Nos encontrábamos en Funchal, Madeira.
Alojados en el centro en el Hotel Sirius,
nos acercamos al Mercado dos Lavradores, poco después de llegar de un vuelo de
Sao Miguel en Las Azores.
En este mercado que se inauguró en 1940, ofrecen productos frescos de primera calidad siendo el principal centro de abastecimiento de la ciudad de Funchal. La mezcla de olores de las flores y el colorido y aromas que despedían sus frutos tropicales nos animaba a hablar con sus vendedores.
El antiguo barrio de pescadores
de Funchal había sido rehabilitado en los últimos años gracias al proyecto “Portas
abertas”. Paseando por su casco antiguo, vimos que habían pintado las puertas de
las casas y parte de sus muros en alegres colores con bonitos dibujos y motivos marineros.
En la entrada había dos coches antiguos (Austin y Rolls Royce) que ofrecían recogerte en el alojamiento, pasearte con uno de esos coches y cena romántica incluida, trayéndote de vuelta al hotel.
Cerca se encontraba la Capilla del Corpo Santo, construida a finales del siglo XV por los pescadores locales para adorar a su santo Patrón, San Telmo.
Paramos a comer en uno de los restaurantes del barrio de pescadores y probamos el típico plato de la isla, espada con banana. Se elabora con “peix cinto” un pescado muy feo parecido a la anguila, pero muy sabroso haciendo contraste muy interesante con la banana.
Había más de 2000 plantas exóticas de todo el mundo y de diferentes clases: endémicas, cactus, medicinales, aromáticas… y la topiaria, la zona donde pudimos apreciar el arte de cortar los setos. También albergaba el Museo de Historia Natural.
Pero lo más destacado era su jardín central coregrafiado con un colorido intenso de amarillos, rojos y verdes siendo un deleite para la vista.
Fuimos después a descansar un
poco al hotel y por la noche asistimos al puerto para ver los fuegos
artificiales, únicos en el mundo. Se celebraba la Festa do Atlántico, especialmente
se hacía cada sábado durante el mes de junio como entrada de bienvenida al
verano.
Además de los pirotécnicos en Funchal, se realizaban varias iniciativas culturales por sus calles como actuaciones de circo, musicales…etc. También había espectáculos por el resto de la isla.
La Marina estaba repleta de gente esperando que comenzara el espectáculo de los fuegos y los chiringuitos que había, no daban abasto ofreciendo el típico ponche de ron de frutas variadas y sirviendo gastronomía fast food local.
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