26 de febrero de 2025

TAIWAN, LOS INFINITOS TEMPLOS DE LA ANTIGUA TAINAN

 

La ciudad de Tainan tiene más de 400 años de historia, fue la capital bajo el mandato de Koxinga y posteriormente con la dinastía Qing.



Dicen que es conocida la ciudad por sus más de 1600 templos y esto la convierte en una de las ciudades más interesantes para visitar.



De los templos que pudimos ver, los más destacables son: el Templo de Dios de la Guerra, con sus muros rosados.

 


Es el más antiguo dedicado a Guandi, una deidad que es el santo patrón para los que viven con un código de honor.




También destaca el Tainan Gran Mazu Temple. Fue construido en una mansión imperial del príncipe Ninjin, el último que pretendía el trono de la dinastía Ming. 



Fuimos viendo otros pequeños templos que nos iban apareciendo por el camino, en las esquinas y en lugares insospechados.




Más adelante fuimos al Chikan Tower, era un antiguo fuerte, el Provintia que perteneció a los neerlandeses. 



Pagamos 70 TWD y entramos en un gran recinto con jardines y con un estanque de carpas con un puente de piedra que te conducía hacia la torre.



A pesar de que estaba en reconstrucción, pudimos entrar, era el punto de control administrativo de los neerlandeses. 



Subimos hacia la torre y en la primera planta había placas informativas de la historia del fuerte. Pasó a varias dinastías chinas y luego fue un hospital en la invasión japonesa.




Pasamos por calles estrechas donde habían pequeñas tiendas y nos encontramos con otro de los templos y unas flores funerarias, era el Templo Estatal del Dios marcial o del Gran Mazu. 



Se le conoce por las paredes rojas más magníficas de Taiwán. En este templo se celebran los ritos oficiales.



Después fuimos a ver el Templo Tiangong o el Altar of Heaven, es de 1854 y los fieles, generación tras generación, se acercan a rezar al emperador de Jade. 



Es la suprema entidad taoísta pues no tiene estatua porque no es necesario una forma física, como el mismo cielo.



Todas las verdades del mundo se encuentran aquí en este templo y nada pasa desapercibido para el cielo.



En el 1983 el templo fue renombrado como primer templo de Taiwán. En las puertas de entrada no hay deidades sino clavos. Significa que se pintan dioses en la mayoría de los templos pero en el Tiangong no es necesario porque el emperador de Jade representa la más alta deidad, el máximo poder.



Dispone de varias salas y de dos plantas con tejados muy trabajados, altares…etc. 



Había una monja recitando su mantra y un monje que rezaba en solitario. El lugar tenía un aire místico que te embriagaba por el olor a incienso en todo el templo.



Al día siguiente fuimos a ver el Templo de Confucio, el gran maestro y filósofo chino. Entramos de buena mañana. Este templo rinde homenaje al filósofo siendo también un centro educativo.



Se hizo construir por el hijo de Koxinga en 1665 por recomendación de su consejero. Aquí se estudiaron la educación más clásica de Confucio.



Cerca de la entrada había una pagoda de tres plantas dedicada a Wenchang, el Dios de la Educación y los estudiantes suelen venir a rezar por sus estudios y tener buena fortuna.



Después nos dirigimos hacia el Koxinga Shrine. Antes de llegar nos encontramos con una estatua ecuestre suya. 



Koxinga fue un guerrero que se convirtió en el primer rey de Taiwán, echando a los neerlandeses.



Después de su muerte en 1662, los taiwaneses construyeron el Koxinga Lord Temple en el principio del periodo Qing en conmemoración de su labor en la isla. Es un santuario precioso con líneas nítidas y simples, todo en rojo.



En sus pabellones se rinde homenaje a sus mejores compañeros como Kanji, un luchador que acompañó a Koxinga en sus batallas y Chan Onli, un general que llamaban “el general espada” por su lucha incansable.



Desde aquí nos fuimos al Templo de las Mujeres pero su nombre real es el Lady Shin Shui Temple, donde los fieles hacen ofrendas de flores y cosméticos para proteger a sus propios hijos.



Al lado mismo del templo había un crematorio donde los visitantes lanzaban hojas doradas y papeles realizando así otro tipo de ofrendas.




Un señor que vigilaba el templo nos regaló dos cartones con una pequeña moneda dentro, intuimos que era para entregarlo como ofrenda y lo dejamos frente al altar.


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