3 de junio de 2018

REPUBLICA DE MOLDAVIA: TREBUJENI, BUTUCENI Y EL MONASTERIO DE ORHEI VECHI

Llegamos a Trebujeni con taxi compartido desde el aeropuerto de Chisinau. Son sólo las 8 de la mañana y nos alojaremos en Vila Roz. Se encuentra justo a la entrada del pueblo, aquí  pernoctaremos un par de noches. Es un bonito enclave, ubicado entre montañas. Posee un alegre jardín de rosas con asientos.

La señora Liuba, encargada de la pensión, nos enseña la habitación pero nos pide hablar antes con su hija en inglés por teléfono. Ésta nos dice que si la habitación es de nuestro agrado que ya nos podemos alojar. Así que quedamos contentos y Liuba nos prepara un desayuno riquísimo de creps con mermelada y agua de rosas, azúcar y café.


Salimos pues deseosos de ver las maravillas de la zona con fabulosos tesoros escondidos. Una vez llegamos al centro del pueblo vemos asomar las tres cúpulas doradas de la iglesia ortodoxa.


Paseamos por un camino con casas de piedra y puertas de hierro repujado de colores. Alrededor de la iglesia nos encontramos varias escenas de la vida cotidiana: gallinas que campan a sus anchas, una niña que cuida de su hermano, gente labrando la tierra…

Dentro de la iglesia se oye cantar a las mujeres que han asistido a la misa y van ataviadas con  pañuelos atados en la cabeza. Las flores y rosas también forman parte del paisaje de Trebujeni.Una mujer sale afuera y nos pregunta si necesitamos algo, le decimos que queremos ir a ver el Monasterio de Orhei Vechi  y nos indica que se encuentra en el pueblo de Butuceni, también con casas típicas a unos pocos kilómetros de aquí.



Así que emprendemos camino hacia Orhei Vechi. Es una de las zonas protegidas de la Unesco, declarada Patrimonio de la Humanidad en el 2017. El complejo arqueológico empieza en Trebujeni, es un museo de cuevas a cielo abierto pero que visitaremos al atardecer, a la vuelta.


Seguimos el sendero del valle, un manto verde donde apreciamos caballos y vacas pastando. Los cuatro kilómetros se pueden hacer también con un autobús de línea pero preferimos ir a nuestro aire porque el entorno merece la pena andarlo…

Llegamos al complejo por una rampa que nos lleva hasta Orhei Vechi, ubicado en un promontorio, junto a Butuceni.


Este monasterio data del siglo XIV pero se encuentra en  obras y en su interior los feligreses rezando así que apenas se puede fotografiar. Pero el paraje es precioso.


Bajamos por unas escaleras que nos lleva a Butuceni, el pueblo es precioso, con casas de color verde y azul y pórticos dignos de ver. Aquí podemos visitar alguna casa-museo con trajes típicos, utensilios de labranza... Al ser domingo, está muy concurrido y hay ambiente festivo. 




Antes de volver a Trebuceni, subimos al promontorio donde podemos apreciar una bella estampa con las cuevas y el rio. Aquí vivieron ermitaños del antiguo distrito de Orhei.  




Se encuentra encajado entre montañas, con grutas trogloditas colgadas en la roca que contienen  lugares sagrados. Es  un lugar único, con un encanto especial por su belleza natural y bañado por el Río Raut que transcurre surcando sus aguas a modo de culebra rodeando el valle… El Raut es afluente del Río Dniester.       



Cenamos en Vila Riz. Liuba nos prepara una sopa de patata y pollo, ensalada de tomate y pepino y tarta típica de queso que le llaman Placinte. Todo ¡riquísimo !.

1 comentario:

  1. Rural y bucólico. Huele a campo, rosas y amapolas. La antigua Orhei, cuna de la Moldavia. Estos latinos que fueron republica soviética.

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