Hoy llegamos a Constanza,
la bella ciudad que se encuentra a orillas del Mar Negro.
La recepcionista del Hotel Voilà, nos dice que en una hora aproximada la
habitación se encontrará lista, así que aprovechamos para pasear y ver alguno de sus museos.
Nos dirigimos hacia la Plaza
de Ovidio, donde se encuentra la estatua del poeta romano que fue exiliado por
el emperador César Augusto. En el edificio principal de la plaza se ubica el Museo de Historia
y Arqueología. Dado sus grandes dimensiones y belleza optamos por entrar y visitarlo.
En su interior se
exhiben retazos de la historia del país. En la sección de arqueología nos
llama la atención unos cuernos de mamut. Recorremos desde el período de la prehistoria
hasta la época comunista.
En un edificio
adyacente medio en ruinas se encuentra el Museo de los Mosaicos donde podemos
observar una amplia exhibición de mosaicos con motivos geométricos, florales y
algunas vasijas.
Desde aquí podemos contemplar La Casa de los Leones y otros edificios medio en ruinas pero dignos de ver.
Nos adentramos
en el Museo de Arte Folklórico que se encuentra también en un majestuoso edificio.
Vemos toda una selección de trajes y objetos de cada región de Rumanía.
Saliendo del museo
bajamos por unas escaleras que nos llevan al puerto donde hay restaurantes y
bares junto al muelle.
Nos llama la atención los platos de mejillones que los presentan
en gigantescas bandejas, así que hacemos una parada para degustarlos.
Subimos de nuevo y nos acercamos hacia el paseo que rodea “La Península” que es el nombre del barrio marítimo y que se encuentra junto al mar.
Podemos ver casas de principios del siglo XX, donde está ubicado el
Boulevard Elisabetta.
En el parque hay
glorietas donde la gente se encuentra descansando o leyendo, para observar el
mar o simplemente ver la gente pasar.
Entramos en la ortodoxa
Catedral de San Pedro y San Pablo que en su interior contiene bellos frescos.
En su exterior hay unas ruinas romanas que la rodean.
Llegamos hasta el faro
genovés y a continuación, nos dirigimos hacia el impresionante Casino que se encuentra medio en ruinas.
El Casino
es un edificio imponente que vivió su mayor época de esplendor cuando la
aristocracia Europa venía a veranear.
En esa época de nobleza
y glamour, los de mayor fortuna cogían el Orient-Express que venía desde Viena,
Budapest, y así Constanza se convirtió en la ciudad más famosa vacacional en
Rumania por su proximidad con el Mar Negro.
A día de hoy, a pesar de que la
mayoría de edificios históricos de Constanza se encuentran medio en ruinas, aún conserva la esencia de esplendor de
lo que fue en su día esta ciudad.
Magnífica descripción y paseo por esta bonita ciudad portuaria con esa especial gracia de reportera que te caracteriza.
ResponderEliminar