17 de febrero de 2025

TAIWAN : KEELUNG Y LA ALDEA JIUFEN


Keelung era una ciudad portuaria de 360.000 habitantes. Estábamos en el Huan Du Hotel en el mismo centro y junto al Night Market, uno de los mercados nocturnos más importantes de todo Taiwán.



En la recepción nos ayudaron a localizar el autobús 101 que nos llevó al barrio del puerto de Zhenguin. 



Esperamos casi una una hora y una vez allí nos asomamos al mirador donde se veían las pequeñas casas pintadas de alegres colores y al borde del mar.




Por la tarde antes de que anocheciera fuimos con otro autobús hacia Juifen, la aldea que inspiró al director Hayao Miyazaki en el  film “El viaje de Chihiro”. 



Cuenta la historia de una niña japonesa que viaja con sus padres y entra en un mundo imaginario lleno de monstruos y deidades. 



Queríamos ver Jiufen de noche que es cuando llama más la atención por sus faroles iluminados por todo el pueblo. Además, había autobuses hasta las 22:00 horas de la noche para volver a Keelung.



Jiufen se encontraba a 15,5 km de km. de Keelung y tardamos 45 minutos en llegar. Subimos la montaña con el autobús parando en Riufeng, donde suelen enlazar los viajeros que vienen desde Taipei.



Ya anochecía y por la carretera se veían iluminados los farolillos que decoraban la aldea. Desde arriba se apreciaba una magnífica vista sobre el mar.



Bajamos en la parada de la Old Street y al adentrarnos en su estrecha calle principal, sólo se veían tiendas y gente. 




Era un pueblo demasiado turístico y el paseo se había convertido en un auténtico martirio más que en un placer.




Una vez pasada la famosa calle todo transcurrió más tranquilo, las calles se iban aligerando de gente y nos fuimos a ver la Yufu Tea House and Gallery donde estuvimos un buen rato.



Era una casa de té preciosa con teteras calentándose en unos hornillos, todo en un ambiente muy chic. Había varios salones y una terraza con vistas.



Subimos por la Shuqui Street flanqueada por unos peldaños altos con farolillos y ahí es donde vi un cartel donde reconocí a uno de los fantasmas que salía en la película. 



Los peldaños nos llevaron hasta un templo. Curiosamente aquí no había casi nadie. 



Un poco más abajo se encontraba el Fusan Temple que tiene unos 200 años de historia, era el templo de los mineros donde venían a rezar y su Dios Tudi, era el Dios de la Tierra. 



Seguramente había lugares para visitar en Jiufen pero las colas por todos lados nos desanimaron y volvimos hacia el autobús algo decepcionados, aunque habíamos probado el Oolong Tea y degustamos unos dulces de piña.



Hubiera retrocedido en el tiempo para saber cómo era esta bonita aldea, seguro que mucho antes de rodarse la película, este lugar sería un remanso de paz...

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