En Sagada recorrimos la zona de las cuevas y los ataúdes colgantes. La primera que visitamos fue la cueva Matangkib, muy cerca del guest house, a unos 30 minutos caminando.
Los pobladores de la zona, los kankaeney practicaban este tipo de enterramientos desde hace más de 2000 años y los colocaban en posición fetal. Además, los ubicaban en lo alto de las cuevas para protegerlos de los animales y porque creían que seria más fácil así llegar al cielo.
En la Sugon Cave encontramos restos de huesos y cráneos y en la Lumiang Cave, una de las grandes, incluso nos pudimos bañar.
También fuimos a la cascadas Bokong, a 30 minutos caminando hacia el norte donde pudimos refrescarnos de nuevo.
Hay infinidad de cuevas en Sagada. Es una zona montañosa donde puedes hhacer tu propio recorrido por tu cuenta o bien contratando a un guía, encuentres cuevas más espectaculares. Actualmente se sigue la tradición de los entierros aunque mucho menos frecuente.
Estas cuevas están situadas en el Echo Valley. Realmente era como si descubriéramos nosotros las cuevas pues íbamos solos.
Por la tarde fuimos a la exposición de fotografía del estudio de Eduardo Masferrer, un hispano-filipino fallecido recientemente y que realizó diferentes estudios y reportajes sobre la vida indígena en Luzón.
Su padre fue un militar catalán que emigró a finales del siglo XIX hacia Filipinas, se casó con una filipina y tuvieron seis hijos.
Eduardo se trasladó con su familia para realizar estudios junto a sus hermanos en España y al volver a su país en Filipinas se interesó por la fotografía que aprendió de forma autodidacta.
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