El senderismo en Santo Antao es
ideal para al que le guste caminar. Hay numerosos senderos y caminos de piedra adoquinada por toda la isla para disfrutar del paisaje a la vez que hacemos algo de ejercicio.
Vemos las típicas plantaciones de
caña de azúcar de donde se extrae su jugo para hacer el grogue (el típico aguardiente de Cabo Verde) y licores como
miel de caña y ponche de miel. La docena de trapiches que se encuentran esparcidos
por el valle es lo único que interrumpe el silencio en este lugar.
Vemos también mujeres que de forma increible cargan cubos gigantes en la cabeza llenos de verduras y a otras mujeres en sus casas realizando tareas varias del hogar.
Llegamos al pueblo de Eito donde saludamos a unas niñas que van de camino al colegio. Más tarde llegamos a otro poblado Roda Grande.
Mediante una carretera bastante empinada poco a poco vamos subiendo hasta Boca de Figuereira, donde se encuentran construyendo un hotel que según los lugareños está patrocinado por americanos. Hay obreros trabajando el mortero.
Pasamos por las casas típicas del Valle de Paul con sus tejados de caña y paredes de piedra encaladas de blanco. Estas construcciones son de la época colonial y convierte el paisaje aún más exótico en medio de tantas flores y plantas.
Hablamos con la Sra. Filomena que cuida las cabras y gallinas que tiene en su estancia, también se ocupa del huerto. Su hermano trabaja en la fábrica del grogue. Nos dice que podía faltar la comida a veces pero que lo más importante era vivir con tranquilidad, con la belleza de la naturaleza del valle, con paz y mucho amor.
Desde aquí podemos apreciar una estupenda vista del valle y las montañas. Y justamente recordamos las palabras de Doña Filomena: que a pesar de las dificultades, viviendo en el valle es posible ser feliz.
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