Hoy quedamos a las 9 horas con Amena, la guía local que nos acompañará estos días pues contratamos con ella dos excursiones. Es una joven de 26 años que vive actualmente Duhok (antes vivía en Mosul) pero ella y su familia son originarios de Turquía. Son practicantes del sufismo.
Nos dirigimos hacia Amadiyah, una población a unos 68 km de Duhok y que pertenece al Kurdistán iraquí. Se encuentra a 1400 metros s.n.m. en la cuenca del Gara y a 17km de la frontera con Turquía. La población es de unos 6000 habitantes.
Desayunamos y la esperamos en el hotel. Viene a la hora indicada y por el camino charlamos animadamente, de su vida aquí, de su familia turco-iraquí, de su posible futuro en Alemania, etcetera.
Es una chica muy eficiente y dulce, con el cabello largo y al descubierto, como la gran parte de las mujeres jóvenes del Kurdistán iraquí.
Antes de llegar a Amadiyah tomamos un café para ver la panorámica del pueblo pues este tiene forma de meseta y es espectacular.
Cuando llegamos no se ve nada particular pero sí un par de lugares que destacan, como la Bahdinan Gate, una antigua puerta del Imperio Parto y que está muy bien restaurada.
Visitamos una pequeña tienda de artesanía donde nos enseñan la cerámica local. La más llamativa es la estructura del pueblo que tiene forma redondeada y en forma de tepui.
El artista nos muestra la cerámica y me entrega un pequeño folleto donde se indican los sitios más importantes del pueblo.
Seguimos hasta la mezquita principal que es también escuela y tiene un minarete de 35 metros de color anaranjado del siglo XV.
Entramos y en su interior hay gente rezando. Un señor nos llama la atención al vernos llegar a las dos porque no vamos cubiertas con el pañuelo.
Salimos afuera y le decimos si quiere hacerse una foto con Francisco pues va ataviado con el típico pantalón y chaleco kurdo. Se queda un poco confuso y pensativo pero acaba accediendo.
Amadiyah fue la sede de los Magi, o sumos sacerdotes del Imperio Medo. Según la Biblia tres de ellos viajaron a Belén para conocer al recién nacido Jesús (los famosos Reyes Magos).
Entre los siglos XV y XIX actuó como capital del Emirato de Banyan, otro de los principados kurdos que existían en el norte de Irak con el permiso del Imperio Otomano.
Caminamos dando la vuelta alrededor del pueblo para ver las ruinas de un templo zoroastriano.
Aunque la mayoría de casas son modernas, las vistas desde aquí son estupendas, se ven llanuras cubiertas de vegetación con pequeñas colinas.
Lo que más nos gustó fue visitar una fábrica donde elaboraban tahini, nos invitaron a probar la semilla del sésamo recién tostada con aceite de oliva y pan acompañado de té.
En la fábrica había varios empleados trabajando con distintas maquinarias.
El dueño Mustafá, nos enseñó todo el proceso y su comercialización que desde hace más de 300 años han ido pasando de generación en generación.
La visita es gratuíta pero Amina como agradecimiento les compra un tarro de 1 kg por unos 10000 dinares.
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