15 de septiembre de 2023

REINO UNIDO : EL CASTILLO DE CAERPHILLY Y LA CAPITAL DE GALES

 

Salimos hacia la estación de Bristol que se encuentra a una media hora caminando del hotel. Al llegar compramos los tickets a Caerphilly ida y vuelta, además el billete sirvió para pararse en Cardiff. 



En tren se iba más rápido que en autobús aunque era más caro. Una vez llegamos a Caerphilly, bajamos la Castle Street y a unos cientos de metros se encontraba el castillo más grande de todo Gales.



Pudimos apreciar la magnífica fortaleza. Bajamos y entramos por la puerta principal y alrededor se encontraba un gran foso de agua en forma de laguna. Había cisnes y otras aves, una imagen muy bucólica.



Compramos las entradas y el vendedor nos dijo que había alguna estancia cerrada con las obras que habían actualmente y que para ir al lavabo podíamos ir a la Oficina de Turismo.



Nos entregó un folleto gratuito por valor de 8 libras y quedamos agradecidos. Francisco se compró su primera botellita de Gales, una crema de licor Merlin, hecha por una destilería galesa.



Entramos y comenzamos la visita viendo los torreones desde donde antaño se distribuían las diferentes habitaciones y los aposentos de los dueños del Castillo. Este castillo data del siglo XIII, fue construído entre 1268 y 1271 y tenía forma concéntrica. 



La fortaleza no se hizo construir por Eduardo I de Inglaterra, como la mayoría de los castillos galeses, sino que fue gracias a Gilbert el Rojo de Clare, Conde de Gloucester. 



Era un noble muy poderoso de linaje normando y llamado el Rojo por el color de su cabello. Varios linajes han ido ocupando el castillo: condes, duques, incluso las tropas de Owain Glyndŵr durante 100 días.



Hubo varias restauraciones a lo largo de los siglos y en 1950 el castillo paso a manos del Estado. Pese al paso de los años, el castillo se mantiene muy bien. 



Paseamos por la zona verde y por sus lagunas de alrededor donde los cisnes y patos campaban a sus anchas.



Volvimos hacia la estación de tren y a los tres minutos venía un tren hacia Cardiff, la capital de Gales.



Situada en la costa sur, donde el río Taff se encuentra con el estuario del río Sever, viven unos 360000 habitantes y su centro es casi todo peatonal. 



Nos dirigimos a la iglesia de St. John’s, construida en el siglo XII, contenía unas bonitas vidrieras del siglo XIX.



Es el único edificio medieval junto con el castillo de Cardiff. Entramos en el mercado central, inaugurado en 1891, en este mismo lugar, se había ubicado la cárcel de Cardiff. 



Subimos a la planta superior y nos tomamos el fish & chips típico para descansar un poco y luego bajar para ver los puestos de fruta, carne, pescado, flores o telas. 



Había unos dulces típicos llamados Bakestones y nos llevamos cuatro, además los hacían en el mismo momento pues había dos mujeres amasando y cociéndolos.



Nos fuimos hacia el castillo pues nos apetecía pasear al aire libre con lo bonito que estaba el día. 



Aunque no entramos, paseamos por el parque Bute y vimos anunciado al cabo de un rato un barco que te llevaba hasta el Mermaid Quay. 



Así que recorrimos en barca la bahía de Cardiff en una media hora. Atracamos y bajamos para llegar hasta el edificio Millenium, el más destacado donde hacían conciertos.



También vimos el Serned, el Parlamento galés, un edificio rojo de ladrillo, el Pierhead Building, que fueron las oficinas de la compañía Bute Dog y su reloj.



Nos tomamos unas birras en uno de sus muelles, escuchando música y disfrutando del fabuloso tiempo que nos estaba haciendo.



Nos dirigimos hacia la estación que se encontraba a media hora desde desde el puerto y en 8 minutos salía un tren a Bristol y llegamos sobre las 18:30 h.



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