20 de octubre de 2025

CERDEÑA : EL PASADO CATALÁN DE L'ALGUER

 

Teníamos muchas ganas de conocer L'Alguer, primero por el idioma común que nos une, el català, además de los idiomas que se hablan en la isla, sardo e italiano y por su proximidad al mar.



L' Alguer dispone de una muralla para pasear a lo largo del mar. Nos alojamos en la Leo Guesthouse y Salvatore, el chico que nos recibe, nos  habla en catalá.



Dejamos las mochilas en la habitación y nos fuimos a dar una vuelta por la ciudad. Desde el paseo marítimo se contempla el bello Capo Caccia.



La Ciudadela fue levantada por la familia genovesa Doria alrededor de 1102 en una península estratégicamente defendible. 



Al ser conquistada por los catalano-aragoneses cuando la batalla de Puerto Conte en 1353, colonizaron la ciudad con sus compatriotas dejando a los sardos en Vilanova Monteleone.



Reforzaron las fortificaciones y construyeron docenas de iglesias de estilo gótico y aristocráticas mansiones dejando un legado catalán en El Alguer.



A partir de 1354, los colonos procedentes principalmente del área de Tarragona y de la zona del Penedés, traídos por Pere IV, repoblaron El Alguer mientras que la población originaria sarda fue expulsada y deportada.



A partir de ahí se remonta el uso de un dialecto del català oriental en la ciudad, que perdura hasta nuestros días y que pudimos comprobar personalmente.



La mayoría de los sardos de L' Alguer viven de lo que les ofrece el mar, sobre todo de los crustáceos y el coral rojo que crece cerca de las profundidades de Capo Caccia.



Pero el coral que se extrae es estrictamente controlado con solo 25 buceadores oficiales. En el centro histórico hay joyerías dedicadas a la venta de coral y también se puede visitar su museo para saber un poco más de la historia del coral.



Hacemos un recorrido por la Torre de Sulis, del siglo XIX. El nombre se debe a un revolucionario que estuvo 22 años en prisión dentro de la torre.




El complejo de San Francesco es un monasterio del siglo XV de estilo gótico catalán. Nos dirigimos a continuación la Catedral de Santa María para ver en su interior el estilo renacentista.



Pasamos por el Café Constantino donde el Emperador Carlos V estuvo en 1541. Desde aquí nos vamos hacia la Marina donde se ubica el Fuerte de la Magdalena, justo frente a los barcos que salen para las Grutas de Neptuno.



Más allá vemos la Torre de San Telmo, el patrón de los navegantes. Tambièn podemos apreciar las iglesias de Nuestra Señora del Carmelo y la de San Michele, una iglesia jesuita ricamente decorada.



Nos vamos a cenar al restaurante Reina Margarita, tomamos pasta de fregola con frutti di mari y Francisco raviolis con bottarga y tomate.



Con la caída del sol, Capo Caccia se torna anaranjado y el puerto permanece iluminado. Vemos unas niñas junto a una heladería vestidas con un traje típico de la isla.



Al día siguiente fuimos a visitar las Grutas de Neptuno. En una combinación de barco más entrada a las grutas el precio sale por 35eu por persona. 





Es un trayecto de 40 minutos que nos lleva hacia Capo Caccia y bajo sus escarpadas rocas se encuentra una de las mayores grutas del Mediterráneo. 



Sencillamente es espectacular. La visita es guiada a través de una voz en off en inglés y dura otros cuarenta minutos.


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