4 de octubre de 2019

KAZAJISTÁN: EL MAUSOLEO DE KHOJA AHMED YASSAWI EN TURKESTÁN


Atravesamos un corredor de adobe que pertenece a la estructura de la Ruta de la Seda dentro de la antigua ciudadela y llegamos ante el gran Mausoleo inacabado de Ahmed Yassawi. Inacabado porque en su fachada principal sólo permanece el ladrillo sin la cerámica típica de color que acostumbran a decorar.



Este mausoleo fue construido en la época de Tamerlán, a finales del siglo XIV y finalizado a principios del siglo XV. Dicho edificio fue una destacada referencia en la arquitectura timúrida y pasó a ser parte del Patrimonio de la Humanidad en el año 2003. 




Entramos en la gran sala principal donde encontramos la vasija bautismal Kazaris, pesa unos 2000 kgs. La cúpula es impresionante, pintada en blanco con decoración típica.



Khoja Ahmed Yassawi fue un místico musulmán y una de las figuras más relevantes del sufismo que extendió por estos lares su doctrina. Más tarde se fue hacia el norte, en las estepas kazajas. Además fue un gran poeta del siglo XII.  


En las salas de alrededor permanecen los fieles rezando y en una de ellas es donde se encuentra la tumba de Ahmed Yassui. Podemos asomarnos para verla a través de una ventana. 



Además en otro corredor hay una sala donde hay tumbas de personajes de interés, además de biblioteca,   sala de reuniones...etc.



Salimos al exterior dando un paseo alrededor del edificio para apreciar bien la monumental estructura y las cerámicas en colores azules y amarillos.




En un edificio enfrente se encuentra el Mausoleo de Rabigha-Sultán Begum, reina consorte del Valle de Fergana y Samarkanda, hija de un Sultán timúrida Ulugh Beg. Sólo podemos apreciar su exterior pues se encuentra cerrado.



Nos dirigimos hacia la Juma Meshiti (Mezquita del Viernes). A día de hoy es un museo donde en su patio exterior se muestran objetos de labranza y su interior, con pilares de madera alberga trajes de rezo.




Nos adentramos en la mezquita subterránea de Hilvet que apenas se ve nada y encendemos la linterna para poder ver los escalones sin que nos matemos. Hay un fiel rezando y nos dice que entremos pero que no podemos hacer fotos. Hay también columnas de madera y se encuentra tapizada de alfombras.



Saliendo hay una indicación para visitar un hammam. Es también un museo conteniendo vasijas y diferentes estancias con los rituales del baño. 

1 comentario:

  1. Me gusta eso de no podemos hacer fotos y hay una foto del lugar encima. Muy completas las explicaciones históricas de todo el complejo, tan desconocido para los occidentales.

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