12 de octubre de 1998

HONDURAS : HACIA COPÁN RUINAS

 

Cogimos un autobús desde la capital de Guatemala y nos dirigimos hacia Copán. Una vez pasamos la frontera con Honduras, cambiamos moneda y enlazamos con un jeep que conducía una especie de Cocodrilo Dandee que nos llevó hasta el pueblo de Copán Ruinas.



Después de casi ocho horas de viaje, traspasamos una zona muy frondosa que se encontraba entre montañas con un color de tierra rojiza que hacía un gran contraste con el verde.



Íbamos en la parte trasera del jeep al descubierto, con cuatro personas más en pie dando botes y bien agarrados para no salir despedidos por la cantidad de baches que había en la carretera y por la velocidad que nos llevaba el conductor. El tal Cocodrilo Dandee, que iba vestido con su típico sombrero, era curiosamente de nacionalidad australiana.




Llegamos finalmente a Copán Ruinas y ese mismo día después del palizón descansamos y salimos a cenar.

Copán ruinas es un pequeño pueblo de montaña bello y apacible, con calles empedradas y cuatro hoteles. Todavía guarda un aspecto de lugar auténtico, nada masificado aunque por la noche hay lugares para escuchar música, beber cerveza y cenar. Me gustó mucho también desayunar en la Hollandse House.



Cuando fuimos hacia el sendero que llevaba a las ruinas, nos advirtieron que el 12 de octubre era el día de la Hispanidad y que ese mismo día todos los años los indios chortimartanes ocupaban las ruinas.

Pero eso no era todo, parece ser que los ganaderos hacía poco habían asesinado a un jefe indio importante de la tribu que hablaba 5 idiomas y era el mediador del Gobierno y los suyos.

Como protesta, los indios llevaban 2 días metidos en las ruinas y no tenían pensado abandonarlas ni al día siguiente, es más se comentaba en el pueblo que vendrían de un momento a otro todos para Copán Ruinas para manifestarse paor lo que al ver cómo se presentaba el panorama, tuvimos que marcharnos debido a un posible revuelta.

Incluso nos enseñaron datos de los periódicos locales. Yo les suplicaba que por favor nos dejaran entrar que veníamos de tan lejos para luego tenernos que marchar, pero mi petición fue en vano.

Luego me di cuenta de la gravedad del asunto, que la cosa iba muy en serio pero nos fuimos bastante decepcionados. Comprendí que era una cuestión de solidaridad para con ellos y que las cosas se debían hacer por una buena causa.

El gobierno hondureño no les tomaba en cuenta y los indígenas se encontraban allí a la espera de que Derechos Humanos se presentara y dieran alguna solución pero podrían pasar semanas…

Así que nos volvimos para Guatemala ese mismo día.

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