19 de octubre de 2022

TANZANIA: EN EL LAGO VICTORIA


Esta mañana salimos con barca para conocer el Lago Victoria. Nuestro contacto fue Frederick, un joven guía que conocimos ayer en el lugar oficial de salidas de las barcas. Le dijimos que queríamos ver también el mercado de pescado.



Quedamos con Frederick a las 10 de la mañana y fuimos andando unos veinte minutos hasta la Roca Bismark por la Avenida Miserere. Ahí mismo nos estaba esperando otro chico, Jerôme que hacía de guía en el lago además del barquero.



Frederick es de Moshi pero estuvo estudiando en Arusha la carrera de Turismo y al finalizarla, lo mandaron un año a Kigoma como voluntario para hacer prácticas. Comenzamos la navegación por el lago a ritmo lento para ir contemplando el paisaje.



Después de unos veinte minutos, llegamos al mercado de pescado. Es el más importante de toda África del Este. El acceso en barca sorprende al apreciar su magnitud desde lejos. En la parte superior de un techo de uralita, había anunciada una marca de cerveza local, la “Balim”. 



Causaba impresión ver este mercado en plena faena. Cada sección de secado, triturado y empaquetado se hacía de manera ordenada. Las mujeres permanecían en el suelo trabajando, alguna con sus niños pequeños junto a ellas.



Había distribución de kilos y kilos de pescado. Iban seleccionando las mejores sardinillas para consumo humano (pues lo desechado se utiliza para comida de pollos triturándolo).



Hay tres tipos de pescado, la sardinilla que es autóctona del lago Victoria, y la carpa del Nilo y la tilapia que fueron introducidos en el lago, creando serios problemas en el ecosistema junto con la pesca ilegal. Unos chicos descansaban sobre unos sacos debido al cansancio de transportar grandes bultos. Uno de ellos me sonríe.



Más allá había un grupo de mujeres que agitaban el pescado en una especie de red plana con reborde de madera para expulsar y depurar el pescado. Me dejaron participar con ellas moviendo con fuerza de un lado a otro. Ello me permitía intercambiar sonrisas y conectar de lleno con la gente local y valorar el arduo trabajo que realizaban.



En otra de las zonas se veía a los trabajadores amontonar cabezas saladas de tilapia secadas al sol. La zona de los despojos era la más dura pues hombres y mujeres se agachaban para recogerlos y permanecían doblados en esa posición durante largos ratos.




Francisco intercambió algo de charla con unas mujeres que le daban la mano y accedieron a hacerse fotos sin problema.


Las tilapias  más grandes aparecían seleccionadas en una de las últimas secciones todas limpias y listas para la venta.




El momento que más me sorprendió fue ver a hombres encima de montañas de sardinilla que iban recogiendo para guardarlas en grandes sacos.



Volvimos al inicio del mercado donde se encontraba nuestra barca y emprendimos de nuevo el paseo por el Lago Victoria. A lo lejos se veía una antigua prisión y un poco más allá viviendas en el interior de la rocas.



Navegamos por el P.N.Saanane con rocas que me recordaban un poco a las playas de Praslin en Seychelles. Algunas piedras tenían formas curiosas de animales como una ballena, un elefante, una pareja besándose y toda la imaginación que uno podía aportar. 




En los pequeños islotes se veían pescadores, algunos con barcas hechas de fibra vegetal donde lanzaban sus redes para pescar. 



Cuando finalizamos fuimos a ver la Roca Bismark, lugar emblemático en Mwanza pues contiene parte de la historia del colonialismo en Tanzania.



Paseamos por sus alrededores y conocimos a una pareja que se encontraba con su hijo y hablamos con ellos mientras observábamos a los marabúes que pululaban por el entorno.  El baño está prohibido en el lago pues hay cocodrilos.



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