Aquella mañana emprendimos camino hacia la Ciudad Imperial de Hué. Nos dirigimos hacia una de las entradas después de traspasar el puente que cruza el Río del Perfume y atravesamos una gran avenida hasta llegar al punto principal que se encuentra en la orilla norte del río.
Vimos ondear la torre de la bandera. Dicen que es el asta más elevada de Vietnam y que nueve de los cañones sagrados simbolizan la protección del reinado. Toda la ciudadela se encuentra rodeada por una muralla, estos cuatro simbolizan las cuatro estaciones.
Hay cinco cañones más al otro extremo que se encuentran en la puerta de Quang Duc y representan el agua, madera, fuego, tierra y metal.
Estos cañones los encargó el emperador Gia Long con latón confiscado a los rebeldes de Tay Son.
Entramos al recinto imperial que se divide en varias secciones. La puerta de Ngo Mon con el pabellón Nga Phung, donde el emperador aparecía en ocasiones importantes, el Palacio de Tai Hoa (Palacio de la Suprema Armonía) con techo de madera y varias columnas.
Aquí se celebraban recepciones oficiales. En el patio separaban dos zonas, en un lado los mandarines que eran los que administraban y los militares al otro.
Detrás de los palacios, en el recinto imperial, la Ciudad Púrpura prohibida es una ciudadela dentro de otra. Las guerras destrozaron prácticamente casi toda la zona.
Era recinto amurallado de uso exclusivo para el emperador. Sólo se permitía la entrada de los eunucos que eran amenaza para las concubinas.
El Teatro Real también se encuentra en reconstrucción. Se representaban espectáculos de ópera, de danza y música. Detrás se encontraba la sala de lectura del emperador que estaba cerrada.
En la zona sur, después de hacer una pequeña parada en un chiringuito para beber una Coca Cola, alucinamos con un elefante que se aproximaba y que conservaba sólo un colmillo. Arriba iba montado un papá y su pequeña hija.
Contemplamos el bello templo restaurado de To Mieu, donde hay un pabellón de tres pisos, el límite de las construcciones de la ciudadela.
Contemplamos el bello templo restaurado de To Mieu, donde hay un pabellón de tres pisos, el límite de las construcciones de la ciudadela.
Justo enfrente había nueve ruinas dinásticas, cada una dedicadas a un emperador. La central es la que se dedica al soberano de la dinastía Gia Long.
Detrás se encontraba la residencia de Dien Tho donde se exhibe una gama de fotografías antiguas dedicadas a los emperadores y sus súbditos y militares.
La residencia de Traong San, en 1844 el emperador Thien Tri la describió como uno de los veinte lugares más hermosos de Hué pero también se encontraba derruida.
Pasear y perderde por todo el recinto es una gozada. Es una jornada que ocupa todo el día viendo cada detalle.
Salimos del complejo para coger un ciclo cada uno y dirigirnos a la pagoda de Thien Mu.
Es un paseo de veinte minutos muy relajante. La pagoda se encuentra junto a unas hermosas vistas del Río del Perfume, a 3km de la Ciudadela de Hué.
La pagoda Thien Mu (Pagoda de la Señora Celestial) fue construída en 1601 y es uno de los edificios religiosos más antiguos y emblemáticos de Vietnam. En el centro se encuentra la torre octagonal de 21 mts. de altura. Cada uno de sus pisos se dedica a un Buda que apareció en forma humana.





















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