Hoy desayunamos un poco más tarde a las 8:30 y salimos hacia la parada de autobús para visitar el centro de Bristol y su bohemio barrio de Clifton.
Cogimos un billete para todo el día que costaba 6£ cada uno. Además, como estaba lloviendo utilizamos bastante el autobús.
Nuestra primera parada fue el barrio de Clifton que quedaba bastante alejado de la estación de tren de Temple Meads. Era el barrio señorial de Bristol.
Entramos por el arco del East Village Café, con puestos de fruta, verdura y las calles repletas de cafeterías y restaurantes.
Las casas eran de estilo georgiano. Nos dirigimos al Arcade, unas galerías donde había tiendas exclusivas de joyerías y antigüedades, etcétera.
Después por un parque acortamos para ir a ver el famoso puente colgante.
A través de un pequeño sendero llegamos a una de las vistas espectaculares, aunque no paraba de llover y nos refugiamos bajo los árboles.
Había una placa indicando que este era el lugar de observación, un sitio histórico con vista al desfiladero del río Avon que habilita el puente colgante por ser visto en su extraordinario entorno natural.
Este puente se restauró en Grecia por iniciativa de Clifton & Hotwells y también fue respaldada con la ayuda de la ciudad de Bristol y de muchos donantes públicos y privados. Fue completado en el 1994 para el beneficio de sus ciudadanos y visitantes.
El puente fue diseñado por Isambard Kingdom Brunel en 1830. Su construcción comenzó en 1836 pues fue interrumpido por falta de fondos en1843. No fue hasta 1864, cinco años después de la muerte de Brunel que el puente fue completado como monumento a su fama.
Sus medidas son 412 metros de largo por 9 metros de ancho y su altura es de 74 metros. Se puede atravesar andando y en vehículo. Cruzando al otro lado tenemos una hermosa vista del río Avon y su observatorio, más la ventana del León excavada en la roca.
Seguía lloviendo pero no nos importaba pues esta maravilla de obra creada por el hombre, bien valía la pena observarla de cerca.
Además se encontraba rodeado de vegetación abundante y la neblina le daba un encanto especial. Por el otro lado del puente había una hermosa vista de la ciudad de Bristol.
Volvimos al barrio de Clifton y con el autobús bajamos hacia el centro. Visitamos el Saint Nicolas Market donde había también el Covered Market, su mercado alternativo para comer y comprar comida.
Había alguna que otra tienda de ropa, discos, librerías y puestos de comida. Desde aquí salimos hacia el puerto y en los muelles salían barcos para hacer una pequeña ruta.
Optamos por pasear por los muelles cubiertos con restaurantes que daban al río y doblamos hacia el interior donde había una gran explanada y un museo con una indicación BE CURIOUS en una gran bola de espejos.
Seguimos andando y nos fuimos un poco más allá hasta ver un conjunto de casas de colores a lo lejos.
Eran las casas que vimos el primer día cuando fuimos a cenar a uno de los muelles.
Nos acercamos hacia la Catedral de Bristol, donde entramos y nos maravillamos al ver su interior y los jardines.
La catedral fue fundada en 1140 y en 1542 se convirtió en sede obispal y catedral de la nueva diócesis de Bristol.
Bristol aunque pasado por agua durante estos días, nos ha gustado pues con el mal tiempo que ha hecho igualmente merecía una visita.
Si decidimos dormir aquí fue por la posibilidad de trayectos en tren a diversas regiones del sur de Inglaterra y Gales.
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