Alí es un guapo y alegre iraquí que nos acompaña con su taxi a la mítica ciudad de Babilonia. Nos sale la ida y vuelta por 40000 dinares, unos 25 dólares. Tardamos una hora y veinte minutos en llegar. La ciudad de Babilonia es Patrimonio de la Humanidad desde 1983.
Antes pasamos por la población de Hillah y Alí nos comenta que la gente que vive aquí es muy pobre, por el barrio que pasamos ya se ve como viven, en casas maltrechas en forma de barracas. Aún y así en la calle los hombres toman su té rutinario y comparten charlas, viendo pasar la vida.
Una vez llegamos a Babilonia, pasamos el control de pasaportes y pagamos la entrada 25000 dinares por persona (es el precio que se paga en todas las entradas que son Patrimonio de la Humanidad). Entramos por la falsa puerta de Ishtar de color azul simulando la real porque la auténtica se encuentra en el Museo de Pérgamo de Berlín, que se construyó con ladrillo vidriado con toros y serpientes.
Traspasando la puerta hay un recinto amurallado con murales representando la antigua Sumeria.
Entramos en el Museo que contiene alguna pieza interesante, sobre todo un muro original en ladrillo con un león pintado con los colores restaurados.
Saliendo llegamos a las escaleras que conducen al Camino Procesional. La calzada original se realizó con losas de piedra y betún.
Llegamos al palacio de Nabucodonosor II, rey de Babilonia. Nabucodonosor II (r. 605/604-562 a.C.) fue el más destacado monarca del antiguo imperio babilónico en la era del Imperio Neobabilónico (626-539 a.C.), sucediendo al fundador del mismo, su padre Nabopolasar (r. 626-605 a.C.).
En los ladrillos de la reconstrucción Saddam era tan megalómano que quiso que figurara su nombre en cada uno de ellos. También encontramos ladrillos originales con escritura cuneiforme.
En el lado derecho del palacio hay un camino que te lleva al templo dedicado a la Diosa madre Ninmabi pero permanece cerrado.
Podemos ver a través de la pasarela de madera lo que era el Palacio de Verano con pisos pavimentadas a diferentes alturas que reflejan la construcción y reconstrucción continua a lo largo de los siglos.
En la década de 1980 se descubrió una gran biblioteca con documentos junto con otros artefactos. Se especula que fue el sitio de los famosos Jardines Colgantes de Babilonia.
Avanzando un poco más por el sendero, nos topamos con el emblemático León de Babilonia, un símbolo de Irak construido en basalto. Con más de 2600 años de antigüedad, esta escultura de basalto negro representa a un león mesopotámico imponente sobre un humano prostrado, mide dos metros de largo y pesa más de siete toneladas.
Todo el mundo que llega hasta aquí no duda en hacerse una foto. Nosotros tampoco vamos a ser menos y posamos con unas chicas iraquís de Kerbala.
Al fondo, en un montículo se encuentra el Palacio que Saddam Hussein se hizo construir, pero se encuentra cerrado por obras. Cerca se supone que había la Torre de Babel pero ya no hay nada, sólo un hueco y que por cierto no tenía forma redonda como tantos artistas hicieron creer en sus pinturas, sino que tenía forma de Ziggurat.
Cuando llegamos a su casa, nos presenta a su mujer y las cuatro hijas. El quinto hijo es niño y se encuentra en el colegio. También conocemos a su madre. Aquí tienen la casa con vacas y gallinas. Un señor y su hijo les ayudan a sembrar y trabajar la tierra.
Es una hermosa familia con niñas muy cariñosas, las más pequeñas me dan la manita y jugamos un poco con ellas. Después de tomar chai con ellos nos hacemos una foto en medio de este maravilloso oasis. Le digo a Alí que tiene que estar contento por la familia tan bonita que ha formado a lo que me contesta asintiendo agradecido.
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