Samarra es una de las joyas arqueológicas más importantes de Oriente Próximo, con edificios como los palacios imponentes y sus mezquitas en espiral.
Cuando llegamos a destino con nuestro guía Adil, primero visitamos el santuario sagrado Al- Alaskariyán, con su cúpula en oro macizo y otra de mosaico.
Aquí los fieles, sobre todo iraníes paran en su cuarta etapa de peregrinaje, después de visitar Najaf, Kufa y Kerbala.
En este lugar, en el año 2006 pusieron una bomba del grupo terrorista del Daesh y esto hizo que se iniciara la guerra civil que duró unos 3 años.
Entramos por las respectivas puertas de hombres y mujeres y me dan el típico chador para colocármelo encima de mi ropa.
La belleza fastuosa me vuelve a impresionar una vez más. Las mujeres leen el Corán agachadas o sentadas en las alfombras y el fervor se vuelve a ver en todos sus gestos.
La sala principal está mucho más holgada. Me reclino en una alfombra y me relajo viendo el interior de las cúpulas. Hace unos 100 años que se construyó por lo tanto es una mezquita nueva.
Salgo fuera y nos hacemos fotos con iraníes, nos invitan a té y compartimos pan de un iraquí que nos lo regala.
Seguimos con el coche unos cientos de metros y llegamos a la mezquita Malwiyya.
Antaño tenia las paredes revestidas con mosaicos de cristal oscuro. Fue destruida en 1278 después de que Hulagu Khan arrasara Irak.
Es el minarete en espiral ubicado fuera del muro norte del recinto principal, lo que da a Samarra su lugar destacado en la lista de arquitectura más grande del mundo midiendo 55 metros de alto. Forma parte del Patrimonio de la Humanidad ddesde el 2007.
Restaurada bajo el régimen de Sadam Husein en la década de 1980, la mezquita está siendo renovada con lentitud. Al minarete está prohibido subir y optamos por dar la vuelta y ver el recinto por la parte trasera para no tener que pagar los 50000 dinares qué cuesta así que saltamos una pequeña valla y la vemos bien de cerca.
Nos asomamos al patio central aunque no hay nada especial sólo el minarete. Esta mezquita pertenece al periodo abasí, del 900 D.C.
Adil nos quiere enseñar el Palacio del Lago, pero se encuentra en obras de restauración y pregunta al capataz si nos permite acceder a la entrada a pesar de estar cerrado.
Este Palacio tiene la particularidad de tener aguas canalizadas en su patio central que llegaba al río Tigris.
Accedemos al interior y nuestro guía particular nos enseña los recovecos del palacio donde había cuatro puertas de entrada como los puntos cardinales.
Había el acceso de los caballos las habitaciones, los baños que los calentaban con agua caliente, la zona del Harem donde el Califa pasaba sus ratos de relajamiento.
Nos enseña unos frisos originales y otros restaurados, así como algunos arcos de varias habitaciones.
Es cierto que tienen mucho trabajo por hacer y tardarán un año en abrirlo al público.
Una vez visto le damos al capataz una pequeña propina por lo que queda contento y nos despedimos de él.
Continuamos nuestro trayecto para ver otra mezquita con minarete circular de Abu Dalaf en la población de Jafarilla.
Este minarete es más pequeño pero podemos subir a lo alto. Dejo que Francisco y Adil suban mientras yo les fotografío. De repente me vienen más de 10 niños para hacerse selfies conmigo.
Esta mezquita que tiene unos 25 metros de altura podía acoger unos 40000 fieles. Parece ser que el motivo por el cual se dejaron de hacer este tipo de minaretes en forma de espiral es debido a que el muecín subía en burro y más de uno cayó al vacío y se mató.
Justo al lado del minarete, unos adolescentes se encuentran haciendo una barbacoa de pinchos de pollo.
Desde aquí nos vamos al Lover Palace. Hoy como la gente tiene fiesta pasan el día alegremente en familia haciendo picnic, jugando a pelota o fumando shisha.
El Palacio tiene una estructura imponente pero es una pena que esté todo tan sucio y lleno de basura.
Realmente este país necesita una reconstrucción física y educacional, pero es positivo que el turismo traiga dinero, una de las formas para levantar el país.
El Palacio es de la época abasí y terminamos con una vista superlativa de su fachada.
Volvemos hacia Bagdad a las 6:30 pm y nos vamos a cenar a un emblemático café que toca a la Corniche.
Finalizamos el día comentando todo lo que hemos visto y volvemos al hotel para relajarnos pues mañana saldremos temprano para ir a Mosul.
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