En Bakú cogimos un taxista para que nos llevara al Parque Nacional de Gobustán.
Regateamos para bajar el precio y nos decidimos a ir con él por salir mucho más barato que en cualquier agencia.
En el P.N.de Gobustán se pueden ver los petroglifos al aire libre y los volcanes de lodo. Se encuentran a unos 70 km al sur de Bakú.
En el camino vimos varios pozos de petróleo fuera y dentro del mar. Es una zona rica en petróleo y en gas.
Una vez llegamos al P.N. de Gobustán, sacamos las entradas en una garita donde se exhibía un pequeño museo sobre la prehistoria.
El museo mostraba los pueblos que vivieron en la región, cómo se realizaron los grabados, qué animales habitaban la zona en aquella época y cómo era la vida de sus habitantes.
Caminamos hacia las rocas donde había un itinerario marcado y pudimos apreciar a través de los petroglifos la vida cotidiana con dibujos de pesca, animales, incluso vimos un barco que hacía recordar a la época de los vikingos.
Una de las teorías apuntan al origen de los escandinavos que probablemente empezara en el Gobustán. Entre las cuevas y rocas había más de 6000 petroglifos.
Al fondo se veía el mar Caspio y pasear por la montaña sin nadie, nos hizo disfrutar del silencio, aunque nos supo a poco ya que el acceso estaba bastante restringido.
Una vez visto, nos fuimos a localizar la zona de los volcanes de lodo pues se encontraban a unos 15km de allí. Después de dar vueltas y vueltas (no había nada señalizado), preguntamos a otro taxista que venía en la misma dirección junto a otros dos turistas y como tampoco tenía idea, nos unimos para localizar los volcanes de lodo.
A lo lejos vimos unas tiendas de campamento militar así que allí paramos para preguntar. Los militares explicaron a nuestro conductor que tenían que volver hacia el P.N. de Gobustán y desde allí coger la carretera de la costa a unos 15 km.
Pasamos la vía del tren y subimos por la carretera de pista llena de baches y tampoco se veían aparecer los volcanes. Ya desanimados empezamos a creer que los volcanes habían desaparecido.
Volvimos a preguntar a una conductora que venia con un 4x4 y nos dijo que le siguiéramos. Ya éramos tres coches, menos mal que gracias a ella encontramos el camino.
Al llegar vimos los volcanes de lodo que eran pequeños y grandes montículos que expedían lodo bombeando aquí y allá.
Expulsaban el barro, lo cual era un espectáculo curioso frente al mar Caspio. Incluso se podían tocar porque no estaban calientes. Parecía un paisaje desolador, casi lunar.
Era un lugar sin explotar pues no había letreros ni caminos marcados. Fue complicado localizarlo pero mereció la pena.
Volvimos hacia Bakú y en la costa vimos de nuevo los pequeños pozos extrayendo petróleo del mar, llamados también los J.Bond Fields.
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