En el tranquilo pueblo de Chapada conocimos a un tal Pablo, productor y director artístico de cine, un argentino-paulista que se encontraba en el mismo hotel con su equipo de rodaje.
Tuvimos una larga charla sobre cine y de otros temas intelectuales. Vimos a lo lejos al director que le estaba dando unas instrucciones a una chica.
Pablo creía que éramos pintores o que nos dedicábamos a alguna profesión liberal por lo que quedó sorprendido al comentarle a lo que nos dedicábamos.
Las camionetas con las que íbamos a ir al parque estaban alquiladas por el equipo de rodaje y por ese motivo fuimos en un coche normal aunque la señora Mattos de Información y Turismo, ya nos lo advirtió el día anterior.
La excursión al Parque Nacional de Chapada dos Guimarães fue muy enriquecedora. Se asemejaba un poco al Gran Canyon pero cubierto de vegetación.
Hemos visto numerosas formaciones rocosas, algunas cascadas donde incluso nos hemos bañado. A una de las cascadas la llaman hidromasaje.
Hemos podido disfrutar de vistas preciosas desde el punto geodésico (es el centro de toda Sudamérica).
En una de las rocas que se asomaban a un precipicio había una rotura sobresaliendo y la sensación al sentarme allí era de adrenalina total.
En el recorrido íbamos nosotros y dos personas más el conductor-guía y un viajero local de Sao Paulo. Conocer al señor Bomfill ha sido divertido, se comunicaba con nosotros en portugués pues era fácil de entender y le contestábamos en portuñol.
La excursión durado hasta las 16:30h dos horas más de lo previsto ya que nos encontramos muy a gusto y el parque nos ha encantado.
Sobre todo nos gustaron las formas surrealistas de las piedras, era como una especie de ciudad de piedra encantada pero a lo bestia y más misterioso.
Al señor Bomfill le apodábamos “el brujo” ya que era místico y enigmático, enseguida conectamos y quedamos para vernos al día siguiente.
Nuestro guía también es de Sao Paulo y era muy profesional, dada su excasa experiencia. Nos ha podido enseñar todo tipo de plantas y nos ha explicado la historia del parque. Se llama Airton, lleva 2 años en Chapada como guía turístico y le encanta su trabajo porque le permite conocer a gente muy diferente.
Lo mejor del día ha sido contemplar estas vistas tan maravillosas y ver a los guacamayos que suelen volar en pareja llamados “tararas”.
También nos ha encantado las vistas de la cachoeira Veu de Novia, el baño en una de ellas y las personas que hemos conocido.
Al día siguiente se añadió al pequeño grupo una amiga de nuestro querido Sr. Bomfill, el arquitecto. Se llamaba María Aparecida y con este nombre y su amigo formaban un halo misterioso y divertido a la vez.
María es de Cuiabá, es ama de casa pero muy especial también. Se conocieron los dos en un cursillo de relajación y misticismo. Ella tiene una hija de 15 años.
Hemos conversado de muchos temas desde la Nueva Era hasta cómo podían solucionarse los problemas existentes en Brasil. Juntos nos lo hemos pasado tan bien que hasta nos han pedido las direcciones.
El señor Bomfill es una persona interesante, ha venido aquí para impregnarse de la magia de este lugar y poder preparar una conferencia que ha de dar sobre las casas construidas en los árboles de forma ecológica sin romper el entorno natural. Se abrazaba a los árboles cerrando los ojos concentrándose en lo que le transmitían.
En plena naturaleza he practicado un ejercicio llamado “sintonía” para atraer la buena energía hacia mi interior. El lugar elegido ha sido la Ciudad de Piedra presenciando una magnífica vista.
En uno de los lugares visitados del parque, nos encontramos con una pareja octagenaria de catalanes que habían estado 8 veces en el país. Viven por la calle Balmes y aprovechaban el viaje de negocios para recorrer unos días Brasil. Acababan de venir del Pantanal y nos comentaron muchas cosas interesantes.
Nos despedimos de ellos cariñosamente y regresamos con nuestros amigos los brasileiros hacia Chapada.
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