De buena mañana salimos andando hacis el Santuario del Imán Husayn Ibn' Ali, una de las mezquitas más antiguas del mundo y lugar de peregrinación para los chiítas.
Se encontraba a unos 4km del hotel pero fuimos andando y antes de llegar nos paramos en el control de policía para acceder a la zona y traspasamos el bazar.
Había fuertes medidas de seguridad y se percibía un ambiente de festividad, además era viernes y todos nos dirigimos hacia el control de entrada al Santuario. A través del bazar conseguimos llegar al acceso pero antes dejé los zapatos en un casillero que compartí con unas sandalias.
El lugar estaba a rebosar. Entramos por puertas separadas y en el control se notaba la intensidad: cantidad de mujeres que incluso algunas iban llorando y en la puerta se empujaban unas a otras para querer entrar.
En seguridad me pusieron un poco de pegas cuando vieron que mi abaya no llegaba hasta el suelo pero al final me dejaron pasar.
Una vez en el interior de la mezquita todo era deslumbrante: magníficas paredes con cristales incrustados, lámparas fastuosas, muros decorados en dorado y plata, inscripciones en árabe... tremendo.
Pero lo más alucinante era ver a todas estas mujeres vestidas con el chador negro bolso e incluso guantes del mismo color, entregarse al fervor más apasionado. Y es que hay que vivirlo para intentar comprender. Todas querían llegar a tocar la tumba del Imán Alí.
Me encontraba en un mundo que no era el mío y enmedio del jaleo. El acceso era minúsculo y se hacía imposible llegar hasta la tumba sagrada. Cuentan que en una ocasión hubo un accidente por una avalancha y en el que fallecieron varias personas.
Había entre nosotras vigilantas que llevaban un plumero para dirigir el tráfico y para indicarte que no se podían hacer fotos pero "allá donde fueres haz lo que vieres" así que aproveché la ocasión única para hacer fotografías pues no todos los días una se encuentra entre súplicas y lloros en un lugar tan único.
Los rezos en voz alta impresionaban. Veía mujeres sentadas en las alfombras leyendo el Corán, otras rezaban agachadas y cuando levantaban el cuerpo se balanceaban. Las que se encontraban en la tumba besaban, tocaban y se agarraban a los barrotes implorando.
Cuando intentaba avanzar a más de una le lancé la kaaba sin querer (piedra que utilizan los musulmanes para el rezo) cuando se reincorporaban del suelo.
Y es que el recinto se encontraba tan lleno que apenas se podía pasar. Intentaba volver para salir fuera y tomar aire. Lo que allí aconteció fue la máxima expresión del chiísmo.
Saliendo al exterior me reencontré con mi pareja y fuimos paseando hacia el cementerio de Wadi Al Salaam. Es el más grande de todo Oriente Medio porque todo el mundo quiere ser enterrado aquí, cerca de la tumba del Imán Alí.
Había más de 5.000.000 de cuerpos enterrados y en la mayoría de las tumbas había dibujos y fotos de los fallecidos, algunos tenían pequeñas capillas en forma de mezquita.
Entre los muertos hay enterrados profetas musulmanes, científicos y guardianes de la fe, así como las tumbas de los profetas Salih y Hud.
El cementerio abarca una superficie de 917 HA. cubriendo un 13% de la población de Najaf. Este cementerio está a la espera de ser considerado Patrimonio de la Humanidad.
Por la tarde visitamos la mezquita de Kufa, la ciudad que fue la primera del Imperio Abasí, antes de que Bagdad se estableciera como capital.
Las características de la mezquita son los iwans y el mihrab que los fieles deben mirar al orar. Los santuarios que hay son tan bonitos como los del Imán Alí.
Los mosaicos de los patios son de color lapislázuli. Visité dos Santuarios: el del profeta Abraham y el de Al- Khudir. En el interior cola con empujones y grupos de peregrinación.
El mismo fervor y devoción.... Es aquí en esta ciudad donde el Imán Alí fue apuñalado por el ejército de los Omeyas.
En el exterior había grandes corredores comunes pero no fui capaz de localizar a Francisco, mi pareja.
Paseando se escuchaba el sermón de uno de los fieles en voz alta y la gente a su alrededor sentada lo escuchaba atentamente. Después de este día tan intenso nos fuimos a descansar y cenar.
