En nuestro final de viaje, navegamos durante cuatro días por
las islas de San Blas, en la comarca de Guna Yala, frente a la costa caribeña de
Panamá.
Una vez llegados al puerto, pagamos la tasa de entrada de
unos 20eu por persona. A eso de las 9 de la mañana ya salíamos con la barca llena
hasta los topes de carga y con algunos pasajeros, en su mayoría indígenas de la
zona. La barca iba a toda marcha y nos obligaron a taparnos con los toldos de
plástico para no mojarnos.
En un trayecto de una hora y media aproximadamente llegábamos
al velero que habíamos contratado online a unos conocidos que llevaban varios años
de experiencia navegando por estas aguas cristalinas. Nos esperaban en Isla
Verde, era su punto de referencia.
Lorenzo es de Barcelona, ya lo conocíamos personalmente a través
de unos amigos en una de nuestras reuniones viajeras. Después de trabajar como
abogado y profesor, dejó todo y emprendió durante dos años una vuelta al mundo.
Por el camino conoció a Alejandra, una risueña venezolana de Mérida, cartógrafa y con años
de experiencia en turismo y comunidades
indígenas. Desde entonces son compañeros de viaje y vida.
Navegamos por islas menos transitadas por el turismo como Coco Bandero, Hernan
y Salardú entre otras, cosa que se agradece, sólo algún otro barco de forma puntual se acercaba a la orilla. Pudimos así
contactar con la gente local y disfrutar de momentos con ellos.
Los indígenas de la región autonómica de Guna Yala han mantenido sus costumbres a base de luchas y esfuerzo durante años con el gobierno y viven de la
pesca, la artesanía y el turismo. Confeccionan de forma artesanal las típicas Molas que es textil con dibujos diversos o geométricos, cosidos entre sí.
Esta comunidad, consciente de sus escasos recursos naturales
(cada vez más dañados por el cambio climático) utilizan los mínimos de luz,
agua y mantienen las playas impolutas de basura.
Dicen que el paraíso existe y que se encuentra en el archipiélago de San Blas...
Y
bien es cierto que disfrutamos durante estos días de la belleza y tranquilidad de las islas, de sus
gentes y de esa naturaleza tan generosa,
pero... ¿lo será por mucho más tiempo?
Los Kuna son un ejemplo de como viven conectados y en plena armonia con la naturaleza, a la que cuidan como su mejor tesoro. Cuanto tenemos que aprender los que nos llamamos del "mundo civilizado".
ResponderEliminarHola Merche, gracias por tus palabras. Soy Lorenzo, el capitán del velero Lycka (www.lyckaribe.com) fue un placer tenerles a bordo y que pudieran conocer este paraíso con nosotros. San Blas, llamado por los indígenas Kuna "Guna Yala" es un lugar único en el mundo, un archipiélago de 365 islas, muchas de ellas solitarias con tan solo palmeras, aguas de color turquesa y playas de arena blanca. Con su gente amable y sencilla, la mayoría pescadores que venden sus capturas frescas siempre con una sonrisa. Y las mujeres que realizan con paciencia y arte sus "molas" ropas únicas en el mundo. Un lugar fascinante para conocer y la mejor forma mediante un velero para navegar entre diferentes islas. Les estamos esperando de nuevo. Un fuerte abrazo y hasta pronto.
ResponderEliminarMuchas gracias Lorenzo. La verdad que fue un placer poder compartir y disfrutar de esos días con vosotros. Y quien sabe?
ResponderEliminarSeguro que algún día nos volveremos a encontrar. Un beso.