10 de octubre de 2019

UZBEKISTÁN: LA PLAZA REGISTÁN, LA JOYA DE SAMARKANDA

 

Hoy visitamos la Plaza Registán, la más famosa de Uzbekistán y quizás una de más bellas del mundo. Incluso parece irreal por su diseño tan perfecto rodeada de sus tres madrazas (escuelas donde primordialmente se enseña la religión musulmana).



Tal cual llegas, lo primero que nos encontramos a la derecha es la madraza Sher-dar, donde en su parte superior hay leones persiguiendo a unos ciervos. Fue conquistada en el siglo XVI y los leones de color anaranjado representan el poder del gobernante. En el interior hay tiendas de souvenirs.





Justo enfrente se encuentra la madraza Ulugh-Beg, hecha construir (entre 1417  y 1421) por el nieto de Timur (Tamerlán). Fue el gobernante en aquella época y un  eminente astrónomo y matemático. Bajo sus órdenes fueron construidas otras madrazas.


En su entrada hay una inscripción que dice: “La inspiración al conocimiento es la deuda sagrada de todos los musulmanes”.



En su interior hay una especie de listado  con todos los conocimientos adquiridos por Ulugh-Beg a lo largo de su vida. En la parte superior de la sala hay un bello dibujo de los astros. Este fue un centro importante de estudios astronómicos en Asia Central.



Ya saliendo, vemos a una pareja que posa como modelos ataviados con trajes típicos del país.



Al otro lado podemos ver la madraza Tilla-Kori que fue construida más tarde por el mismo arquitecto que la de los leones dibujados a lo alto, la Sher-dar. El utilizó el método “Kyndal” por los adornos en oro y es una auténtica maravilla.



Aquí destaca una cúpula azul que los rusos añadieron más tarde. Aunque su forma es plana en su interior, parece una cúpula por el juego con el dorado.





La Plaza Registán fue declarada Patrimonio Mundial de la Unesco en 2001 junto a otros monumentos. Registán significa “lugar de arena” y la plaza era el centro administrativo y cultural durante el reinado de Ulugh-Beg hasta que cayó en ruinas.





Por la noche nos acercamos junto a otros viajeros para ver el espectáculo de 20 minutos de luz y sonido que hacen en la plaza. Podemos apreciar los colores azules, amarillos, malvas y rojizos reflejados en estos magníficos edificios moviéndose al son de la músca mientras escuchamos cantar “Samarkand, Samarkand” a través de los bafles que hay colocados en la Plaza Registán.



Y es que parece que estemos sumergidos de forma mágica en uno de esos maravillosos cuentos de las Mil y Una Noches...


2 comentarios:

  1. Las mil y una noches nos transporta a una época dorada de sueños y maravillas. Pero también fue el decorado mágico donde rodó Passolini una de sus películas: la homónima del año 1974.

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