Recién llegados a las Galápagos, Patrimonio de la Humanidad, nos
alojamos en la isla de Santa Cruz. Esta mañana, tras un desayuno frugal en el único establecimiento
que se encontraba abierto a las 7am, nos dirigimos hacia Tortuga Bay.
Una vez allí, nos inscribimos en un libro de visitantes. Por lo que vimos, tan sólo habían entrado 12 personas. Nos dieron las indicaciones pertinentes porque la isla en sí es un parque nacional y entramos por un sendero marcado donde vimos lagartijas, árboles autóctonos como el manzanillo y varias especies de cactus.
También vimos junto a las rocas volcánicas cangrejos rojos (los adultos) y otros más pequeños negros. Las tijeretas nos controlaban desde lo alto zigzagueando con su vuelo, en el mar se encontraba algún que otro pelícano, pájaros negros y otras aves.
En dirección a Playa Mansa, había
grandes iguanas que correteaban de forma patosa al vernos llegar. Aquí
también se encontraban los nidos de las tortugas gigantes que vienen a desovar
junto a unos indicadores de “Stop” para no pasar.
A partir de las 5pm ya no era permitido el acceso a la playa para dejar a los animales tranquilos. Aquí también se encuentran iguanas, aves y algún pequeño tiburón martillo que merodea por la orilla.
Era nuestro primer baño del año en Playa Mansa, el sentirnos solos en un lugar tan paradisíaco y rodeados de fauna, hizo que nos sintiéramos afortunados. Después del baño nos cobijamos a la sombra de unos árboles para protegernos del sol ya que el calor comenzaba a acrecentar.
El momento de vuelta de la playa a la capital de la isla Puerto Ayora, se hizo agotador pero al llegar al Hotel Histórico, barato y céntrico, descansamos un poco y por la tarde nos fuimos hacia la Fundación Charles Darwin, a 1km tan sólo del alojamiento.
En la fundación, más de 200 científicos y voluntarios estudian a las tortugas gigantes de las islas Galápagos. Disponen de un programa de conservación y la visita de la casa de las tortugas bebé y la misma fundación es gratuita.
Luego nos fuimos hacia la Playa de la Ratonera y las iguanas se encontraban por el sendero de arena tomando el sol. La playa volcánica de arena blanca se encontraba casi vacía y disfrutamos de la vista.
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