23 de abril de 2011

AZERBAIYÁN: PARQUE NACIONAL DE GOBUSTÁN Y LOS VOLCANES DE LODO

 

En Bakú cogimos un taxista para que nos llevara al Parque Nacional de Gobustán.



Regateamos para bajar el precio y nos decidimos a ir con él por salir mucho más barato que en cualquier agencia.



En el P.N.de Gobustán se pueden ver los petroglifos al aire libre y los volcanes de lodo. Se encuentran a unos 70 km al sur de Bakú.



En el camino vimos varios pozos de petróleo fuera y dentro del mar. Es una zona rica en petróleo y en gas.



Una vez llegamos al P.N. de Gobustán, sacamos las entradas en una garita donde se exhibía un pequeño museo sobre la prehistoria.



El museo mostraba los pueblos que vivieron en la región, cómo se realizaron los grabados, qué animales habitaban la zona en aquella época y cómo era la vida de sus habitantes.



Caminamos hacia las rocas donde había un itinerario marcado y pudimos apreciar a través de los petroglifos la vida cotidiana con dibujos de pesca, animales, incluso vimos un barco que hacía recordar a la época de los vikingos.




Una de las teorías apuntan al origen de los escandinavos que probablemente empezara en el Gobustán. Entre las cuevas y rocas había más de 6000 petroglifos.



Al fondo se veía el mar Caspio y pasear por la montaña sin nadie, nos hizo disfrutar del silencio, aunque nos supo a poco ya que el acceso estaba bastante restringido.



Una vez visto, nos fuimos a localizar la zona de los volcanes de lodo pues se encontraban a unos 15km de allí. Después de dar vueltas y vueltas (no había nada señalizado), preguntamos a otro taxista que venía en la misma dirección junto a otros dos turistas y como tampoco tenía idea, nos unimos para localizar los volcanes de lodo.



A lo lejos vimos unas tiendas de campamento militar así que allí paramos para preguntar. Los militares explicaron a nuestro conductor que tenían que volver hacia el P.N. de Gobustán y desde allí coger la carretera de la costa a unos 15 km. 





Pasamos la vía del tren y subimos por la carretera de pista llena de baches y tampoco se veían aparecer los volcanes. Ya desanimados empezamos a creer que los volcanes habían desaparecido. 



Volvimos a preguntar a una conductora que venia con un 4x4 y nos dijo que le siguiéramos. Ya éramos tres coches, menos mal que gracias a ella encontramos el camino.





Al llegar vimos los volcanes de lodo que eran pequeños y grandes montículos que expedían lodo bombeando aquí y allá. 



Expulsaban el barro, lo cual era un espectáculo curioso frente al mar Caspio. Incluso se podían tocar porque no estaban calientes. Parecía un paisaje desolador, casi lunar.



 

Era un lugar sin explotar pues no había letreros ni caminos marcados. Fue complicado localizarlo pero mereció la pena.



Volvimos hacia Bakú y en la costa vimos de nuevo los pequeños pozos extrayendo petróleo del mar, llamados también los J.Bond Fields.


22 de abril de 2011

AZERBAIYÁN: LA BELLA BAKÚ Y EL PALACIO DE LOS SHIRVANSHAHS



Caía la noche cuando llegamos a la ciudad de Bakú, hacía frío y lloviznaba un poco. 




El taxi que nos traía del aeropuerto recorrió gran parte de la ciudad y de su antiguo casco antiguo amurallado del siglo XII. 





Después de dar varias vueltas por los recovecos de sus callejuelas, nos dejó en la casa de hospedaje del centro histórico. Apenas vimos pasear gente por la calle y los locales permanecían cerrados.




Esto nos resultó un poco extraño pues sólo eran las ocho y media aunque luego nos dimos cuenta que al ser viernes en un país musulmán probablemente los lugareños se recogían en sus casas ya a esa hora por ser festivo.





Una vez alojados y sin saber bien donde estábamos salimos a inspeccionar un poco los alrededores del centro histórico para situarnos.





Todo lo que vimos nos hizo intuir que había mucho que ver por la cantidad de monumentos interesantes a pesar de que se encontraban vagamente iluminados. 




Nos dio la sensación de una ciudad misteriosa y generosa pues esa noche sólo se ofrecía para nosotros. Como ya era tarde y no había nada abierto nos fuimos a descansar para visitarla como se merecía el día siguiente.




Después de un desayuno de queso de oveja, tomate, pan, pepino, te, mermelada y zumo de naranja, emprendimos el paseo por una calle empedrada que nos encaminaba hacia el Palacio de los Shirvanshahs, un antiguo complejo de la dinastía del siglo XV que forma parte de la lista del Patrimonio de la Humanidad, junto con la Torre de la Virgen y que recientemente ambos han sido restaurados. El palacio se encuentra en la parte alta de la ciudad.




El complejo se divide en cuatro zonas: El Divan Khan, zona de asamblea de forma octogonal donde se reunía la corte del Shirvanshah Lhalilullah.
 




En un segundo edificio podemos apreciar las estancias del palacio donde se ubica un pequeño museo de folklore del país.




En un tercer edificio se encuentra la bella mezquita del Palacio y el Mausoleo del Derviche, Seyid Yahya Bakuvi que fue un erudito real en la corte de Shirvanshah Khalilullah.




Más abajo y cruzando unas puertas orientales nos recreamos en los baños del Palacio ya en ruinas pero con un encanto especial por su ubicación, además desde aquí se ve parte de los edificios de la ciudad.


  

En un patio aparte nos encontramos con unas piedras cortadas y numeradas de forma ordenada que en su día pertenecía al Sabayil Qala, un castillo ubicado en una isla pero que se sumergió en su día y se encontraba cerca de la península de Bayil en Baku.





Bajamos las calles de la ciudad antigua hasta llegar a la Qiz Qalasi. El termino en azerí significa “fortaleza impenetrable” pero es popularmente conocida por la “Torre de la Virgen”. Data del siglo XII y es el símbolo nacional. 




Es una torre de piedra de forma circular. Cuentan la leyenda que un padre se enamoró de su hija y ésta al sentirse incapaz de desobedecer a su padre le pidió que construyera dicha torre desde donde se pudiera ver todo el territorio antes de casarse. Cuando se acabó de edificar, subió a la parte más alta y se lanzó al vacío.