Hildesheim es una ciudad alemana situada en el sur del Estado federado de la Baja Sajonia. Se encuentra a 30km de Hannover y su población se acerca a los 103.000 habitantes.
Durante la Edad Media fue una de las ciudades más importantes de Alemania.
Hildesheim figura en la lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO desde 1985 para la Iglesia de San Miguel y la Catedral de Santa María, dos extraordinarios monumentos de la Alta Edad Media, que abundan en el arte preservado y restaurado de la época.
La catedral románica de Santa María fue arrasada durante la Segunda Guerra Mundial, pero fue restaurada rápidamente en la década de 1950 y luego nuevamente en los últimos años.
En su interior destaca una columna del 1015, una pila bautismal de 1220 y el candelabro de Hettilo, también del siglo XI, entre otras reliquias.
En el portal oeste se encuentran las famosas puertas de bronce románicas de principios del siglo XI, con relieves que evocan escenas de la Biblia.
El claustro era una maravilla, con una pequeña capilla y un rosal milenario que sigue creciendo pegado al ábside.
Según cuenta la leyenda, mientras el rosal siga floreciendo, la ciudad no declinará.
Fuimos hacia la iglesia románica de San Miguel, construída entre el 1010 y 1033.
En su interior contiene un techo de madera policromada en toda la longitud de la nave digno de admirar que data del siglo XII.
En las décadas posteriores a la Segunda Guerra Mundial, el Mercado Histórico estaba rodeado de modernos edificios de hormigón ubicado en la Markenplatz.
Solo dos de sus antiguos monumentos, el Ayuntamiento y el Tempelhaus del siglo XIV fueron restaurados.
Entre 1987 y 1989 se reconstruyó la Knochenhaueramtshaus (Casa Gremial de los Carniceros).
Posteriormente surgió una ola de restauraciones, y otros edificios resucitaron, como el Bäckeramtshaus y el Wedekindhaus, una impresionante casa patricia de finales del siglo XVI.
Nos quedamos a comer en la planta baja del edificio histórico de la Casa Gremial de los Carniceros (Knochenhaueramtshaus), donde tomamos un delicioso menú a buen precio y servicio, ubicado en la misma plaza.
Por la tarde fuimos a pasear al barrio de Neustadt con calles repletas de antiguas casas de madera del siglo XIII.
Pasamos bajo la torre de la Kehrwiedertum, de 114 metros.
Las casas nos parecieron de cuento con sus adornos y bellamente decoradas con flores.
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