Preparamos nuestras mochilas para dejar todo listo y salir en tren nocturno hacia Asuán. Cogimos un taxi ya que los autobuses iban a tope. Al llegar a la estación el ambiente era sorprendente, había mucha gente y un ligero caos de trasiego, aún y así no me desagradaba.
Teníamos una reserva hecha con antelación de compartimento para dos con la compañía alemana Wagón Lits en literas. Incluso en el interior del tren había hilo musical y nos trajeron la cena a la cabina con vino incluido. ¡Qué contraste! Lo que más recuerdo del trayecto era la música que sonaba de sobras conocida en nuestro país por Emilio el Moro cantando la famosa canción “Cherie te quiero, cherie yo te adoro, como la salsa del pomodoro” pero claro, cantada en árabe.
Esta mañana al despertar, el paisaje que se veía tras la ventana era totalmente desértico, ya nos encontrábamos a pocos kilómetros de Asuán, en el sur de Egipto. Una vez llegamos a la ciudad, pudimos ver la maravillosa vista del Nilo, en su máxima extensión. Buscamos un alojamiento adecuado, era un pequeño hotel sencillo, frente al río y desde la ventana de la habitación podíamos apreciar la hermosa vista.
Dejando los bártulos en la habitación, fuimos a ver el mercado de Sharia al Souk, el antiguo bazar de la ciudad. Aquí es donde se respiraba el real ambiente de Asuán, más bien parecía un pueblo.
Algunas mujeres vestían de negro, con el velo tapándoles las facciones y sólo dejando al descubierto parte su cara y en sus manos llevaban guantes. En la cabeza cargaban las compras. Los señores, con sus turbantes, vendían especias y frutos, cestos de paja y mimbre, antiguas balanzas… Era un ambiente auténtico que me hacía disfrutar por la ausencia de turismo.
Colores y olores se mezclaban e inundaban el mercado de exotismo. La mayoría de hombres iban con sus túnicas blancas, algunos las llevaban de color malva o azul claro. También se vendían verduras, ropa y todo tipo de objetos. Era gente tranquila y a la vez sociabilizaban contigo. Si les preguntabas te daban a probar sus productos.
En una de las pequeñas paradas de especias le pedí al vendedor por azafrán y curry. Lo tenía todo muy bien organizado en unos montoncitos de sobres pequeños donde introducía las diferentes especias. El buen hombre vestía una túnica blanca con un pañuelo azul estampado alrededor de su cuello y un turbante blanco.
Se encontraba metido en su puesto de especias, un cuchitril que a mí me daba agobio nada más verlo ahí dentro. Pero me hizo gracia y al preguntarle para hacer una foto no puso impedimento alguno. Él iba a lo suyo, a la venta de las especies. También compré un par de costureros con unos colores vivos aunque eran un poco voluminosos para llevarlos en el viaje.
Dejando el mercado nos fuimos a comer a un pequeño restaurante local donde cocinaron unos garbanzos estofados y tomamos carpa del Nilo, todo servido en unos platos de aluminio, muy austero pero rico. Había varios moteros que tenían sus Harley aparcadas y también algún lugareño que comía el menú igual que nosotros. Era un lugar sencillo ubicado en plena calle con cuatro mesas y barato.
Ya caía la tarde y nos fuimos a coger una faluca, la típica embarcación del Nilo donde dos jóvenes nubios nos acercaron a la isla infantina para ver el Jardín Botánico y el Mausoleo de Aga Khan. Este era un edificio de granito que fue escogido por el sultán antes de su muerte pues su ubicación era la ideal para su descanso, ya que quería estar junto al Nilo.
Los antepasados del Aga Khan fundaron la dinastía fatimí con capital en El Cairo. El fatimí representó uno de los apogeos de la cultura musulmana que fueron mecenas de las artes, la arquitectura, la literatura… etcétera que también compartía el Aga Khan.
Volvimos con la faluca con los dos nubios que nos acompañaban. Eran muy guapos, jóvenes algo serios pero muy diferentes a los egipcios. Tenían la piel más oscura con facciones más africanas y más suaves, nada que ver con los egipcios del norte. Y es que los nubios se localizan en la región del sur de Egipto, Nubia y en la zona norte de Sudán. Su población se asienta a lo largo del Valle del Nilo. Antiguamente fue un reino independiente.
Esta noche nos acostamos pronto pues mañana madrugamos para ir hacia Abu Simbel.
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