13 de octubre de 2019

UZBEKISTÁN: LA MAGIA DE BUJARA

 

Ayer noche dimos un primer paseo nada más llegar a Bujara y nos causó muy buena impresión. Después de ver la plaza principal y su estanque iluminado con luces de colores y asientos alrededor para tomar algo o cenar, nos pareció de lo más romántico y encantador. Justo enfrente se encontraba la  espectacular madraza Nadir Divan Begi.



Esta mañana después de un fabuloso desayuno en la sala más antigua del Komil Bukhara Boutique Hotel, repleto de salas y habitaciones con hornacinas, iniciamos un recorrido por su centro histórico que es Patrimonio de la Humanidad desde 1993. 



Llegamos a una gran plaza con ruinas donde nos encontramos la antigua Mezquita Maghook-I-Attar que su interior es un museo y hay una amplia exposición de alfombras. 




Iniciamos la ruta de los tres bazares con tiendas a rebosar. Entramos en el Bazar de los Cambistas, después en el de Los Sombrereros y finalmente en el Bazar de los Joyeros. Actualmente se vende en los tres todo tipo de artículos.




Seguidamente nos adentramos en la madraza Ulugh-Bek, bastante deteriorada y en su interior hay tiendas. Inicio con una vendedora la compra de cojines bordados a mano tipo suzani. La entrada está bellamente decorada con azulejos azules y ha servido  de modelo para otras madrazas del país.




La madraza  justo enfrente es la Abdul Azziz Khan, del siglo XVI y su iwán (elemento arquitectónico) es famosa por las estalactitas que cuelgan del techo. 



Tras pasar por el último bazar nos sorprendemos al ver el magnífico minarete Khalon, que tiene 57 metros de alto y con 14 bandas diferentes dibujadas. Gengis Khan quedó maravillado ante tal magnitud cuando asoló la ciudad y decidió respetarlo.



Junto al minarete se encuentra la Mezquita Khalon (o Mezquita Azul) con un patio rectangular y azulejos azules. También podemos apreciar unas bóvedas en el interior del patio. Frente a esta mezquita se encuentra una madraza, la Mir-i-Arab , con dos cúpulas azules resplandecientes, pero no dejan entrar.



Caminamos hasta la imponente fortaleza de Arq. Se accede a través de  una pequeña rampa. Era la residencia del Emir de Bujara que disponía de un kanato que ocupaba medio país. Esta fortaleza se utilizó hasta la llegada del gobierno ruso en 1920.

 


Continuamos para ver la Sala de Coronación, los establos, los aposentos del Emir, fotografías, objetos... todo ubicado en pequeñas salas-museo. 



Dentro del recinto se encuentra la  Mezquita Juma (Mezquita Del Viernes) del siglo XVII con un fabuloso mihrab y algunos mosaicos originales.





Saliendo del recinto justo enfrente nos encontramos con la Mezquita pública Bolo-Hauz, que se hizo construir por el Emir Shah- Murad para  su pueblo. Contiene un artesonado excepcional con 20 columnas de madera tallada que sostienen el techo. 



Nos dirigimos hacia el Museo de Marionetas. Antes de verlo, el artesano nos hace sentar en una sala y nos  pone música haciendo bailar a las marionetas. Nos saca un cartel con fotografías de gente famosa con su propia marioneta. Vale la pena visitarlo pues aquí se exhibe una amplia muestra de marionetas orientales.




Por la noche nos deleitamos con una cena en el  Mirzifa Restaurany. Pedimos un plov, bolitas de queso y pollo en crema agria. Y con vino brindamos satisfechos por encontrarnos en esta mágica ciudad.       

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