5 de junio de 2022

AZORES: UNA EXCURSIÓN POR LA ISLA DE FAIAL

 

Desde ayer noche nos encontramos alojados en Faial, en un apartamento en pleno centro de Horta, su capital. La sorpresa fue ver esta mañana por la ventana el Volcán de Pico, la otra isla que visitaríamos más adelante.



Ayer visitamos agencias que hicieran un recorrido por la isla y esta mañana, después del café a eso de las 930h nos vino a buscar José Carlos, el conductor de la excursión que contratamos.



Empezamos el recorrido subiendo el Monte de Guía, dejando atrás el Museo de Fábrica de Ballenas y la casa de la familia Dabroy.




Paramos en el primer mirador donde se veía una panorámica de la Bahía de Porto Pim y al fondo, la población de Horta.



Llegamos a la ermita de Ntra. Sra. de Guía y la Caldeira do Inferno, una formación rocosa de forma circular que se formó hace miles de años, también de origen volcánico.



Continuamos hasta el Mirador do Lajinha con su roca horadada. Mucha gente parece que viene en verano a bañarse, pero yo veía que el mar estaba muy revuelto y aunque nos encontrábamos en  el mes de junio, era imposible meterse en el mar.




Nos acercamos hasta Miradouro, un lugar vacacional con casas de piedra volcánica y donde la lava diseñó unas piscinas naturales formando un muro de contención, con escaleras para darse un baño.



Juan Carlos nos comentó que estos días la gente estaba de fiesta celebrando el día del Espíritu Santo, una fiesta regional de las Azores. Cerca se encontraba el Parque Forestal do Capello, un precioso bosque donde se construyeron barbacoas, asientos y refugios con piedra volcánica para que la gente disfrutara del entorno. Incluso había mesas circulares y casitas del bosque para protegerse de la lluvia.




Seguimos la ruta hasta llegar a Capelinhos, ubicado en el pueblo de Capelhos. Un poco más adelante se encontraba en Centro de Interpretación de la erupción volcánica que surgió del mar, allá por el año 1957, formando una pequeña península con su cavidad cónica. Erupcionó del mar al exterior y con ello el pueblo de Capelhos desapareció totalmente.




Al pasar vimos casas aún destrozadas y desgraciadamente estas familias emigraron a USA pues Estados Unidos les quedaba más cerca que el continente europeo.



El paisaje que vimos era lunar, una maravilla de la naturaleza (a pesar de esta triste historia) porque ha dejado un paisaje espectacular y uno ha de verlo cuando visita Faial.



Subimos por la nueva ladera de la montaña creada por la lava para ver mejor el paisaje. El faro que hay actualmente se construyó más tarde de la erupción pues el que había antes desapareció también.



Seguimos hasta Faja das Cabras, donde subimos al mirador. Desde aquí pudimos apreciar la pendiente de la falla con el pueblo en el valle tocando el mar que se une con el verde manto de la montaña. Junto a las casas vimos viñedos que hacen servir para consumo propio, no para comerciar.



Nuestra vista más esperada era la Caldeira, aunque difícil de ver pues la mayoría del día aparece cubierta de neblina, impidiendo ver su contorno. Según Juan Carlos, la carretera que nos llevaba hasta la Caldeira era de las mejores del mundo pues se inundaba todos los meses de julio de hortensias azules y en contraste con el verde de la montaña el viaje por sí mismo, valía la pena.




Faial es el nombre de una planta que abunda por toda la isla. También le llaman la Isla Azul porque las hortensias que hay son todas del mismo color, azules. Cuando llegamos a la Caldeira pudimos verla despejada. Mide unos 2km de perímetro y 400 metros de profundo. Había un recorrido fácil de 8 kms.



Subimos la ladera para verlo desde lo alto y caminamos viendo a lo lejos la gran cavidad que nos tenía fascinados. Unos minutos más tarde, como por arte de magia, la Caldeira había ya desaparecido…  


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