. Aquí hay un ambiente muy colorido con mujeres y hombres vendiendo el pescado. 





También entramos en un precioso edificio blanco donde se ubica el Mercado Municipal donde venden verduras y frutas, todo muy ordenado y limpio. En el exterior también hay vendedores que exponen sus mercancías como pueden. 





Como nos entra hambre nos vamos hacia el Café Mindelo, un restaurante clásico y acogedor donde sirven pescado de calidad, nos traen un rico peixe de atún con ensalada y patata, para acompañar una cerveja Strela o bien puedes probar la bebida local por excelencia, el grogue.




Por la tarde, junto a la Praça Estrela, subimos al  autobús colectivo que se dirige hasta Calhau, pasando por montañas del Parque Natural de Monteverde y por valles de terreno seco pero con palmeras, Francesc me comenta que se parece un poco al Atlas Marroquí. Llegamos en unos 35 minutos.



Calheu es un pequeño poblado de pescadores bajo un volcán, cuyas arenas y piedras fueron aprovechadas para construir la playa y las cuatro casas que hay en el pueblo.




Nos acercamos a la Casa de Pescadores pero se encuentra cerrada. Hay unas cuantas barcas en la orilla y a lo lejos vemos a un lugareño bañarse en una pequeña piscina natural y como yo siempre hago caso del dicho “donde fueres haz lo que vieres” allá que me voy a dar un chapuzón.




En la pequeña piscina notamos la fuerza del mar pero las rocas nos protegen y es una gozada. El agua del Atlántico siempre está fresca pero es nuestro primer baño del año en el mar y apetece con el calor que hace.




Después de secarnos vemos llegar unas barcas de pescadores a lo lejos y una vez en tierra, se ponen a cortar y limpiar el pescado sobre unas rocas alisadas.




Justo al lado hay un mirador y como es una buena zona de sombra los lugareños se sientan a mirar el mar y a los pescadores llegar con sus barcas. Uno de ellos abre la puerta de la Casa de los Pescadores para coger unos cuchillos. 



Un señor llega con una guitarra española  y nos deleita con su voz de saudade una bonita canción sin dejar de mirar el mar…



Después de dar un paseo por alrededores nos vamos hacia la parada del aluguer que sale de la playa principal unos metros más allá del mirador. El conductor nos dice que en 15 minutos sale y nos lleva de vuelta a Mindelo.  Agradable y dulce es la gente en Cabo Verde.


2 comentarios:

  1. Con tus palabras se vive la tranquilidad y la saudade de estas islas. Y por lo que cuentas, ningún turista que moleste. Es una buena manera de viajar para conocer las costumbres de las gentes.

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  2. Si, aparte de que hay poco turismo en estas islas es fácil aproximarse a la idiosincrasia de sus gentes. Gracias.

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